“El
tercer rescate de Grecia está diseñado para fracasar” y España acabara como Grecia.
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El exministro de Finanzas que España
corre el riesgo de acabar igual que su país
CLAUDI
PÉREZ
Atenas
1 AGO 2015 –
Yanis
Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia. / GORKA LEJARCEGI
“El despotismo sádico
de la ideología dominante”. “La lectura moral de esta crisis”. “El abrazo mortal de la
deuda”. Yanis Varoufakis (Atenas, 1961) recibe a EL PAÍS en su céntrica casa de
la capital griega, con su famosa moto aparcada en la esquina. En las distancias
cortas, el ya exministro se muestra amable y desenvuelto. Acerca al periodista
una taza de café, se sirve otra y al asomar la grabadora demuestra por qué se
le considera una de las lenguas más afiladas de la izquierda europea. 45
minutos después, duele dejar fuera de este texto un puñado de frases como las
que sirven para arrancar el párrafo.
De su cabeza
perfectamente rasurada no dejan de brotar ideas y alguna que otra
contradicción. El tercer rescate a Grecia, vaticina, no va a funcionar; “está
diseñado para fracasar” y es el punto final a una especie de “golpe de Estado”
de los acreedores. Berlín tiene un plan para llevar a la troika hasta París,
“el premio gordo”. Y la Europa que atemoriza con la salida de Grecia del euro,
sostiene, va camino de convertirse en una idea siniestra, con fuertes dosis de
prejuicios morales y un pésimo diagnóstico de la crisis que ha llevado a
recetar políticas profundamente equivocadas una y otra vez.
Pregunta. Dejó el ministerio hace poco. ¿Cómo
es su día a día?
Respuesta.
Los periodistas sospechan que estoy desanimado, pero no entré en política para
hacer carrera. Entré para intentar cambiar las cosas. Y hay que pagar un precio
por tratar de hacerlo.
P. ¿Cuál es ese precio?
R. El
desdén, el profundo odio del establishment. Si uno llega a la política sin
querer hacer carrera acaba metiéndose en problemas.
P. ¿Tiene la sensación de haber
logrado cambiar las cosas?
R. Por
supuesto. ¿Por qué si no ha venido usted a verme? El Gobierno griego fue
elegido para negociar duro, con argumentos que no eran aceptables para la
eurozona. El mandato de Syriza era claro: conseguir un pacto con Europa con la
idea de decirles a los socios que no podían seguir ahogando a Grecia de esa
forma inhumana. Los griegos nos lanzamos con una fuerza imparable contra un
Eurogrupo con una lógica inamovible e irracional. El resultado ha sido un
montón de ruido. Y espero que también algo de luz.
P. En su
último libro, Economía sin corbata, le explica la crisis a su hija. Con el
tercer rescate, Grecia seguirá bajo tutela de la extroika hasta mediados de
siglo; hasta que su hija tenga más o menos su edad.
¿Cómo lleva eso?
R. Se equivoca. No es la antigua
troika: la troika ha vuelto.
P. ¿Y qué le parece que los hombres
de negro vayan a seguir en Atenas hasta que sus nietos sean adultos?
R. No lo
harán. El acuerdo no tiene futuro. Se basa en proseguir con la farsa de la
patada hacia adelante: prorrogar la crisis con nuevos préstamos insostenibles,
y fingir que eso resuelve el problema.
P. ¿Qué espera entonces de los
próximos meses? ¿Nada bueno?
R.
El tercer rescate está diseñado para fracasar. Seamos sinceros: el ministro alemán, Wolfgang
Schäuble, nunca estuvo interesado en pactar nada que pueda funcionar. Su plan
es rediseñar la eurozona: parte de ese rediseño es echar a Grecia. Creo que
está completamente equivocado, pero tiene mucho poder. Una de las falacias de
estos días es presentar el pacto entre Atenas y los acreedores como una
alternativa al plan de Schäuble. No es así: el acuerdo es parte del plan de
Schäuble.
P.
¿Da por seguro el Grexit?
R. Ojalá no
sea así. Pero habrá mucho ruido, retrasos, incumplimiento de objetivos, más
recesión, problemas políticos. Cuando llegue el momento se verá si Europa
quiere o no seguir adelante con el programa de Schäuble.
P. Berlín acaba de sugerir un plan
para aplicar las reglas del euro aún con más dureza.
R. Schäuble
quiere dejar de lado a la Comisión y crear una especie de autoridad fiscal con
capacidad para echar abajo los presupuestos nacionales, incluso en países que
no estén bajo programa. Es como poner a todos los socios bajo programa. El plan
Schäuble es imponer la troika en todas partes. En
Madrid y en Roma. Pero especialmente en París.
P. ¿París?
R. París es
el premio gordo, el destino final de la troika. El Grexit se usará para crear
el miedo necesario en Madrid, Roma y París.
P. ¿Sacrificar Grecia para cambiar la
fisonomía de Europa?
"El
'plan Schäuble' es imponer la troika en todas partes. Sobre to, en París"
R. Es una
demostración: esto es lo que pasa si no os sometéis a la troika. Lo ocurrido en
Grecia es un golpe de Estado: la asfixia de un país a través de restricciones
de liquidez. En Bruselas nunca hubo interés por ofrecer un pacto mutuamente
beneficioso. Las ayudas no llegaban; había que hacer frente a continuos pagos
al FMI y al BCE, y al final nos quedamos sin dinero. Luego nos dieron un
ultimátum y nos vimos obligados a cerrar los bancos. El resultado es el mismo
que haber derrocado a un Gobierno o haberle forzado a derrocarse a sí mismo.
P. ¿En qué lugar queda Europa en ese
relato?
R. Nadie
puede ser libre si una sola persona está esclavizada: esa es la paradoja de
Hegel. España y los demás socios no pueden prosperar, ser libres o cuidar de su
soberanía y sus democracias si se impide a otro socio la prosperidad, la soberanía
o la democracia.
P. Nadie discute que la austeridad
era excesiva ni la necesidad de reestructurar la deuda: se discute su
estrategia negociadora.
R. Nada de
lo relacionado con la austeridad y el alivio de la deuda era indiscutible en
enero: es indiscutible ahora, porque pusimos ese debate sobre la mesa. A todos
los que me dicen que hemos fracasado, les diría que hemos logrado abrir un
debate no solo sobre Grecia, sino sobre Europa, que vale su peso en oro.
P. ¿Le
satisface el resultado?
R. El euro
estaba mal diseñado, como se vio tras el colapso de Lehman. Desde entonces,
Europa vive en estado de negación y ha hecho lo contrario de lo que debía. Un
país como Grecia, con apenas el 2% del PIB europeo, eligió a un Gobierno que ha
puesto sobre la mesa asuntos cruciales; tras seis meses de lucha hemos perdido
la batalla. Pero ganamos la guerra: hemos cambiado el debate.
P. ¿Entonces le basta con eso?
"En
Bruselas nunca hubo interés en un pacto mutuamente beneficioso"
R. Por
supuesto. No puedo cuantificar ese resultado; no puedo decirle cuántos miles de
millones vale transformar el debate. Pero hay cosas que se miden por su valor,
no solo por su precio.
P. Usted tenía un plan B: una moneda
paralela dentro del euro. ¿Aún puede activarse?
R. Vamos a
separar dos cosas. Había un esquema, denominado plan X, un plan de contingencia
para responder a los actos de agresión por parte del BCE, el Eurogrupo y demás
instituciones. Y un diseño para un nuevo sistema de
pagos a través de la oficina de impuestos. Este sistema se debería haber
aplicado de todos modos; debería aplicarse mañana. Pero el plan X ya es
historia.
P. Según Tsipras, no había
alternativa al pacto. ¿Con el plan B está usted diciendo lo contrario?
R. Desde
joven he rechazado esa idea thatcheriana de que no hay alternativa. Siempre la
hay.
P. Ha
hablado de terrorismo monetario y de tortura fiscal. ¿Esa retórica no fue muy
nociva?
R. Esa idea
de la tortura fiscal es una descripción exacta de lo sucedido. La idea es que
al torturado se le mete la cabeza en el agua; antes de que se asfixie, se le
permite respirar para después volver a sumergírsela, y así hasta que confiese.
A Grecia se le asfixia con la falta de liquidez. Incluso tras el rescate, los socios han dado solo 7.000 millones, lo justo para pagar
al FMI y al BCE: de esa manera el Gobierno sigue
bajo absoluto control. En cuanto al terrorismo, el 25 de junio los
acreedores nos obsequiaron con una propuesta para cinco meses, a sabiendas de
que era imposible cumplir las condiciones. Decidimos someterla a referéndum, y
pedimos una extensión del rescate de dos semanas para votar en paz. El
Eurogrupo nos negó esa ampliación; nos obligó a cerrar los bancos. En una
economía moderna, cerrar los bancos es la peor forma de terrorismo monetario.
¿Qué es el terrorismo, sino perseguir una agenda política mediante el miedo?
Eso hicieron: aterrorizar a la gente sobre los efectos de votar no. Si en
Bruselas se hubieran abstenido de asustar a los griegos, yo no habría usado esa
palabra.
P. ¿Llamar criminal al FMI, como hizo
Tsipras, favoreció en algo las condiciones del acuerdo?
"Lo ocurrido es un golpe de
Estado: la asfixia de un país a través de restricciones de liquidez"
R. Seamos
precisos: Tsipras habló de un programa de negligencia criminal que impuso a los
griegos una crisis monumental, incluida una crisis humanitaria. No subimos el
nivel de nuestra retórica hasta final de junio. Hasta ahí fuimos extremadamente
corteses, pese a la increíble hostilidad del Eurogrupo. Para entonces, Tsipras
había acordado el 90% del programa. ¿Qué hicieron los acreedores? Dar marcha
atrás y volver a plantear medidas inaceptables, por ejemplo en el IVA. Ese fue
un acto de agresión: ahí hablamos de negligencia criminal.
P. Si el acuerdo es tan malo, ¿por
qué lo aceptó Tsipras?
R.
Eso debe preguntárselo a él.
P. ¿Por qué no consiguió un solo
aliado en el Eurogrupo?
R. Esa idea
de que el Eurogrupo son 18 contra uno es ilusoria. Hay una pequeña minoría que
cree en la austeridad. Hay un grupo mayor de Gobiernos que no creen en la
austeridad, pero están obligados a defenderla porque la impusieron. Y todavía
un tercer grupo, con Francia, que ni cree en la
austeridad ni la practica.
P. ¿Los
griegos que votaron a un partido de izquierdas entienden las fotos en Paris
Match?
R. Dese un
paseo conmigo por las calles y verá. Aun así, me arrepiento de esa sesión
fotográfica, por lo demás estéticamente terrible. Puede que no me crea, pero
cuando acepté no conocía Paris Match. Cometí el error de aceptar la sesión de
fotos. Pido disculpas.
P. Una vez
dijo que el legado de Thatcher fue la peligrosa financiarización de la economía
y, sobre todo, Tony Blair. ¿Qué legado dejará Angela Merkel?
R. Europa
corre el riesgo de convertirse en una jaula de hierro: espero que la canciller
Merkel no quiera dejar esa herencia.
España y el
riesgo de ser como Grecia
C.
P., ATENAS
Preguntado
por las declaraciones en las que Mariano Rajoy sugiere que otros países pueden
tomar la misma deriva que Grecia si ganan peso opciones similares a Syriza,
Varoufakis apunta que el país heleno “se ha convertido en una especie de pelota
de fútbol para los políticos de derechas, que insisten en asustar con Grecia a
la población”.
“Los
españoles tienen que mirar su situación económica y social y sobre eso valorar
qué es lo que su país necesita independientemente de lo que pase en Grecia o
donde sea.
El peligro
de convertirse en Grecia siempre sigue ahí y se hará real si siguen
repitiéndolos mismos errores que se impusieron en Grecia
”, dice el
exministro. “Castigar el orgullo de un país para atemorizar a otros no es la
idea de Europa por la que lucharon Felipe González, Valéry Giscard d’Estaing o
Helmut Schmidt. Tenenos que recuperar el significado de ser europeo, encontrar
maneras para recrear el sueño de combinar prosperidad con democracia”.
Varoufakis no cree que Podemos haya perjudicado
a su Gobierno: “Nunca diría que Podemos ha sido un problema para nosotros.
Puede haber intensificado el proceso. Pero sin Podemos, Europa habría usado la
misma estrategia del miedo”.
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