Los
ganaderos ahora pueden usar satélites para cuidar sus rebaños
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Ganaderos
australianos son parte de un programa piloto que usa información recopilada por
satélites de la NASA para seguir de cerca a su ganado. PHOTO: MAYFIELD
Por RACHEL PANNETT
viernes,
29 de enero de 2016 0:05
EDT
Murray Grey
no está conforme con los métodos tradicionales de criar ganado.
Año tras
año, en medio de un calor agobiante, Grey había montado en su caballo para
conducir unas 5.000 cabezas de ganado a lo largo
de una porción del interior de Australia que es dos
veces más grande que la ciudad de Nueva York. Acampar bajo las estrellas
habría sido romántico de no ser por el zumbido de las moscas y la amenaza de
las serpientes venenosas. En el viaje de regreso a las pasturas después del
engorde, el ganado a menudo perdía peso, lo que le restaba a Grey de miles de
dólares de sus ganancias.
El
empresario ganadero de 30 años intentó recientemente otra estrategia. Cambió la silla de montar por el sofá y el látigo por un
teléfono celular. “El tiempo que se tarda en hacer cualquier cosa con un
caballo es un lujo hoy en día. Para el momento de tomar el caballo, cepillarlo,
ensillarlo, conducirlo a donde uno quiere ir”, cuenta Grey. “Estamos usando
mucha más maquinaria para hacer el trabajo”.
La imagen
del vaquero recio y mascador de tabaco que popularizaron actores como John Wayne tiene un enemigo muy moderno: la
tecnología. Grey y otros ganaderos del gigantesco interior de Australia son
parte de un ensayo que usa los datos recogidos por los satélites de la Administración Nacional Aeronáutica y del Espacio de Estados
Unidos (NASA) para manejar sus rebaños.
Los predios
australianos son tan enormes y tan remotos que los ganaderos raramente viajan a
los confines de su propiedad. Apenas recorren 2% de sus tierras de manera
regular. La ventaja de utilizar satélites y otros datos recogidos de forma remota
es que les permite evaluar el ganado mientras se desplaza por sus terrenos.
Otro aspecto que atrae a los ganaderos es la posibilidad de reducir los dolores
asociados a la silla de montar.
Undoolya
Station es la hacienda más antigua del Territorio del Norte, una zona
escasamente poblada del doble del tamaño de Texas. El compositor de música
country John Williamson le dedicó una oda llamada Three Sons (Tres hijos), que
celebra seis generaciones dedicadas a la cría de ganado y la libertad de la
vida de resero.
La hacienda,
que tiene 5.000 bovinos, llegó a emplear a unas 20 personas. Hoy basta con dos:
Ben Hayes, de 43 años, y su esposa Nicole, de 42. Los helicópteros reemplazaron hace mucho tiempo a los caballos como
instrumento para arriar el ganado y podrían estar de más si un experimento
que se realiza en cinco ranchos para poner a prueba la última tecnología
resulta exitoso.
El proyecto
Outback es el primero en el mundo que confía exclusivamente en la tecnología
para monitorear el ganado en áreas remotas, de acuerdo con una agencia del
gobierno estatal.
Los
satélites toman a diario imágenes de
cada metro cuadrado de las haciendas. Estaciones de evaluación automática
instaladas en terreno pesan el ganado cada vez que se acerca a los bebederos a
tomar agua.
Un programa
informático procesa los datos y los remite a los hacendados, que los usan para
tomar decisiones que van desde la cantidad de alimento que necesitan hasta
determinar el momento en el que cada animal alcanza su peso ideal para el
mercado.
Nicole Hayes
no cree que los pioneros que formaron la hacienda se escandalizarían por este
uso de la tecnología. En una entrevista realizada hace varios años, al abuelo
de Ben se le preguntó cómo era la granja en los “buenos viejos tiempos”. Su
respuesta fue que las comodidades modernas como aire
acondicionado, electricidad y refrigerador eran los verdaderos buenos
viejos tiempos, recuerda Nicole.
Sin embargo,
no todos están felices.
Durante unas
recientes vacaciones en Nueva Zelanda, Grey hacía malabares entre sus
obligaciones con sus hijos y monitorear la situación del ganado en su teléfono
móvil, lo que llevó a su esposa a quejarse: “¿No puedes dejar el trabajo en la
casa?”
Grey
reconoce que también echaba un vistazo de vez en cuando a su computadora portátil
para ver cómo estaba su ganado mientras pasaba su luna de miel en Irlanda en
2013.
El
aprovechamiento de la tecnología no ha estado exento de problemas. Temperaturas
superiores a 43 grados centígrados pueden hacer que los paneles solares
utilizados para proveer energía a las balanzas y los sensores electrónicos
funcionen mal. Las tormentas de polvo a menudo cubren el paisaje de arcilla
roja, tapando los paneles, y bandadas de cacatúas, loros nativos de la región,
mordisquean los cables que conectan el equipo.
Tal vez el
trabajo más arduo de todos es convencer a los ganaderos de la utilidad de estas
estadísticas, confiesa Sally Leigo, líder de investigación del Precision Pastoral Management Tools Project, una
iniciativa del gobierno estatal destinada a fomentar el uso de los datos recopilados en forma remota entre los
agricultores.
En un
inicio, algunos ganaderos no creían que los animales acostumbrados a deambular
por vastas extensiones de tierra sin contacto humano fueran capaces de usar los
instrumentos de peso, que les obligan a caminar a través de una puerta estrecha
para acceder a la bandeja de agua, señala Leigo.
¿Qué piensan
los animales? Sin los seres humanos con sus camiones ruidosos y sus caballos,
“se comportan como un grupo de viejas vacas lecheras”, husmeando su camino
hacia el agua uno tras otro, dice Leigo.
“Habrá gente
que no se va a acercar (a la tecnología) ni por nada del mundo”, explica Grey.
“Pero podemos medir la diferencia que está marcando, y está produciendo más
kilogramos de carne”.
Australia
es superada sólo por Brasil entre los mayores exportadores mundiales de carne de res, y los
legisladores y los agricultores piensan que el país podría convertirse en una
gran fuente de alimentos para Asia, donde las personas incorporan cada vez más
proteínas en su dieta.
Sin embargo,
el frágil medio ambiente del campo australiano a menudo se ha resistido a los
esfuerzos para aumentar la intensidad del ganado y el rendimiento de los
cultivos. Gran parte del norte de Australia es susceptible a sequías. Un
período de sequía que se extendió entre 2001 y 2009 obligó a muchos ganaderos a
abandonar la región y contribuyó al alza de las deudas agrícolas. Los expertos
dicen que la tecnología puede ayudar a conquistar el paisaje interior del país,
que en algunos lugares se parece más a Marte que a la Tierra.
“No me
gustaría decir que es el final del arriero estereotípico”, dice Simon Talbot,
presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Granjeros. “Pero,
ciertamente, la gente necesita una nueva mentalidad en torno a lo que significa
operar el vasto paisaje de Australia.”
La
gigantesca hacienda de Grey, de poco más de 202.000 hectáreas en el estado de Australia
Occidental, se ubica a dos horas y media de la ciudad más cercana, incluyendo
más de 80 kilómetros de caminos sin pavimentar.
¿Cómo se verán los vaqueros del
futuro si sus haciendas se pueden manejar con un clic en una computadora?
Hay algunos
trabajos que no pueden ser suplantados por las computadoras, dijo Grey una
mañana reciente mientras se dirigía a remover el estiércol de sus remolques de
ganado.
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