Holandeses de Rotterdam reinventan la mítica Atlántida con platico reciclado; (carreteras
de plástico al mismo costo que el asfalto pero que duran 100 años e islas y granjas flotantes para ganado vacuno) una solución
a la huelga de la basura en el Líbano.
La ruta (sostenible) hacia el
futuro es de plástico
http://elpais.com/elpais/2015/09/14/planeta_futuro/1442223700_511203.html
Rotterdam apoya la innovación urbana a orillas
del puerto más grande de Europa
Islas, carreteras y granjas emergen en una ciudad que ya no es la
segundona de Holanda
ISABEL FERRER
Rotterdam
17 SEP 2015 –
Así será el Parque
Reciclado construido con los desechos acumulados en el agua / NIEUWE MAAS
A pesar de contar con el
primer puerto europeo, la historia contemporánea de Rotterdam ha estado marcada por cierto complejo de segundona, a remolque de la
capital, Ámsterdam. Sin embargo, tras dos décadas de profunda
transformación urbana, empieza a destacar como laboratorio donde los
experimentos en busca de una ciudad sostenible se ponen en práctica con ayuda
pública y privada. Una renovación que pasa por
aprovechar el agua, su mayor baza, y transformar en islas o
carreteras los residuos plásticos que arrastra.
La ciudad es la última parada del río Mosa antes de entrar en el Mar del Norte, y los nuevos proyectos amplían el concepto
clásico de reciclaje. El plástico, convenientemente tratado, vertebra la ruta
hacia el futuro que se ha propuesto trazar la Ciudad Europea del Año 2015, así elegida por la ONG británica
Academia Internacional de Urbanismo.
El mundo tira ocho
millones de toneladas de plástico al mar cada año
Las cifras del plástico son abrumadoras. Al año, se
producen en el mundo unos 230 millones de toneladas en sus distintas
modalidades. El cálculo es de 2009 y
ha sido efectuado por la Fundación Mar del Norte (creada en Holanda en 1978 por
varias organizaciones medioambientales). El 75% de las basuras acumuladas en el
entorno corresponden al plástico —en el
océano llegan al 80%— pero antes
han debido pasar por los ríos.
El Mosa, que nace en Francia,
atraviesa Bélgica y tiene su
desembocadura en Rotterdam, arroja al mar unas 15.000 piezas plásticas por hora. Desde botellas y tapones, a bolígrafos, bolsas o sandalias. Teniendo
en cuenta que no solo contaminan, sino que pueden matar a los animales
(indigeribles, no notan la sensación de hambre y perecen), los nuevos planes de
transformación urbana pretenden convertirlo en bienes tangibles. Como el Parque
Reciclado construido con los desechos acumulados en el agua.
Una vez extraídos, son
analizados en la Universidad holandesa de Wageningen, especialista en recursos
naturales, agricultura y medio ambiente, para elegir los más adecuados como
material de construcción. Esta fase no será difícil, porque el 98% de los residuos flotan en la superficie o a un
metro de la misma. Reunidos por
los denominados Pescadores de Plástico, esta especie de pinza manejada a ras de
agua, los separa y tritura expulsando la materia orgánica. Obtenida la mezcla
más adecuada en el laboratorio universitario, se fabrican unas losetas
hexagonales con las cuales montar una plataforma flotante de doble uso y
distintas alturas. Por arriba, habrá
árboles y vegetación que permita anidar a los pájaros. Por debajo, serán rugosas e irregulares para que los peces depositen sus huevos
y haya mejillones y plantas acuáticas. Repartidas por el puerto, pueden acabar convirtiéndose en islas
habitables fáciles de trasladar.
Carreteras de plástico. /
VOLKERWESSELS
Los trabajos de producción
darán comienzo dentro de dos meses y Ramón
Knoester, arquitecto fundador del estudio WHIM y padre de la idea, sostiene que Bélgica (con el Escalda) y Londres (con el Támesis) han mostrado ya interés.
“En Londres también recuperan las basuras del río. Hay hasta 10.000
voluntarios, pero luego las depositan en tierra y forman colinas de basura
cubiertas de hierba. Lo nuestro trata de aprovechar el poder del plástico y
proteger la naturaleza”, asegura, en el pabellón flotante plantado en una
esquina del puerto desde hace cinco años.
Knoester cuenta con el apoyo
del Fondo holandés para las Industrias Creativas y el Ayuntamiento de Rotterdam.
El Fondo se enmarca en el Plan de la Comisión Europea para la Eco Innovación
(2004) pero el consistorio respalda también a otros
innovadores urbanos.
Es el caso de Anne Koudstaal (varón) y Simon Jorritsma, que han
ideado la Carretera de Plástico.
Partiendo del uso sostenible del plástico como respuesta al problema vital que
ocasiona, y de que el petróleo se acabe agotando, proponen una vía duradera y
de fabricación rápida. Koudstaal es
ingeniero de caminos y Jorritsma experto en asfalto y ciencia sostenible, y su carretera es una gran loseta ligera que
puede instalarse en cuestión de semanas.
Al año, se producen en el
mundo unos 230 millones de toneladas de plástico en sus distintas modalidades
Con 50 centímetros de altura,
entre 3,5 y cinco metros de ancho, y una inclinación imperceptible, pero suficiente, el agua de lluvia se
desliza hasta el borde y va después a la tierra o a los desagües urbanos.
Soporta además el peso de vehículos pesados, y aunque su coste actual es
similar al del asfalto, “dura hasta 100 años, contra los 20 de los
asfaltados, que deben renovarse”. “La Carretera de Plástico aguanta temperaturas entre 40 grados bajo
cero y por encima de los 80, así como posibles vertidos químicos”, afirman
también. En el interior hay sitio para
el cableado eléctrico y las tuberías de rigor. Para evitar que las partículas
plásticas entren en el agua cubrirán con una capa especial, reciclada, por supuesto, la superficie de la carretera.
Con financiación para los dos próximos años, y respaldados por la firma KWS
Infra, la mayor de Holanda en construcción de carreteras y producción de
asfalto, los módulos piloto serán
instalados en 2017. El reto
consiste en conseguir fondos hasta 2020 para afinar el modelo y añadirle (tal
vez) paneles solares y amortiguar
todavía más el ruido del tráfico para un producto “que no sufre corrosión y
requiere un mantenimiento mínimo”.
Si el agua y el plástico
se alían en los modelos anteriores, el agua y la leche forman la columna
vertebral del proyecto de la Granja Flotante. Más de 700 años de lucha contra el mar y la querencia por los productos lácteos (19.000 granjeros producen al año 12.000
millones de kilos de leche, extraída de 1,6
millones de vacas, que reportan 4.300 millones de euros) dominan en panorama holandés. Ante la falta de
terreno y la contaminación del suelo, Peter
van Wingerden, responsable de Beladon, compañía especializada en construcciones acuáticas y sostenibles,
lanzará en noviembre un jardín para el ganado vacuno. Con espacio para 60 ejemplares, que producirán 1.500 kilos de leche
al día, se trata de una estructura montada en capas,
con un establo con árboles en la parte superior. El conjunto soporta una subida del agua de
hasta dos metros.
Vista aérea de la futura
granja flotante ideada por la compañía Beladon. / SANDENBURG
“Las vacas detestan el
prado. Lo que les gusta de verdad son los árboles”, dice Van Wingerden,
convencido. De todos modos, el suelo
devuelve la sensación del pastizal y es poroso para poder separar la orina de
las heces reduciendo la emisión de amoniaco. La primera, filtrada y
recogida en un contenedor hermético instalado en la parte inferior, sirve como
fertilizante líquido. Un robot se ocupa
de las heces, que una vez fermentadas, son abono orgánico para producir pasto
en el propio complejo. El agua de
lluvia es recogida y tratada para que beban los animales, y el sol y el viento generan la energía suficiente para
el conjunto. El ganado dispone también
de un prado adyacente y accede a Granja Flotante por una rampa.
“La mayoría de las
ciudades están a la orilla del agua y cada vez hay más gente y menos espacio.
Trasladarnos al agua es natural y producir
lácteos en la ciudad reduce el transporte y la contaminación”, comenta el responsable de Beladon. Teniendo en
cuenta que el holandés medio consume unos 300
gramos diarios de lácteos, una veintena
de granjas flotantes cubrirían, según sus cálculos, las necesidades de la mitad
de los 620.000 residentes de la ciudad portuaria.
Courage, la rama de innovación de la industria láctea
holandesa, y la granja urbana Uit
je Eigen Stad (De tu Propia Ciudad) apoyan el proyecto, sostenido con fondos privados.
Así es la mayor purificadora de aire del
mundo.
Así es la mayor
purificadora de aire del mundo. / DAAN ROOSENGARDE
Pero Rotterdam no estaría
completa en su búsqueda constante de un desarrollo sostenido sin algo de arquitectura vanguardista. Daan
Roosengarde, diseñador y artista,
acaba de presentar la mayor purificadora de aire del mundo, que puede montarse
en un solo día. Se trata de una torre de
seis metros y medio de altura que succiona aire contaminado, como si fuera un
aspirador, y lo devuelve limpio.
Con un centro de
operaciones que ha bautizado con el nombre de Fábrica de Sueños, situado en la
misma zona del puerto (MH4) que
la Granja Flotante, ha llegado a
un acuerdo con el consistorio. Se ocupará de convertir su estudio en un
laboratorio de ideas “por extrañas que sean, que animen la economía local y
favorezcan la creatividad”.
Para la ciudad inteligente
del futuro que imagina, aplica la “tecno poesía”, en sus propias palabras. Es
decir, el espíritu práctico y la belleza misma de la naturaleza. Expertos de Pekín, Sao Paulo y Bombay son esperados en la ciudad holandesa para
echar un vistazo a la torre. Entretanto, su faceta artística se traduce en los
anillos y gemelos obtenidos con las partículas de carbón del aire contaminado.
Sometido a baja presión, “son joyas equivalentes a 1.000 metros cúbicos de aire
puro” urbano.
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La crisis de la basura en
Líbano es ya una protesta política
http://noticias.lainformacion.com/mundo/la-crisis-de-la-basura-en-libano-es-ya-una-protesta-politica_sli7TYRxXGRaNQWX3nWFi7/
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