Idea
de negocio: hacer que EEUU le quite su licencia de funcionamiento al Deutsche
Bank ( en territorio norteamericano) para que sus acciones se derrumben del
todo y sea adquirido a bajo precio (actualmente
se encuentra en una posición muy vulnerable)
Opinión:
Deutsche Bank en el abismo
http://www.dw.com/es/opini%C3%B3n-deutsche-bank-en-el-abismo/a-19010758
El banco alemán está sumido en la más profunda
crisis de su historia y no se vislumbran perspectivas de mejora. La
competencia le gana sobradamente la partida. Henrik
Böhme cree que se trata de pura supervivencia.
Deutschland Deutsche Bank Schriftzug Symbolbild
Verluste
Hay que
reconocérselo: el presidente ejecutivo de Deutsche Bank, John Cryan, hace todo
lo que puede. Mientras su predecesor, el autosuficiente Josef Ackerman, veneraba la institución financiera como si esta
fuera una especie de Santo Grial, Cryan representa el papel de humilde
trabajador. No tiene inconveniente en dar a conocer lo que a otros les
resultaría vergonzoso admitir, como el hecho de que ni el propio Cryan ni otros
directivos cobrarán primas de beneficios correspondientes al pasado año. Cryan
se muestra optimista y luchador. Y, al mismo tiempo, dispuesto a hacer los
cambios necesarios. Porque no hay otra opción para el Deutsche Bank.
Institución devastada
Para
comprender el desastre al que se ha llegado, solo hacen falta unas cuantas cifras.
Son muy pocas: 24 mil millones, 17 mil millones y 16
mil millones de dólares. Esos son los beneficios anuales de los bancos
estadounidenses JP Morgan, Citigroup y Bank of America.
Esa es la liga en la que el Deutsche Bank querría jugar. Pero, en el mismo
contexto pésimo de mercado que aquellos bancos, ha tenido pérdidas de siete mil
millones de euros.
También los
demás han tenido que pagar severas multas, han sufrido las estrictas
condiciones de los reguladores y han tenido que ganarse de nuevo la confianza.
Pero los inversores huyen en tropel del Deutsche Bank. Desde que John Cryan tomara posesión del cargo el pasado verano,
el ya bajo precio de las acciones ha caído
prácticamente a la mitad. Para colmo de males, la primera agencia de
calificación crediticia ha dado su veredicto: rebaja de la calificación con perspectivas negativas.
Si tomamos
en cuenta su valor en el mercado, el banco insignia
de Alemania
no se encuentra ni entre las primeras 50
instituciones
financieras del mundo. Si consideramos los 20 mil
millones de euros de capitalización bursátil, el Deutsche Bank es prácticamente un candidato a ser adquirido.
Pero en las
torres gemelas de Fráncfort, sede de la institución, no deben preocuparse por
esto:
¿quién va a querer comprar un barco que no
endereza su rumbo, que anda buscando un modelo de negocio, un sentido a su
existencia?
¿Desea seguir siendo un banco
universal?
¿O tal vez sería mejor que se
diversificara?
¿Cómo se quiere abordar el reto de la
digitalización del sector?
Hasta ahora,
la nueva dirección no ha dado respuesta a estas cuestiones. En cambio, se
escucha a la directiva hablar con optimismo, diciendo aquello de la “luz al
final del túnel”. Esa luz podría ser también la de una locomotora que avanza
inexorable para arrollar a la institución.
No
hay salida, ¡aprovechémoslo!
Son tiempos
amargos. No es para menos: casi siete mil millones de
euros en pérdidas, una catástrofe. El Deutsche Bank necesita dinero con
urgencia para poder emprender reformas gigantescas.
Boehme Henrik
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Henrik
Böhme, de la redacción de Economía de DW.
Y nadie
puede responder a la pregunta de cuánto
dinero pueden costar los litigios pendientes. Lo más grave que podría ocurrir sería la pérdida de la licencia bancaria en Estados
Unidos. ¿Improbable? Gracias al caso Volkswagen, últimamente los
estadounidenses no miran con buenos ojos a los alemanes.
Es cierto
que se vislumbran algunos destellos positivos. Es posible que este año vuelva a
haber beneficios. Pero ninguno de los miembros de la Junta Directiva apostaría
su propia casa a ello. Y eso que, para Alemania, sería
importante que el Deutsche Bank volviera a jugar un papel global.
¿Qué implicaría que un exitoso país
exportador como Alemania no pudiera presumir de un gran y exitoso banco
internacional? Se
pueden decir muchas cosas negativas de Deutsche Bank, pero, por otro lado, hay
esperanzas de que vuelva a ponerse en pie. Lo que ahora le falta al Deutsche
Bank es tiempo y confianza. Los mercados son implacables. John Cryan y su
equipo, en realidad, no tienen opción alguna. Pero, como ocurre en el deporte,
precisamente en ese hecho podría residir la solución.
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