Glencore
-El coloso suizo de minería y materias primas- tiene una valoración de US$32.570 millones, pero
su deuda neta es US$29.600 millones y sus perspectivas futuras son cada vez peores
por el aterrizaje forzoso de China que se avecina, además que las otras mineras
hacen ahora su propio corretaje .
Glencore
paga el precio de sus grandes apuestas
http://lat.wsj.com/articles/SB10858046249032723673004581183221213789448?tesla=y
Ivan
Glasenberg, presidente
ejecutivo de Glencore, prevé una recuperación de los precios en el segundo
semestre. PHOTO: BLOOMBERG NEWS
Por ALEX MACDONALD
Viernes,
21 de Agosto de 2015
0:04 EDT
LONDRES—Hace sólo un año, cuando la tinta de
su oferta de US$29.500
millones por Xstrata estaba fresca, el presidente ejecutivo de Glencore
PLC, Ivan Glasenberg, planeaba el próximo zarpazo: la
propuesta de fusión de US$150.000 millones con la minera anglo-australiana Rio
Tinto PLC.
Mucho ha
cambiado desde entonces. El coloso suizo de minería y
materias primas ha perdido más de
la mitad de su valor de mercado, acosado por la caída generalizada de los
commodities, desde el cobre al carbón. Su enorme
piso de corretaje, que Glasenberg dijo que iba a proteger a Glencore de los
vaivenes del mercado, no está cumpliendo tal promesa.
Además, la deuda de la compañía —la
mayor entre las grandes mineras— ahuyenta a los inversionistas, que
temen que la firma pierda su calificación crediticia de grado de inversión.
Glencore
anunció el miércoles una cuantiosa pérdida en el primer semestre, tras lo cual
sus acciones cayeron casi 10%, evaporando otros US$3.500 millones de su capitalización de mercado.
La acción repuntó 2,45% el jueves.
Glencore,
domiciliada en Baar, Suiza, registró una pérdida neta de US$676 millones en
el primer semestre, en comparación con una ganancia neta de US$1.720
millones en el mismo período del año pasado. Los ingresos cayeron 25%, a
US$85.710 millones.
El valor de
Glencore en la bolsa es hoy de unos US$32.570 millones,
frente a los US$75.000 millones de principios de julio de 2014, cuando
se acercó a Rio Tinto con la idea de una fusión, que fue rechazada. La deuda
neta de Glencore ronda los US$29.600 millones.
En una señal
del drástico cambio de suerte, Glasenberg reconoció en una entrevista que
aunque sigue a la caza de adquisiciones “oportunistas”, no descarta una oferta
de fusión o adquisición de la compañía, aunque ninguna de estas opciones se ha
concretado. “(Si) llegan buenas oportunidades que tengan sentido económico, vamos a
considerarlas”, aseveró.
El negocio minero de Glencore ha sido
golpeado por el mismo torbellino de los commodities —incluyendo
la desaceleración en China— que ha azotado a otras mineras. En teoría,
la exposición relativamente diversificada de Glencore a distintos metales debía
protegerla, pero el cobre y otros productos básicos a los que Glencore está
fuertemente expuesto también han sufrido una pronunciada caída.
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Glasenberg
pronostica un repunte de los precios en el segundo semestre, una perspectiva
que muchos observadores no comparten. “Ivan se levantó y dijo: ‘No sé a qué se
debe tanto alboroto’ y el mercado se va a recuperar de manera inminente”, dice Anthony Sedgwick, gestor de fondos y co-fundador del
fondo de inversión sudafricano Abax Investments.
La entidad invirtió en Glencore cuando la minera realizó una emisión secundaria
de acciones en Johannesburgo en 2013, pero desde entonces se ha desprendido del
total de su participación. “(Glasenberg) ha destruido su credibilidad”,
asegura.
Glencore, de
todos modos, ganó un importante partidario esta semana. El fondo de inversión
estadounidense Harris Associates LP informó que elevó su participación en la
firma a aproximadamente 4,5%. “La tesis sigue siendo la misma: es un
negocio de calidad y bien administrado a un precio más bajo”, dijo en
un correo electrónico David Herro, vicepresidente y director de inversiones de
Harris.
Glencore fue
formado por el fallecido Marc Rich, un
empresario acusado de evasión de impuestos en EE.UU.
y posteriormente indultado por el presidente Bill Clinton. Durante mucho tiempo
ha sido uno de los mayores operadores de
materias primas del mundo.
Cuando
Glasenberg sacó la empresa a bolsa en 2011, su participación
personal bordeaba los US$10.000 millones. Hoy es el segundo accionista
después del fondo soberano Qatar Holding LLC. Un
año después de la oferta pública inicial, Glasenberg anunció la megafusión con Xstrata, que transformó a Glencore en una de las mayores mineras del mundo.
El ejecutivo
había dicho que el carácter híbrido de Glencore —una minera global diversificada, combinada con una de las mayores
comercializadoras de materias primas del mundo— la protegería de los
altibajos de los mercados.
La
división de corretaje de
la compañía, no obstante, reportó una caída de 29% de
las ganancias ajustadas del primer semestre, que alcanzaron US$1.100
millones, menos de lo que algunos analistas preveían. Deutsche Bank había
pronosticado una ganancia antes de intereses e impuestos de US$1.200 millones.
Glencore
también redujo la previsión de ganancias anuales de su división de
comercialización, a un rango de entre US$2.500 millones y US$2.600 millones.
Glasenberg dijo en marzo que las utilidades de la división oscilarían entre
US$2.700 millones y US$3.700 millones “sin importar para dónde vayan los precios
de las materias primas”.
Los
inversionistas han estado durante mucho tiempo preguntándose cómo evaluar
adecuadamente el desempeño de las operaciones de corretaje. La mayoría de los
socios comerciales de Glencore en las transacciones de commodities son
privados, por lo que los requisitos para revelar información son menos
estrictos.
“Tuvieron
que moderar sus previsiones” sobre sus operaciones de corretaje, dice Nik
Stanojevic, analista de renta variable de Brewin Dophin Ltd., una gestora de
patrimonio privado de US$40.000 millones y un inversionista relativamente
pequeño de Glencore. “Eso es un aspecto muy negativo”.
Glencore
dice que ha reducido su endeudamiento y se comprometió a hacer todo lo que
estuviese a su alcance para proteger sus calificaciones
crediticias de grado de inversión. Sin embargo, el director financiero,
Steven Kalmin, reconoció que puede haber factores fuera del control de la
compañía que podrían amenazar esa calificación. No obstante, durante una
conferencia telefónica con analistas, Glasenberg dijo: “Incluso si caemos un
escalón (en la calificación crediticia), no representaría un alto costo para la
empresa”.
Glencore
tiene una calificación crediticia BBB de Standard &
Poor’s, el segundo grado de inversión más bajo en el escalafón de la
firma. Una caída por debajo del grado de inversión podría aumentar los costos
de financiamiento del negocio de corretaje de Glencore.
“Una deuda neta de
US$30.000 millones parece incómodamente alta”, escribieron los analistas del banco
de inversión VSA Capital Ltd. “Es probable que sean necesarias acciones mucho
más drásticas para fortalecer el estado de cuentas”, añadieron.
Glasenberg
informó que Glencore planea reducir su deuda neta a US$27.000 millones a
finales de 2016 y mantener el reparto de dividendos.
Glencore
mantuvo su dividendo interino (anunciado y pagado antes del ciclo anual de
resultados de una empresa) en seis centavos por acción.
Kalmin, el
director financiero, aseveró que no descarta reducir el dividendo para salvar
la calificación crediticia de la firma.
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