La
gran crisis China causa un efecto devaluatorio
en todos los mercados emergentes y el desplome de su mercado bursátil .algunas
mineras han caído en 95%
Cómo
se formó la tormenta en el mundo emergente
http://lat.wsj.com/articles/SB12364240996500314105804581191253333530410?tesla=y
La mina de
oro South Deep, al sur de Johannesburgo. PHOTO: THEMBA HADEBE/AP
Por Raymond Zhong, Patrick McGroarty y Ben Otto
Martes,
25 de Agosto de 2015
0:03 EDT
La
conflagración que envuelve a los mercados emergentes estuvo gestándose durante
mucho tiempo. Las malas noticias de China fueron la chispa que encendió la
mecha.
A medida que
crecen las inquietudes sobre la segunda economía mundial, los inversionistas
retiran su dinero de los países en desarrollo, que con sus vastos recursos
naturales han alimentado la máquina industrial del gigante asiático.
Durante los
últimos 15 años, América Latina se benefició de la creciente demanda china de
commodities como la soya, el cobre y el mineral de hierro. Por su parte, Indonesia, Malasia, Sudáfrica y otros exportadores de
materias primas han sufrido una depreciación de sus monedas a mínimos de varios
años frente al dólar, lo que limita la capacidad de sus bancos centrales para
reducir las tasas de interés y reactivar sus economías. Esos países tampoco aprovecharon los años de abundancia para reorientar
sus economías hacia actividades que se beneficiarían de una divisa más débil,
como la industria manufacturera.
La
perspectiva de que años de un ciclo de declive impulsado por China —y la falta
de municiones de política para combatirlo— pueda prolongarse complica
seriamente a estos países.
“Todos
éramos plenamente conscientes de la vulnerabilidad de los mercados emergentes”,
dice Malcolm Charles, gestor de portafolio de Investec Asset Management en
Ciudad del Cabo, que administra US$120.000 millones. Ahora, señala, “sólo puedo
ver rojo en mi pantalla. Hay una salida completa de activos de riesgo”.
Las nubes
habían estado formándose durante meses. Anticipando un aumento de las tasas de
interés de la Reserva Federal, los inversionistas fueron transfiriendo fondos a
destinos más seguros, por lo que ya en 2013 el dólar comenzó a fortalecerse
contra algunas monedas de mercados emergentes.
El lunes,
los pesos de México y Colombia, ambos exportadores de
petróleo, registraron mínimos récord frente al dólar. La moneda mexicana
ha caído 23% en el último año, mientras que la
divisa colombiana ha perdido 60% de su valor.
En tanto, el
real se ha derrumbado casi 36% en un año.
ENLARGE
El
rublo cerró la jornada
del lunes en la bolsa de Moscú en su nivel más débil de la historia, a 70,9 por dólar. Un año atrás, un dólar compraba sólo
unos 36 rublos.
En Asia, las
aceleradas devaluaciones de este mes recuerdan la crisis de 1997. No obstante,
la acumulación de deuda en moneda extranjera que la precedió era más grande,
como proporción del conjunto de la economía, que la actual. Además, hoy hay
menos divisas asiáticas atadas al dólar, lo cual libra a los bancos centrales
de tener que vaciar sus reservas para defender el tipo de cambio.
Entre el 1 de enero y el 31 de julio, los gestores de dinero
globales sacaron US$26.000 millones en acciones y bonos
de mercados emergentes, de acuerdo con datos de
EPFR Global, una compañía que hace el seguimiento de flujos de inversión
alrededor del mundo.
En la semana
que terminó el 21 de agosto, los inversionistas
retiraron US$2.500 millones de fondos de deuda de países emergentes, la
mayor salida desde febrero de 2014, según Barclays. Asimismo, sacaron US$6.000 millones de fondos de acciones de esos
mercados en los siete días hasta el 19 de agosto, la séptima semana
consecutiva de salidas, de acuerdo con Bank of America
Merrill Lynch.
En tanto, el
índice de monedas de mercados emergentes de MSCI,
que mide una amplia gama de divisas de países en desarrollo, está en su nivel
más bajo desde junio de 2010, mientras que el índice de acciones de esos países
de la misma firma ha caído 15% este año, con lo que se encamina a su peor
desempeño anual desde 2011 en términos de dólares.
La reducción
de la demanda de China tiene un efecto dominó en las economías de sus
proveedores.
Los ingresos
de la brasileña Vale SA, el mayor productor mundial de mineral de hierro, cayeron 29,7%
interanual en el segundo trimestre, debido a la caída de los precios del
ingrediente siderúrgico. China es el mayor cliente de
Vale, y también de Brasil. La minera ha estado vendiendo activos no
esenciales, incluidos cuatro gigantes buques de carga, con el fin de apuntalar
sus finanzas.
“Hay montones de carbón en
los puertos”, dice
Supriatna Suhala, director ejecutivo de la Asociación
Indonesia de Minería de Carbón. Los grandes productores de carbón han
reducido el número de turnos diarios y han mandado a los trabajadores a sus
casas para equilibrar sus cuentas, señala.
Perk
Lertwangpong, productor de caucho y ex presidente de las Cooperativas de Plantadores de Goma de Tailandia, un
importante país proveedor para las fábricas de neumáticos de China, prevé que
las exportaciones caigan 20% en 2015 frente al año pasado.
Indonesia, que vende carbón, minerales y aceite
de palma a China, pasaba hasta hace poco por un gran momento. En 2012, tuvo un
crecimiento económico de alrededor de 6%. Este año, sin embargo, el mercado de valores ha caído ya más de 20%. El valor
de su moneda, la rupia, se ha reducido 12,5% en
lo que va del año y está acercándose a su nivel más bajo desde la crisis
financiera asiática.
Para las empresas indonesias de materias primas, endeudadas
fuertemente en dólares, no hay respuestas fáciles. La acción de Bumi
Resources, una de las mayores mineras de carbón del país, ha caído 95% en los últimos tres años.
Las últimas
desgracias de China no han sido una total sorpresa. Dileep Srivastava, director
de Bumi, dice que su empresa puede haber sido “la primera de la cuadra” en
comenzar a diversificarse hace unos años, buscando negocios con India y otros
países además de China. “Nos dimos cuenta de que China probablemente
iba a ser un problema continuo”, afirma.
Tom Lembong,
ministro de Comercio de Indonesia, señala que estas difíciles circunstancias
podrían ayudar al país a depender menos de los recursos naturales.
“A corto plazo, tenemos
que dejar que el mercado haga su trabajo”, afirma Lembong. “La depreciación de la rupia ya
ha hecho lo que se supone que debe hacer. Hemos pasado de al menos cuatro años
de déficits comerciales a tener un superávit comercial este año”.
En
Malasia, el ringgit ha
perdido casi un cuarto de su valor este
año. La combinación de la devaluación y la agitación política —esta vez
sobre presuntas irregularidades en el fondo estatal de inversión 1Malaysia
Development Bhd.— ha traído también recuerdos de la crisis de finales de los
años 90.
“Dado que el
ánimo general es tan malo allí, es sin duda el que más nos preocupa en Asia”,
apunta Gareth Leather de Capital Economics.
Los
inversionistas extranjeros poseen casi la mitad de la deuda del gobierno de
Malasia, y el
endeudamiento privado extranjero al final del segundo trimestre equivalía a más
de una cuarta parte del Producto Interno Bruto del país. Al 14 de agosto, por cada dólar de deuda externa de corto plazo,
Malasia tenía en torno a un dólar de reservas internacionales, muy por debajo
de los US$3,70 dólares que tenía a finales de 2013.
A los países
que han reducido su vulnerabilidad externa les ha ido al menos un poco mejor en
la reciente sacudida. La rupia india perdió un cuarto
de su valor durante unos meses en 2013 después de que la Fed dio a
entender que podría reducir sus compras mensuales de bonos. En ese tiempo,
India dependía en gran medida del capital extranjero para financiar sus
importaciones.
Desde
entonces, sin embargo, el país ha acumulado reservas de divisas y ha reducido
el déficit comercial. El primer ministro Narendra Modi ha promovido a India
como un centro atractivo para la fabricación de bajo costo.
La
rupia, sin embargo, siguió depreciándose el lunes, acumulando una caída de 5,5%
desde el inicio del año.
El índice referencial de acciones de India cayó 5,9% a su nivel más bajo en un
año.
“En lo que a
India respecta, nuestra respuesta en esta etapa es muy clara: tenemos que
fortalecer nuestra propia economía”, dijo el ministro de Finanzas, Arun
Jaitley, en Nueva Delhi.
En
Sudáfrica, el rand cayó el lunes a sus mínimos históricos, superando las 14 unidades por dólar. La inflación está aumentando.
Los economistas advierten que el crecimiento podría caer por debajo de las
mediocres previsiones actuales, conduciendo así a un segundo año consecutivo de
expansión menor a 2%.
Sin embargo,
el banco central de Sudáfrica no tiene con qué intervenir; ya el mes pasado
elevó las tasas para reforzar al rand en medio de las dificultades económicas.
Las más
afectadas por esta situación son las minas de oro,
platino y hierro, cuyas riquezas permitieron que Sudáfrica se
convirtiera en la economía más desarrollada del continente. La demanda china de
esos metales hizo que el gigante asiático desplazara a Estados Unidos como el
principal socio comercial de Sudáfrica en 2009.
Trabajadores
de la mina Karee de Lonmin, en las afueras de
Rustenburg, Sudáfrica. PHOTO: SIPHIWE SIBEKO/REUTERS
Desde
entonces, el revés ha sido severo. AngloGold Ashanti
Ltd. reportó la semana pasada una pérdida de US$142 millones en el
segundo trimestre. La minera de platino Lonmin PLC
dijo que recortaría 6.000 empleos, casi una quinta parte de su fuerza laboral,
de aquí a 2017. Glencore PLC está recortando 380
puestos de trabajo en una mina de carbón en Sudáfrica.
“Hay una gran
crisis”, dice
Anton van der Merwe, director de I-Cat Environmental Solutions, un contratista
que brinda servicios de carreteras y purificación de agua en algunas de las
mayores minas de Sudáfrica.
A medida que
las mineras despedían trabajadores y recortaban costos, I-Cat buscó nuevos clientes,
como empresas de telecomunicaciones. La compañía sigue haciendo dinero, indica
Van der Merwe, pero las ganancias en el primer semestre del año fiscal en curso
son 20% menores a lo que se esperaba.
“Al final
del día, (la crisis china) está afectando a todo el mundo”, asevera.
—Andrey Ostroukh,
Anjani
Trivedi,
Wilawan
Watcharasakwet y
Rajesh Roy contribuyeron a este artículo.
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