Las
grandes mineras del mundo han perdido aproximadamente más del 50 % de su valor de mercado y siguen cuesta
abajo y ahora se pelean por los escasos centavos de negocios alternativos para
sobrevivir y evitar la quiebra. Ellos mismos hacen el corretaje y ofrecen
servicios de refinación a terceros, etc. Por lo que Se ha desatado una la ola de ventas en los mercados de futuros y
las acciones mineras; (Siguiendo la bolsa china que volvió a caer hoy día miércoles
20 de agosto)
En
busca de ingresos, ningún negocio es demasiado pequeño para las mineras
http://lat.wsj.com/articles/SB10858046249032723673004581183230679484632?tesla=y
Una mina de hierro de la brasileña Vale, en el estado de Pará,
en el norte de ese país. PHOTO: YASUYOSHI CHIBA/AGENCE FRANCE-PRESSE/GETTY
IMAGES
Por
Tatyana
Shumsky y
Timothy Puko
Viernes,
21 de Agosto de 2015
0:04 EDT
En una señal de desesperación en medio del derrumbe en los
precios de las materias primas, las empresas mineras incursionan en negocios de
bajos márgenes, a menudo dominados por
los intermediarios del sector, en busca de nuevas fuentes de crecimiento.
Rio
Tinto PLC empezó a
refinar el mineral de hierro de otras compañías.
La
brasileña Vale SA, el
mayor productor mundial del commodity, comenzó a mezclar minerales para
producir provisiones a la medida de los compradores.
La
carbonífera estadounidense Murray Energy Corp. lanzó en junio una división de corretaje.
Las mineras
tratan de aliviar la presión financiera provocada por el desplome de los
precios de las materias primas. Con los metales industriales y el carbón en
niveles mínimos que no se habían registrado desde la crisis financiera, muchas
compañías han perdido más de la mitad de su valor
bursátil en los últimos 12 meses. Un exceso de oferta global y la
debilidad de la demanda han desatado la ola de ventas
en los mercados de futuros y las acciones mineras.
Anglo
American PLC registró
una pérdida de US$6.000 millones en el año que
cerró el 30 de junio, comparado con una ganancia de US$100 millones en el
ejercicio previo. “Todos tratan de hallar formas de exprimir lo que puedan”, dice
Rick de los Reyes, quien ayuda a administrar un fondo de US$1.500 millones
dedicado a metales y minería de T. Rowe Price. “Todos
luchan para sobrevivir”.
La búsqueda
de ingresos, por pequeños que sean, ilustra cómo los productores abordan su
nueva realidad tras la explosión de la burbuja de los
commodities impulsada por el acelerado crecimiento de China.
También
representa un reconocimiento tácito de que los precios de los bienes básicos
probablemente seguirán bajos por un período prolongado, un desafío para las empresas que se endeudaron para comprar activos cuando
los precios eran altos.
Las
cotizaciones
del
mineral de hierro han caído 22%,
las
del cobre 19% y
las
del níquel 31% en lo que va del año, mientras que las del carbón han
descendido por lo menos 10%, dependiendo del tipo.
En el primer
trimestre, camiones repletos de rocas grises con tonos azulados empezaron a
recorrer Utah, en Estados Unidos, en dirección a la fundición
de Rio Tinto, que tiene una chimenea casi de la altura del edificio
Empire State de Nueva York. El mineral de cobre, sin embargo, no pertenece a
Rio Tinto, sino a otros productores que le pagan al gigante minero para
calentar las rocas a 1.300 grados centígrados
para librar el cobre de sílice, hierro y
azufre.
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“Es vital
que sigamos abocados a recortar costos, aumentar nuestra productividad y lograr
el máximo valor de nuestras operaciones”, dice Jean Sébastien Jacques,
presidente ejecutivo del grupo de cobre y carbón de Rio Tinto.
Las mineras
dejaron durante años la tarea de refinar, mezclar y transar metales a
corredoras de commodities como Glencore PLC y Trafigura Beheer BV. Ahora, están invadiendo el
territorio de las firmas de corretaje. Glencore y Trafigura no quisieron
comentar.
La
estrategia está llena de riesgos y las potenciales ganancias son escasas, dicen analistas e inversionistas.
Estas actividades requieren de una
gran cantidad de capital, los márgenes son ínfimos y una maniobra inoportuna puede
producir pérdidas cuantiosas, indican.
Lucas Pipes,
analista de minería y metales del banco de inversión FBR & Co., dice que es
prudente que las mineras expandan su gama de operaciones, pero que los retornos de estas actividades son, en general,
minúsculos.
“Es algo común cuando estás
en el fondo: uno pelea por los centavos”, observa.
Vale
inauguró el año pasado una terminal de fundición de hierro en Malasia para
atender de mejor forma a sus clientes asiáticos, dispuestos a pagar hasta US$3
más por tonelada de ese mineral mezclado, según los ejecutivos de la empresa.
La decisión
de Anglo American de transar por su cuenta metales del
grupo del platino, como el paladio y el rodio además del platino, ha
impulsado las ganancias de la división Anglo American
Platinum en 2%, señala Andrew Hinkly, director de marketing de la
subsidiaria.
“¿Influye
mucho en los resultados? No”, manifiesta Tim Gramatovich, director de inversión
de Peritus Asset Management, que administra activos del orden de los US$1.000
millones. “Provee algo de estabilidad a lo que están haciendo (…) pero la única
forma en que se recuperarán es la oferta y la demanda”, advierte.
Algunas
mineras reconocen que no tienen muchas alternativas.
Murray
Energy lanzó una filial
de corretaje,
Javelin
Global Commodities Ltd.,
para ser una de las pioneras de los contratos con precios y volúmenes
flexibles. Es un cambio radical para una compañía tradicional cuyo presidente
ejecutivo alude a sus contratos como “matrimonios”. Murray compró la semana
pasada sus primeras minas fuera de EE.UU. al banco de inversión Goldman Sachs
Group Inc. con la idea de mezclar el carbón colombiano con el estadounidense
para los compradores internacionales.
“Los
productores no se pueden quedar de brazos cruzados y decir que no pueden
realizar esta clase de acuerdos”, asevera Peter Bradley, presidente ejecutivo
de Javelin y ex operador de commodities de Goldman Sachs.
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