Los
mercados ponen a prueba la pericia del banco central de China
http://lat.wsj.com/articles/SB12186242971671983984404581169160145827304?tesla=y
Por ANJANI TRIVEDI
Viernes,
14 de Agosto de 2015
0:04 EDT
China
intervino para moderar la caída del yuan el jueves por tercer día consecutivo,
tras intentar apuntalarlo brevemente el día anterior, lo que deja de manifiesto
la falta de experiencia del gobierno a la hora de manejar las expectativas del
mercado.
El Banco
Popular de China parecía haber orquestado una maniobra en la que todos salían
ganando cuando anunció el martes que dejaría que el mercado tuviera un papel
más importante en la determinación del valor de la divisa, un nuevo paso hacia
la liberalización de los mercados financieros que, al mismo tiempo, ayudaba a
su maltrecho sector exportador. El banco central, sin embargo, debe ahora
gestionar las expectativas del mercado.
En una
inusual reunión con periodistas realizada el jueves en Beijing, funcionarios
del organismo enfatizaron que el mercado tendrá un rol más preponderante en la
determinación del tipo de cambio, pero también dejaron en claro que la entidad puede recurrir a sus amplias
reservas en moneda extranjera para mantener las fluctuaciones bajo control.
El banco
central calificó la volatilidad del yuan como un “fenómeno normal” y prometió
mantener la estabilidad de la tasa de cambio.
“El arma no tan secreta del
banco central chino es que puede ordenar a las empresas estatales que compren
renminbis”, dice
Derek Scissors, académico del centro de estudios American Enterprise Institute,
en alusión al nombre oficial de la divisa.
“Una vez que las
compañías estatales empiezan a comprar, la señal disuadirá a muchos
compradores”.
De todos
modos, una depreciación controlada del yuan puede ser un objetivo esquivo.
“Habrá un período de
volatilidad durante los próximos meses antes de que (el yuan) encuentre su
nivel de equilibrio”, señala Alexandra Edstein, gestora sénior de portafolio del fondo de divisas
asiático de The Camdridge Strategy.
Si el Banco Popular de China deja la
cotización del yuan en manos del mercado, corre el riesgo de que se produzca
una fuga de capitales.
Por otra parte, un descenso demasiado
pronunciado de la moneda desataría acusaciones de que el país inició una guerra
de divisas y las empresas chinas, que están altamente endeudadas, tendrían más
dificultades para pagar sus obligaciones en dólares.
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Las
compañías estatales chinas acumulan una deuda de US$1,6 billones, según algunos cálculos, 80% de la cual es de corto plazo. La deuda de las
empresas del país en dólares, incluyendo bonos y créditos, llega a US$367.700 millones, según la proveedora de datos Dealogic. Las emisiones de
deuda en dólares se quintuplicaron entre 2010 y 2014, a US$135.000 millones.
Si bien la
deuda externa de las empresas es una fracción de su deuda
interna de US$18 billones, la caída de 3% del yuan desde la devaluación
del martes ha aumentado la cuenta que tienen que pagar las compañías endeudadas
en dólares en US$11.000 millones en apenas tres días.
El consuelo es que se trata sólo de una pérdida contable que no afectará el
flujo de caja de las empresas hasta que la deuda venza y tengan que pagar el
capital, algo que en la mayoría de los
casos no ocurrirá hasta dentro de dos años.
Las divisas
de los países emergentes asiáticos que tienen fuertes lazos comerciales con
China han caído bruscamente tras la devaluación del yuan, lo que quiere decir
que los inversionistas opinan que el debilitamiento de la moneda china es un
nuevo factor que contribuirá al deterioro de sus economías.
Las
divisas de Corea del Sur y Malasia han perdido más de 2% en las
últimas dos jornadas, para situarse entre las principales damnificadas de la
depreciación del yuan. Vietnam y Taiwán también han
debilitado sus monedas.
Las
exportaciones de estos países a China superan el 10% de su Producto Interno
Bruto, lo que los vuelve
dependientes del gigante asiático. Aunque las divisas de otras economías con
estrechos vínculos comerciales con China también han caído en los últimos días,
como el real y el rand sudafricano, algunas de
las más afectadas han estado en Asia.
“Ahora, ha aumentado el
temor de que se produzcan guerras de divisas y de las consecuencias
potencialmente negativas de la disminución de las exportaciones”, dice Matt Lloyd, estratega jefe de
inversión de Advisors Asset Management, en Colorado.
Las exportaciones asiáticas
registraron tasas de crecimiento de dos dígitos durante años, pero ahora se
expanden a duras penas. Las importaciones chinas ya se habían debilitado debido
al enfriamiento de la economía.
La
devaluación del yuan complica las perspectivas de las economías emergentes que ya deben combatir un escenario
caracterizado por
el derrumbe de los precios de las materias
primas,
la
desaceleración de China,
la falta de
dinamismo de la economía mundial y
las previsiones de un aumento de las tasas de
interés de corto plazo este año en Estados Unidos.
“Todos los mercados
emergentes son más dependientes de la economía china que hace 20 años”, afirma Jean-Charles Sambor, director
para la región Asia-Pacífico del Instituto Internacional de Finanzas.
—Fiona
Law y Chao Deng
contribuyeron a este artículo.
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