El
pánico en los mercados se justificaría por
la inminencia de una recesión en EEUU, o sospechas por colapso del crecimiento en China o por la
sospecha de que los banqueros y autoridades mundiales mienten , y cuando ocurra; la FED no tendrá
más munición que el 0,25 % de su tasa de interés
La
economía no justifica el pánico de los mercados
http://lat.wsj.com/articles/SB10254489204207633867904581491112311334694?tesla=y
PHOTO:
JUSTIN LANE/EUROPEAN PRESSPHOTO AGENCY
Por GREG IP
jueves,
21 de enero de 2016 0:04
EDT
Los mercados
financieros entraron en pánico ante una brusca desaceleración económica que aún
no ha hecho acto de presencia, y que puede que no lo haga.
Varios de
las bolsas más importantes del mundo, como las del Reino
Unido y Japón, están en territorio bajista, es decir, han retrocedido 20% desde su máximo. El Promedio Industrial Dow Jones acumula un descenso de 9,5% este
año.
Sin embargo,
si no hay señales de un estrés similar en la economía general, ¿por qué
prestarles tanta atención a los mercados? Hay
tres posibles razones por las que la ola de ventas en los mercados podría
apuntar a preocupaciones económicas más amplias.
La
primera es que se avecina una recesión, aunque todavía no aparece en los
datos. Podría ser el turno de Estados Unidos,
cuya expansión económica es la cuarta más prolongada de su historia y el
mercado de valores es un indicador que anticipa, si bien propenso a errores, una recesión.
No obstante,
las cifras de la economía no se están comportando como lo hacen en una fase
previa a una recesión. Aunque el crecimiento de EE.UU. fue probablemente
cercano a cero en el último trimestre de 2015, la generación de empleo se
aceleró. La confianza del consumidor subió a principios de enero a pesar de las
ansiedades sobre el mercado. La vivienda sigue siendo sólida: el número de
permisos expedidos para nuevas construcciones aumentó en diciembre.
¿Qué pasa
con el resto del mundo? “Un colapso del crecimiento en China...
sería un evento determinante”, señaló recientemente Olivier Blanchard,
ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional. “Pero simplemente no hay
ninguna evidencia de tal colapso”.
Es cierto
que el crecimiento de China cayó en 2015 a 6,9%, su menor nivel de los últimos
25 años, pero esa es la tasa a la que el gobierno había apuntado por largo
tiempo. Los datos de importaciones y exportaciones de diciembre sugieren que la
economía se está estabilizando.
Las
encuestas a los gerentes de compras de todo el mundo que elaboran J.P. Morgan y
Markit muestran que la actividad global se frenó un poco en diciembre, pero a
un nivel consistente con una tendencia de crecimiento normal a largo plazo.
nota del autor del blog : el sector manufacturero esta en 2016 por debajo de 50 en EEUU
Una caída de
varios años en los precios de las materias primas y las exportaciones
relacionadas ha hecho retroceder la actividad
manufacturera en EE.UU. y en otras economías. Pero el derrumbe de los
precios del petróleo tiene menos que ver con la disminución de la demanda —en
realidad, el consumo chino sigue creciendo— que con un exceso del suministro.
El colapso de los precios a su vez ha
castigado la inversión en energía. Torsten Slok,
economista de Deutsche Bank, estima que ha caído desde 10% a 5% del total
de las inversiones de capital. Eso significa que no puede descender mucho más.
La
segunda posibilidad es
que en lugar de que la debilidad económica esté provocando un pánico
financiero, sea el propio pánico el que conduzca a una crisis o recesión. El
desplome en el precio del crudo, por ejemplo, ha impulsado un salto en los
rendimientos de los bonos emitidos por compañías energéticas y no energéticas.
El diferencial entre los súper seguros rendimientos de letras del Tesoro de
EE.UU. y los levemente menos seguros préstamos interbancarios en dólares a tres
meses, conocidos como “TED spread”, un indicador de estrés financiero,
ha subido.
Por otro
lado, los bancos tienen poca exposición al sector de energía en comparación con
la crisis de las hipotecas subprime en 2008 o la deuda de América Latina en
1982. Los reguladores los han obligado a reforzar sus reservas de capital y de
liquidez.
La
tercera posibilidad es
que los mercados están perdiendo la
confianza en los responsables de políticas, impulsados en particular por
los acontecimientos en China y EE.UU.
Los líderes
chinos cometieron errores en sus esfuerzos para impedir que la burbuja bursátil
se desinflara y confundieron al mundo al devaluar el yuan en agosto pasado y de
nuevo este mes. La política monetaria china es opaca y
politizada, lo que significa que los extranjeros
son escépticos ante la versión oficial de que todo es parte de un
movimiento hacia una tipo de cambio determinado mayormente por el mercado.
“Colectivamente, hemos perdido fe en la capacidad de las autoridades chinas
para hacer siempre lo correcto”, dice Ángel Ubide, un ex gestor de fondos de
cobertura que ahora se desempeña en el Instituto Peterson de Economía
Internacional.
La
Reserva Federal es transparente e independiente, pero los mercados no
están de acuerdo con sus planes. En diciembre pasado, con un desempleo de 5%,
comenzó a aumentar las tasas de interés de corto plazo con la intención de
elevarlas a entre 2,5% y 2,75% hacia finales de 2017.
No obstante,
la caída del precio del petróleo aleja aún más la meta de inflación de 2% de la
Fed, con lo cual los mercados creen que la entidad se demorará más en
normalizar las tasas.
La
determinación de la Fed de subir las tasas es un viento en contra para el
mercado de valores en lugar del viento de cola que había provisto con sus
múltiples rondas de estímulo desde 2008.
Esto no es
necesariamente un problema para la economía. En una reciente nota a sus
clientes, Stephen Jen, que dirige la firma de asesoría de divisas SLJ Macro
Partners, cuestionó la idea de que una ola de venta de acciones pueda
justificarse sólo por la debilidad económica. “Podríamos hacer la pregunta
opuesta de si Estados Unidos y la economía global han mejorado realmente 200%
desde 2008, o 20% desde el máximo de 2007?”, aseveró.
Una
preocupación más grande es que si se avecina una recesión o una crisis, los bancos centrales y los gobiernos no puedan, o no vayan, a ayudar.
Los líderes de China descartaron una nueva ronda de gasto fiscal y créditos. La
munición de la Fed equivale sólo al cuarto de punto porcentual de la tasa de
interés que puede reducir, y otros bancos centrales no tienen ni siquiera eso.
Andrew
Balls, ejecutivo de la gestora de fondos Pimco, sostiene que los mercados
deberían revertir la tendencia cuando los precios hayan bajado lo suficiente o
cuando anticipen alguna especie de “interruptor” que detenga las caídas como un
recorte de tasas del banco central. “Estoy preocupado por la falta de
interruptores en los bancos centrales”, señaló.
No hay comentarios:
Publicar un comentario