China reduce el encaje bancario y la tasa de interés
para soltar dinero y apuntalar las acciones, pero la enorme deuda sigue creciendo
China
intenta un alivio, pero el olor a crisis sigue ahí
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Por ALEX FRANGOS
Miércoles,
26 de Agosto de 2015
0:02 EDT
Al menos
Beijing no está desperdiciando su crisis.
China lanzó
una doble medida de flexibilización monetaria tras la
nueva caída bursátil del martes.
El recorte de las tasas de interés y
una reducción de los
requisitos de reservas de capital de los bancos están dirigidos a
amortiguar la caída de las acciones y estimular la economía real.
Pero en un
paso significativo a largo plazo, el banco central dio un nuevo paso hacia la liberalización de las tasas de interés. El Banco
Popular de China anunció que los bancos tendrán la libertad de ofrecer las
tasas que quieran sobre los depósitos a un año de los ahorradores, similares a
los certificados de depósitos.
En mayo, el
banco central ya les había dado mayor margen, aunque no total libertad, para
fijar las tasas de interés de los depósitos a corto plazo.
Dejar que
los bancos fijen sus propias tasas es el último paso en la transición de China
de un sistema bancario controlado a uno determinado más por el mercado. En
teoría, los bancos han sido libres de fijar sus tasas de interés de sus
préstamos desde 2013, pero debido a que las tasas para depósitos —y por lo
tanto su costo de obtener capital— aún estaban reguladas, las firmas
financieras no habían podido cobrar lo que deseaban.
La
liberalización de las tasas para depósitos ayudará, en teoría, a la economía a
asignar mejor el capital. También permitiría al Banco Popular de China ejercer
una política monetaria más tradicional, en la que el banco central fije una
meta para las tasas de interés que el sistema bancario usa como parámetro y
pueda ajustarlas al alza o la baja de forma según las necesidades. Esos cambios
son positivos para la capacidad de China de manejar su economía en el futuro.
No obstante,
el cambio también eleva el riesgo y
plantea la posibilidad de que incluso si China supera sus actuales
dificultades, quedará expuesta a problemas en el futuro.
La historia
de la liberalización de las tasas de interés alrededor del mundo está llena de
crisis. Los países nórdicos liberalizaron sus tasas de interés en los años 80
como forma de estimular el crecimiento. Los bancos y
los prestamistas a la sombra aprovecharon su nueva libertad para ofrecer
préstamos más baratos, pero esto, combinado con una ola de entradas de
capital del exterior, resultó en burbujas en el sector
de viviendas y recesiones.
El otro
interrogante es si el Banco Popular de China cumplirá su promesa sobre las
tasas para depósitos. Después de relajar su control sobre las tasas de
depósitos en mayo, el banco central les pidió a los bancos discretamente que no
ejercieran su nueva libertad. La entidad temía que si demasiados
bancos subían sus tasas para depósitos, esto pudiera socavar la eficacia
de un recorte de tasas.
Por
supuesto, las medidas que anunció este martes no fueron motivadas por un deseo
de llevar a cabo una reforma de mercado. Fue un acto de
desesperación como consecuencia de la caída en picada de los mercados y
la tibia respuesta a los recortes de tasas previos en la economía real.
De todos
modos, las anteriores reducciones de tasas, contrario a lo que muchos piensan,
han tenido cierto efecto, ya que los costos de endeudamiento descendieron, al
menos en términos nominales. Las acciones de bancos y firmas de bienes raíces
que se cotizan en Hong Kong, cuya bolsa en general ha estado aislada de los
movimientos bursátiles irracionales de este año en China, deberían beneficiarse
por las medidas cuando los mercados reabran.
El problema
para China en este momento es que tantas medidas de política monetaria en tan
poco tiempo han sacudido a los inversionistas. Hasta que el mercado bursátil
toque fondo, y la economía real muestre signos de salud convincentes, el olor a
crisis permanecerá.
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