Analista
Anastasia O´Grady pone en duda la construcción del canal de Nicaragua
Opinión:
China quiere excavar el Canal de Nicaragua
http://lat.wsj.com/articles/SB10479520686605314379004581161043500343966?tesla=y
Por MARY ANASTASIA O’GRADY
Lunes,
10 de Agosto de 2015
0:03 EDT
Al igual que
muchas de las decisiones económicas actuales de China, la propuesta de HKND, una desarrolladora de infraestructura de Hong Kong,
de construir un canal artificial a través de Nicaragua, comienza a parecer como
mucho ruido y pocas nueces. Dejando
las consideraciones económicas de lado, China aún podría ver el canal como
parte de una estrategia militar y el presidente Daniel Ortega como una forma de
expandir su imperio empresarial.
Es difícil
presentar un argumento económico a favor de un canal en Nicaragua. El país
centroamericano originalmente estimó el costo del paso marítimo de 278 kilómetros en US$40.000 millones, cifra que ahora
ha elevado a US$50.000 millones. Jorge Quijano, administrador de la Autoridad
del Canal de Panamá, me dijo hace un año que calculaba que el nuevo proyecto
costaría entre US$67.000 y US$70.000 millones.
Los defensores
de la nueva vía dicen que Nicaragua tendrá una ventaja comparativa sobre
Panamá, debido a que su canal tendrá carriles más anchos para acomodar una
nueva generación de buques de carga. Sin embargo, la lógica económica del
transporte marítimo sugiere como poco probable que se materialice la demanda de
un paso en Centroamérica para naves más grandes.
Los
barcos de contenedores extra grandes transportan bienes desde Asia hacia los
puertos en la costa oeste de Estados Unidos, donde son descargados y transportados por tren o camión al
centro del país. Los buques de carga de Asia que transitan por el Canal de
Panamá en ruta a la costa este estadounidense hacen varias paradas, desde Halifax hasta Miami y la costa del Golfo de México. Muchos de esos puertos no tienen la
infraestructura para recibir a estos barcos de carga de gran tamaño, así
que la demanda para que crucen el canal no existe. Si la demanda se materializa
en el futuro, Panamá tiene la opción de construir un cuarto juego de esclusas, más ancho, a
una fracción del costo del canal de Nicaragua.
Si HKND
tiene proyecciones de ingresos que difieren de este análisis, no las ha
compartido. Ortega tampoco ha hablado mucho sobre la planeación del canal. Los
nicaragüenses se quejan de que el proyecto entero es un gran secreto de estado.
HKND
contrató a la firma británica Environmental Resources Management (ERM) para
estudiar los efectos sociales y ecológicos del canal de Nicaragua. La firma
supuestamente analizó cómo el paso artificial podría cambiar el Gran Lago de
Nicaragua, la selva tropical y las vidas de los agricultores e indígenas
desplazados.
En marzo, un
panel independiente, organizado por el Centro de Investigación Ambiental del
Sudeste y la Escuela de Derecho de la Universidad Internacional de Florida, vio
copias de borradores de algunas secciones del reporte. El panel concluyó que el
estudio fue hecho con demasiada rapidez como para ser exhaustivo y que ERM no
recibió suficientes datos sobre el plan de construcción del canal. En
respuesta, ERM concedió que el cronograma del estudio fue “agresivo” y que “la
carencia de un estudio final de viabilidad obstaculizó” el análisis.
En mayo, el
reporte de 11.000 páginas y 14 volúmenes fue entregado a HKND y al gobierno de
Ortega. Ninguno de los dos lo ha hecho público.
Los
opositores del canal no se han quedado con los brazos cruzados. Muchos de los 27.000 nicaragüenses que tendrían que ser reubicados
han prometido que darán la pelea. Ya se han registrado más de 35 marchas de
protesta y en algunas los manifestantes fueron golpeados por la policía. Según
informes de prensa, la policía impidió que algunos manifestantes viajaran desde
sus zonas rurales a las demostraciones
.
Estos
obstáculos ambientales y sociales y los dudosos argumentos económicos del plan
podrían explicar por qué no hay una estampida de inversionistas. Reuters
informó en diciembre que HKND había “identificado” US$200 millones en
financiación para el proyecto, pero no se han hecho otras menciones de dónde
provendrá el dinero. La construcción comenzó en diciembre cerca de Brito, en la
Costa Pacífica. No obstante, los nicaragüenses con los que hablé dijeron que el
único logro visible en siete meses ha sido la
reparación de nueve kilómetros de caminos de tierra. Ningún propietario
de terrenos ha tenido que vender sus tierras, un análisis del proyecto,
comisionado a McKinsey & Co., no ha sido publicado y la maquinaria pesada necesaria para mover la tierra no se ve por
ninguna parte.
El gobierno
chino niega estar detrás de la concesión de HKND. Pero con más de US$3,5 billones en reservas internacionales, es el
candidato lógico para pagar la cuenta. Beijing ha ejercitado su músculo
geopolítico en América por más de una década y no ha dudado en trabajar de
cerca con dictaduras corruptas como las de Ecuador y Venezuela. Según HKND, el
canal de Nicaragua necesitará una fuerza laboral de 50.000 personas. Se cree
que muchas de ellas serán chinas. La empresa dice que China
Railway Construction Corporation está realizando estudios de viabilidad
para el proyecto.
La concesión
de HKND incluye el derecho a construir “dos puertos, una zona de libre
comercio, resorts de vacaciones y un aeropuerto internacional”. Con o sin
canal, cada uno es una oportunidad de negocios no sólo para China, sino para
Ortega, que se asegurará de quedarse con una tajada del pastel.
Desde los
días de la revolución sandinista, cuando los comandantes confiscaban las
mejores propiedades del país en lo que se conoció como “la piñata”, Ortega ha
amasado una fortuna en tierras, activos y negocios, incluyendo la importación
de petróleo y la exportación de ganado. El canal chino que ha propuesto sugiere
que quiere más.
Escriba a O’Grady@wsj.com
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