Los
chinos aprendieron a usar los algoritmos de alta frecuencia y están llevando a
la quiebra a los operadores de corretaje de materias primas de otras partes.
Los
operadores de materias primas sufren por sus grandes apuestas en los últimos
años
http://lat.wsj.com/articles/SB11951246353542404397204581195243154462916?tesla=y
Glencore,
con sede en Baar, Suiza, perdió cerca de la mitad de su valor este año. PHOTO: BLOOMBERG NEWS
Por SARAH KENT
Jueves,
27 de Agosto de 2015
0:03 EDT
LONDRES—Durante años, el reservado club de
los mayores operadores de commodities del mundo
prosperó con la volatilidad y las ocasionales y
diminutas diferencias de precios en las materias primas que negocian,
para presentarse a sí mismos como intermediarios ágiles capaces de obtener
ganancias sin importar si los mercados subían o bajaban.
Hoy en día,
muchas de esas firmas funcionan diferente y ello está provocando una inusual
penuria en medio del derrumbe del mercado de las materias primas.
Durante la
década de auge de los precios de los commodities, muchas de estas empresas invirtieron miles de millones de dólares en minas, oleoductos
y terminales de almacenamiento.
Se suponía
que esas apuestas ayudarían a las corredoras a entender mejor la oferta y la
demanda, y a la vez a proporcionar a sus pisos de operaciones una constante
fuente de suministro. Sin embargo, los nuevos activos
también aumentaron su exposición a la caída de los precios en los mercados
en los que ganaron presencia física.
No obstante,
es difícil medir cuánto más expuestos están, ya que muchos de los mayores
operadores aún son de capital cerrado y divulgan poca información. Incluso las
divisiones de corretaje de grandes empresas que cotizan en bolsa, como
Glencore PLC,
con sede en Baar, Suiza, y
Noble
Group Ltd., de Hong Kong,
son difíciles de valorar debido a que tienen muy pocos pares.
“El problema
es que hay una opacidad en torno al negocio de corretaje que lo hace difícil de
modelar”, dice Paul Gait, analista de Sanford C. Bernstein. “Cuando
uno tiene una mina, se puede calcular minuto a minuto lo que vale la mina. Es
mucho más difícil hacer eso con un negocio de corretaje”.
Una de las
firmas más golpeadas en la reciente agitación en los mercados ha sido Glencore,
que bajo la dirección de su presidente ejecutivo, Ivan Glasenberg, salió a
bolsa en 2011 y en 2013 se convirtió en una de las mayores mineras
diversificadas del mundo con la compra de Xstrata. Sus acciones se han
precipitado este año ante la caída de los precios de la mayoría de las materias
primas que extrae, un alto nivel de deuda y preocupaciones sobre su
calificación de grado de inversión, la cual debe conservar para mantener bajos
sus costos de corretaje.
Desde el
inicio del año, los títulos de Glencore han perdido cerca de la mitad de su
valor. La semana pasada, la empresa divulgó una caída
interanual de 29% en las ganancias relacionadas con la minería en el
primer semestre e indicó que obtuvo una ganancia de US$1.200
millones en su división de corretaje. De todas maneras, rebajó su
previsión para todo el año en esa división a entre US$2.500 millones y US$2.600
millones, pese a que Glasenberg había asegurado en marzo que serían de entre
US$2.700 millones y US$3.700 millones “sin importar lo que
sucediera con los precios de los commodities”.
Glencore es “ahora
un gran actor en la producción de metales y carbón, y su desempeño es impulsado
más por el lado minero que por el lado de corretaje”, señaló Craig
Pirrong, profesor de finanzas de la Universidad de Houston. Glencore no quiso
comentar.
La semana
pasada, los ejecutivos de Glencore dijeron que estaban reduciendo la deuda,
recortando los costos y que confiaban en poder defender su calificación de
crédito.
Banqueros
indicaron que algunos costos de endeudamiento ya han
subido para los operadores y que ha aumentado el escrutinio sobre las
empresas con una alta exposición al declive de los precios.
Tradicionalmente,
firmas comerciales como
Glencore,
Trafigura
Beheer BV y
Vitol
Group, han actuado en
gran parte como intermediarios, trasladando cargamentos de cobre, carbón y petróleo alrededor del mundo. Sus
ganancias provenían de la identificación de
disparidades en los precios en diferentes lugares y momentos.
Eso significaba que los períodos de volatilidad podían resultar
altamente rentables. La caída de los precios reduce los costos de
capital operativo y las fluctuaciones en los mercados solían proporcionar
oportunidades de corretaje más variadas.
En gran
parte, esa sigue siendo la idea. Pero las compañías también
se han expandido hacia activos físicos que las exponen más al descenso
de los precios.
Trafigura,
con sede en Ginebra, se
ha enfocado en infraestructura, como
puertos y terminales de almacenamiento, pero también posee minas en España, Perú, Angola y la República Democrática del Congo.
Trafigura no
cotiza en bolsa pero ha emitido deuda y divulga ciertas cifras financieras.
Hace poco informó que su ganancia aumentó 39% interanual en su primer semestre
fiscal, que cerró el 31 de marzo, y que sus márgenes de corretaje se
duplicaron. Aun así, los precios de sus bonos han caído
desde principios de agosto, conforme las cotizaciones del crudo y los metales
básicos que transa tocaron mínimos de varios años. La empresa no quiso realizar
comentarios.
La corredora
suiza Gunvor Group dijo que su ganancia neta
bajó 13% el año pasado conforme la caída de los precios del crudo diluyó el
valor de sus tenencias en PA Resources AB, una
productora de petróleo de Suecia. Las operaciones de corretaje tuvieron sin
embargo buen desempeño, y descontando cargos contables, intereses e impuestos,
las ganancias crecieron 5%. Los bonos de Gunvor aumentaron su cotización este
mes en medio de un programa de recompra. La firma declinó comentar.
El
comerciante de petróleo Vitol también ha acumulado activos, incluyendo la compra la semana pasada de
la participación de su socio en el negocio de
almacenamiento de crudo por US$830 millones. No tiene deuda en
circulación y no divulga sus ganancias, pero señaló que sus ingresos
disminuyeron de US$307.000 millones en 2013 a US$270.000 millones el año pasado
debido a la caída de los precios del petróleo. Vitol declinó hacer comentarios.
Las
acciones de Noble, otra
compañía castigada duramente por el derrumbe de los commodities, han perdido 60% de su valor este año. Noble salió a
bolsa en 1997, pero a diferencia de Glencore, se ha resistido a convertirse en
dueña de activos productores. La razón de su sufrimiento es otra: los inversionistas han perdido la confianza en su
contabilidad.
En febrero
pasado, Iceberg Research, una pequeña firma,
comenzó a plantear dudas sobre las prácticas contables de Noble, diciendo que
había sobrevaluado activos y contratos de largo plazo. Noble ha negado
cualquier irregularidad contable y acusó a un ex empleado de estar detrás del
alegato de Iceberg, que no ha identificado a ninguno de los empleados de Noble.
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