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sábado, 31 de agosto de 2019

El agosto horrible de Argentina. El drama de agosto se resume con unas pocas cifras: la Bolsa de valores cayó un 72%, el peso se depreció un 38%, el valor de la deuda en bonos se redujo un 55% y la inflación se descontroló, la inflación interanual en torno al 60%.

El agosto horrible de Argentina.  El drama de agosto se resume con unas pocas cifras: la Bolsa de valores cayó un 72%, el peso se depreció un 38%, el valor de la deuda en bonos se redujo un 55% y la inflación se descontroló, la inflación interanual en torno al 60%.


Macri vive un final de mandato agónico, con depreciaciones continuas de la moneda y riesgo de suspensión de pagos

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, tras la derrota en las elecciones primarias del 11 de agosto pasado.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, tras la derrota en las elecciones primarias del 11 de agosto pasado. AP
“Nos toca vivir de nuevo la misma historia”, dijo un importante intermediario financiero, en un restaurante de Buenos Aires. “Otra vez lo mismo”, suspiró una empleada doméstica mientras planchaba en un apartamento de Recoleta. “Los argentinos nunca aprendemos”, masculló un camarero. Entre la angustia y la resignación, Argentina soporta su enésima crisis. Los elementos son los de siempre: alta inflación, falta de crecimiento, depreciación del peso, necesidad de dólares e incapacidad para pagar las deudas. La semana que se cierra hoy ha sido de vértigo. Agosto ha sido un mes horrible. Y cunde la sensación de que lo peor está aún por llegar.
Hernán Lacunza asumió la cartera de Hacienda el 17 de agosto. Solo once días después, el pasado miércoles, se vio forzado a despertar los peores fantasmas del pasado: anunció que la deuda sería “reperfilada” (cada crisis tiene su neologismo), es decir, que no se pagaría en la fecha debida, con el fin, dijo, de ahorrar reservas, apuntalar el peso, tranquilizar los mercados y reducir el riesgo-país. Dos días después, el riesgo-país (el sobreprecio que exigiría un prestamista) había saltado de 2.100 a 2.500, el dólar había pasado de 60 a 62 pesos, los mercados seguían en alarma roja y las agencias de calificación de deuda empezaban a mencionar la palabra más temida: default, o suspensión de pagos. Otra vez.
Todo el mes de agosto fue una pesadilla para la economía argentina. El momento clave se produjo con las elecciones primarias del día 11, esas que según el presidente Mauricio Macri iban a definir “los próximos 30 años”: Macri sufrió un descalabro monumental (49% frente a 33%) y quedó claro que el próximo presidente no iba a ser él, sino el peronista Alberto Fernández, acompañado en la vicepresidencia por la muy amada y muy odiada ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los indicadores financieros se desplomaron al día siguiente, lunes. El drama de agosto se resume con unas pocas cifras: la Bolsa de valores cayó un 72%, el peso se depreció un 38%, el valor de la deuda en bonos se redujo un 55% y la inflación se descontroló. Aún no hay cifras oficiales, pero se estima que los precios habrán subido al menos un 5% en un mes. Eso sitúa la inflación interanual en torno al 60%.
Para Macri, evidentemente conmocionado desde las primarias, y para el conjunto de coalición en el gobierno, el desplome se debe al temor de los inversores a un regreso del kirchnerismo. Ese factor cuenta, sin duda. Pero también cuentan los errores de Macri, a quien la deuda se le fue de las manos (por lo que se vio obligado a buscar auxilio contrayendo una deuda adicional de 57.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional), que no fue capaz de domeñar la inflación, que provocó una recesión con su política austeridad y, sobre todo, que no supo percibir el malestar que se respiraba en los hogares de un país en el que más de un tercio de la población vive en la pobreza, y casi el 10% sufre deficiencias alimentarias severas.

La grieta política, más profunda

Abrumado por la situación, y tras una delirante declaración tras la derrota en las primarias (acusó a los argentinos de haber votado mal), Mauricio Macri ofreció diálogo a su rival Alberto Fernández. Diálogo, consenso, acuerdo de mínimos: los políticos reciben esa reclamación desde casi todos los ámbitos.
Pero el sistema electoral está mostrando su lado más perverso. Fernández solo ha ganado unas primarias, no las elecciones reales, que quedan aún muy lejos (el 27 de octubre), y para consolidar su ventaja, y disponer de manos libres cuando ocupe la Casa Rosada, necesita desvincularse de la política de Macri. Macri, a su vez, necesita recortar diferencias para que su coalición, Juntos por el Cambio, pase a la oposición con unos números dignos, y ello requiere atacar a Fernández y al kirchnerismo. Cosa que hacen con ferocidad su candidato a la vicepresidencia, el ex peronista Miguel  Ángel Pichetto, y su inefable aliada Lilita Carrió. ¿Resultado? La grieta política es más profunda que nunca, justo cuando haría falta lo contrario.
Manifestación contra la política económica del Gobierno de Macri, el 22 de agosto pasado.ampliar foto
Manifestación contra la política económica del Gobierno de Macri, el 22 de agosto pasado. AFP
Fernández pareció romper la baraja el pasado viernes, cuando declaró a The Wall Street Journal que Argentina estaba “en suspensión de pagos virtual”. Lo había dicho ya en junio, pero entonces el abismo no se encontraba tan cerca y no se escuchaban sus palabras con tanta atención. Ni el FMI, único prestamista efectivo que le queda a Argentina más allá de sus fronteras, mostraba entonces los actuales resquemores.
El préstamo de 57.000 millones concedido en septiembre de 2018, el mayor en la historia del organismo, fue una apuesta personal de la entonces directora Christine Lagarde, respaldada por Donald Trump, amigo personal de Macri. Trump ahora prefiere no hablar de Argentina, Lagarde se ha ido al Banco Central Europeo y los técnicos del Fondo, que siempre tuvieron dudas, comprueban que han dejado de cumplirse las condiciones bajo las que se concedió la ayuda (Macri ha adoptado varias medidas de tono populista para reducir su impopularidad) y que desde Buenos Aires se plantea la necesidad de renegociar porque, según están las cosas, el préstamo no podrá ser devuelto en los plazos convenidos. De momento se habla de aplazamientos. En el mercado de bonos, sin embargo, los inversores empiezan a descontar ya algún tipo de default y de quita en la deuda.
El lunes volverá a ser crítico. Macri y su ministro Lacunza han decidido que para evitar el colapso lo esencial es apuntalar el peso. Parecen dispuestos a poner sobre la mesa todas las reservas del Banco Central, algo más de 50.000 millones de dólares, y vender cualquier cantidad necesaria de divisa estadounidense para mantener la cotización en torno a los 60 pesos. A lo largo de agosto, el Banco Central ya ha gastado 13.000 millones de dólares para robustecer el peso, sin gran éxito. La apuesta de Lacunza es a todo o nada. Si la moneda sigue depreciándose, habrá que imponer algún tipo de control de cambios, algo que esta semana se ha establecido ya para las grandes operaciones bancarias. Más allá de esto, se abre lo desconocido. O lo demasiado conocido. Porque Argentina sabe ya lo que es la quiebra

Anatomía de un suicidio político (estaba aceptando sobornos de Rusia y China)

Anatomía de un suicidio político (estaba aceptando sobornos de Rusia y China)

Matteo Salvini erró el momento y los modos para hacer caer el Gobierno italiano, pero había ya una operación en marcha para apartar del poder al líder de la Liga

Matteo Salvini, líder de la Loga, el pasado viernes en Padua.
Matteo Salvini, líder de la Loga, el pasado viernes en Padua.  AFP
Matteo Salvini se puso el bañador el 5 de agosto y se plantó en el Papeete Beach, un chiringuito con gogós, música house y cocktails en la costa adriática. El ministro del Interior se quitó la camiseta, pidió un mojito y se animó a pinchar el himno de Italia mientras unas chicas se contoneaban en el podio. Sus spin doctors le habían dicho que tenía casi un 38% de apoyo en los sondeos y una influencia en redes descomunal. Se hizo centenares de selfies, repartió abrazos. Pero hacía días que le perseguía un mal presentimiento. “Estaba atormentado. Il Capitano no hablaba con nadie de los suyos, ni con Lorenzo Fontana [ministro de Asuntos Europeos, también en bañador], ni con Massimo Casanova [miembro de la Liga y propietario del beach club]… Se pasó el día mirando el teléfono. Cada año va a la playa y hace algo así… Pero esta vez tenía un humor lúgubre”, explica una persona que estuvo con él y le conoce desde hace 20 años. Ese día tomó una decisión que propició algo parecido a un histórico suicidio político.
La anatomía del colapso de Salvini, el mayor ciclón electoral que ha conocido la Italia reciente y un político que todavía conserva el apoyo en la calle, es demasiado compleja para atribuirse solo a un error de cálculo, a un accidente. El líder de la Liga temía desde hacía meses terminar en la cuneta tras un pacto entre su entonces socio de gobierno, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), y el PD. Tras las elecciones europeas, donde la Liga arrasó en Italia, el Gobierno se fracturó en tres bloques: el Ejecutivo de Salvini; el de Luigi Di Maio y otro formado por el primer ministro, Giuseppe Conte, el titular de Exteriores, Enzo Moavero Milianesi, el de Economía, Giovanni Tria, y el propio presidente de la República, Sergio Mattarella. Desde ese tercer polo, más institucional y cercano a la UE, explica un diputado del PD próximo a las negociaciones, comenzó a tejerse de forma transversal la denominada Operación Ursula [por los partidos que apoyaron a la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen]. Desconfiado por naturaleza, esta vez percibió indicios reales.
"Salvini estaba atormentado, no era como otros veranos", dice una persona  que estuvo con él en la playa”, dice alguien que estuvo con él en la playa
La teoría dice que romper un gobierno en Italia se paga en las urnas. Salvini quería el poder, pero sin ese sambenito. Llegado el verano, cada vez más acorralado, pensó que era el momento oportuno. “Era evidente que se movía algo. Hubo un movimiento europeo para construir un cordón sanitario y aislarlo. La operación Ursula estaba ya en marcha y, en ese proceso, Conte fue una pieza fundamental desde dentro de las instituciones. Además, la filtración de la negociación de uno de sus asesores en Moscú [Gianluca Savoini se vio con unos supuestos enviados del Kremlin para tratar la compra de gas a cambio de una presunta comisión para la Liga] tuvo un origen extraño”, señala el politólogo Giovanni Orsina. La oscura explosión de la trama rusa, justo después del gran resultado en las europeas, le persuadió de que los servicios secretos de algún país cercano pretendían cerrarle el paso.
Salvini, en una playa de Taormina.
Salvini, en una playa de Taormina. 
Los asesores del líder de la Liga, como el subsecretario del Gobierno, Giancarlo Giorgetti, le pedían desde hacía semanas que rompiese con el M5S. En pleno verano, cuando dejó de consultar con ellos y se encerró en sí mismo, empezaron a desesperarse, señala un diputado de la Liga. Pocas personas, más allá de su jefe de redes, Luca Morisi, tuvieron acceso a su estado de ánimo hasta que el 8 de agosto, tres días después de la fiesta del Papeete, lanzó la bomba y pidió “plenos poderes” a los italianos para anunciar la caída del Ejecutivo. “La fecha no fue casual. Pensó que durante las vacaciones sería mucho más difícil que las instituciones reaccionasen y que el PD y el M5S llegasen a un acuerdo”, señala este parlamentario.
La jugada era arriesgada y quiso asegurarse primero de que no habría pacto entre PD y M5S. Llamó a Nicola Zingaretti, secretario general de los socialdemócratas que le tranquilizó pensando que unos comicios también podrían reforzar su liderazgo en el PD. La idea era forzar la reapertura de las cámaras, obligar a regresar a todos sus parlamentarios y acelerar una moción de censura. Mattarella solo podría convocar elecciones lo antes posible para evitar un desastre. Pero notó enseguida que el suelo se movía. Matteo Renzi, histórico enemigo de los grillinos y todavía poseedor del control de la mayoría de parlamentarios socialdemócratas, comenzó a hacer declaraciones y dio una serie de entrevistas, entre ellas a EL PAÍS, donde reclamó lo inimaginable semanas atrás: un gobierno de unidad con el M5S. La trampa estaba lista.
Beppe Grillo, fundador del M5S, y Renzi se pusieron de acuerdo tras años de insultos y el ex primer ministro convenció al secretario general de su partido de las bondades de un armisticio que apoyarían desde el presidente de la República hasta la Santa Sede, profundamente escandalizada con la deriva de odio contra la inmigración y la ostentación pornográfica de símbolos religiosos. El líder de la Liga había trabajado sin descanso la política nacional durante los últimos cuatro años. Pero su acción exterior, encargada personalmente al ex grillino Marco Zanni, había sido un desastre. Especialmente a la hora de aclarar su posición en la Alianza Atlántica. Y por ese flanco llegó la última estocada.
Grillo y Renzi , enemigos irreconciliables, se pusieron de acuerdo para formar una alianza y aislar a Salvini
El 17 de junio, Salvini había volado a Washington para entrevistarse con Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU. La foto de la reunión, como tantas antes, iba a lucir perfectamente en Facebook. Pero sobre la mesa de Pompeo había varias carpetas importantes que requerían una respuesta como la relación de Italia con la Rusia de Putin, China (Conte acababa de firmar un extraño acuerdo para la Ruta de la Seda) y la inmigración. El encuentro no fue bien, según se filtró posteriormente, y EE UU confirmó sus dudas sobre Salvini. “Si eres Italia puedes estar con EEUU y contra Europa; también con Europa y contra EE UU… pero no puedes aliarte con Rusia y estar contra todos. Salvini abrió un desencuentro con Europa sin tener las espaldas cubiertas por los EEUU. Y eso e no comprender los mecanismos de la alta política y crear un problema estructural”, señala Orsina.
El problema cristalizó el pasado fin de semana, justo cuando Salvini intentaba convencer a la desesperada a Luigi Di Maio para dar marcha atrás ofreciéndole ser primer ministro. Conte, reunido junto a los otros seis líderes mundiales en el G7 que se celebraba en Biarritz, cerró esa puerta y anunció que la aventura con la Liga quedaba liquidada. Luego, el presidente de EEUU, Donald Trump, animado por el primer ministro francés, Emanuel Macron, según señalaron algunos medios estadounidenses, se manifestó abiertamente a favor de la continuidad de Conte —aunque le llamase “Giuseppi”— e, indirectamente, del pacto que estaba cocinándose en Roma. La autopsia diría luego que ese fue el último aliento del Capitano.

Hezbollah dice que los comandantes están listos para responder al 'ataque israelí'

Hezbollah dice que los comandantes están listos para responder al 'ataque israelí'

Hassan Nasrallah niega que el movimiento esté construyendo fábricas de misiles de precisión después de la acusación israelí.
Hezbollah dice que los comandantes están listos para responder al 'ataque israelí'
El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, reiteró que el grupo tomaría represalias contra un ataque con aviones no tripulados israelíes [Anwar Amro / AFP]
El líder de Hezbolá ha reiterado que Israel enfrentaría repercusiones por un presunto ataque con aviones no tripulados y dijo que sus comandantes de campo estaban listos para responder.
"Se decide la necesidad de una respuesta", dijo Hassan Nasrallah  en un discurso televisado el sábado, y agregó que Israel "debe pagar un precio".
Nasrallah se dirigió a los partidarios cuando las tensiones entre el movimiento basado en el Líbano y el gobierno israelí amenazaron con aumentar aún más.
El domingo pasado, Hezbolá acusó a Israelde volar drones cargados de explosivos a la fortaleza del grupo en la capital libanesa y prometió tomar represalias.
En ese momento, el movimiento respaldado por Irán  dijo que un avión no tripulado había aterrizado en el techo de un edificio que albergaba la oficina de medios de Hezbolá, mientras que un segundo avión no tripulado había explotado en el aire.
Desde entonces, los medios israelíes informaron que los drones apuntaban a hardware para mezclar el propulsor utilizado en misiles guiados con precisión. 
Los funcionarios de Hezbollah y libaneses no han respondido a esos informes, mientras que Israel no se ha atribuido la responsabilidad del incidente.

Presunto programa de misiles

El jueves, el ejército de Israel acusó a Irán de colaborar con Hezbolá para ensamblar misiles guiados con precisión que podrían causar bajas humanas "masivas".
Pero Nasrallah dijo el sábado que las afirmaciones de que Hezbolá estaba trabajando con Irán para construir un programa de producción de misiles eran una "mentira" y una "suspensión" para justificar la agresión israelí contra el Líbano. 
"No tenemos fábricas para producir misiles guiados con precisión en el Líbano", dijo Nasrallah.
Agregó que el grupo ya tiene suficientes misiles de precisión para cualquier confrontación "pequeña o grande", sin necesidad de construir fábricas para producir más.
Poco antes de que Nasrallah hablara, el ejército de Israel anunció que había ordenado que fuerzas adicionales se desplegaran al "comando del norte" a lo largo de la frontera con Líbano, aumentando aún más la apuesta en la escalada. 
"Las fuerzas terrestres, aéreas, navales y de inteligencia mejoraron su preparación para diversos escenarios" y "los soldados de reserva han recibido un mensaje sobre el tiempo relevante que necesitan para desplegarse" , dijo el ejército el sábado.

Ataques contra milicias respaldadas por Irán

Israel considera que Irán es su mayor enemigo y ha identificado a Hezbolá como la amenaza militar más potente en su frontera.
Sus militares estiman que Hezbolá, que luchó contra Israel hasta un punto muerto en una guerra de un mes en 2006, ahora tiene un vasto arsenal de unos 130,000 cohetes y misiles, pero se cree que la mayoría son proyectiles no guiados relativamente primitivos.
Sin embargo, Israel considera que la adquisición de misiles guiados por precisión por parte de Hezbolá es un cambio importante en el enfrentamiento de larga duración.
A partir de la semana pasada, una serie de ataques han atacado a las milicias respaldadas por Irán en Siria, Irak y Líbano, avivando los temores de una escalada regional. Las milicias han culpado de los ataques a Israel, que recientemente ha intensificado sus esfuerzos para reducir la expansión de la influencia iraní en el Medio Oriente .
El ataque con aviones no tripulados del domingo pasado en el Líbano se produjo pocas horas después de que Israel lanzó ataques en la vecina Siria para evitar lo que dijo que era un ataque inminente de aviones no tripulados iraníes contra Israel. 

Hezbollah, que también opera en Siria, dijo que dos de sus combatientes murieron en esos ataques.
En un raro incidente el miércoles, el ejército libanés dijo que abrió fuego contra drones israelíes que habían violado el espacio aéreo del sur del Líbano, obligando a la aeronave a regresar a través de la frontera.
El primer ministro de Líbano, Saad Hariri, calificó la incursión de "una amenaza a la estabilidad regional" y un ataque a la soberanía del país.
FUENTE: AL JAZEERA Y AGENCIAS DE NOTICIAS