Brasil
corre para contener el efecto cascada de la rebaja crediticia de S&P, el dólar
está en 4,35 reales
http://lat.wsj.com/articles/SB11293770844045404225104581225461291958274?tesla=y
La
presidenta Dilma Rousseff busca maneras de impedir una segunda rebaja. PHOTO:
ERALDO PERES/ASSOCIATED PRESS
Por
John Lyons y
Paul Kiernan
Viernes,
11 de Septiembre de 2015
0:02 EDT
Un día
después de que Standard & Poor’s redujo a nivel
especulativo, o de chatarra, la calificación de la deuda de Brasil, la
presidenta Dilma Rousseff maniobraba el jueves a toda velocidad para tratar de
estabilizar una crisis política y económica que amenaza a su frágil gobierno.
Los brasileños, temerosos de que no pueda conseguir su objetivo, se refugiaron en la seguridad del dólar.
El real, que
este año ha sido una de las monedas de peor desempeño frente al dólar, cayó
alrededor de 2% a 3,865 unidades por divisa estadounidense, su nivel más débil
desde 2002. El real perdió todas las ganancias registradas durante el
prolongado auge de las materias primas que transformó a Brasil en una de las
economías predilectas de los inversionistas globales. En las casas de cambio, el real se cotizaba a 4,35 por dólar.
“El dólar
subió un montón en muy corto tiempo”, dice Daniel Felipe Vieira Pires. El
abogado de 29 años de Rio de Janeiro pretendía viajar a Europa, pero la caída
de la divisa lo obligó a suspender los planes.
Los planes
de viajes no son lo único que se está replanteando en un país plagado de
crisis.
La rebaja de
Standard & Poor’s anunciada el miércoles en la tarde sirvió como el
recordatorio más reciente del dramático giro que ha sufrido la economía local
ante la desaceleración de China, su principal socio comercial, que compra
mineral de hierro y otros recursos del país sudamericano. Brasil obtuvo el codiciado grado de inversión de la agencia
en 2008, un evento promocionado por los líderes de ese entonces como una
prueba de que una nación que había convivido durante largos años con la volatilidad
se estaba volviendo próspera y estable.
La era de
las vacas gordas no duró mucho. La rebaja de esta semana desnudó los inmensos
obstáculos al crecimiento que algunos inversionistas pasaron por alto mientras
la abundancia producida por los altos precios de las materias primas desataba
una fiebre por invertir en los mercados emergentes. El
iBovespa, el índice de acciones líderes de la Bolsa de São Paulo,
acumula una caída de 20% este año y de casi el doble
desde su máximo histórico alcanzado en 2008.
ENLARGE
La
economía brasileña
parece a merced de los caprichos de un sistema político caótico que depende del intercambio de favores a puertas cerradas por
parte de un mosaico de partidos políticos que se dividen el Congreso y
tienen poco en común, salvo la inclinación por expandir sus bases de poder.
Analistas
dicen que esta cultura de repartirse el poder contribuyó a generar el escándalo de sobornos de US$2.000 millones en la
petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA. Decenas de
ejecutivos y políticos del gobernante Partido de los Trabajadores y sus aliados
han sido encarcelados.
Standard
& Poor’s también
rebajó el jueves la calificación de Petrobras y la dejó
a nivel chatarra, junto con la de unas 30 compañías estatales. S&P
redujo la calificación de Petrobras en dos peldaños, de BBB- a BB, y le asignó
una perspectiva negativa.
Legisladores
de varios partidos, incluyendo algunos que en algún momento fueron aliados de
Dilma Rousseff, sopesan abiertamente los riesgos y los beneficios de impugnar a la mandataria por una deficiente gestión
económica o por permitir el florecimiento de la corrupción. Un partido
de oposición anunció el jueves una petición para iniciar los procedimientos
para realizar un juicio político.
El mismo
desorden político puede impedir que el gobierno enderece el rumbo de la
economía, dicen economistas de Standard & Poor’s y otros observadores.
La principal
analista de deuda soberana de la calificadora de riesgo dijo que una de las
principales justificaciones para reducir la calificación de Brasil es que el
gobierno contempla un presupuesto para 2006 es 2016 plagado de déficits, a pesar de que pasó meses
prometiendo impulsar medidas para cerrar la brecha fiscal y contar con un mayor
margen de maniobra para pagar su creciente deuda. “El presupuesto presentado la
semana pasada, en nuestra opinión, dio señales de un cambio”, aseveró Lisa
Schineller, directora ejecutiva del grupo de calificación de deuda soberana de
S&P. “Fue un cambio desde nuestro punto de vista sobre la posibilidad de
cohesión, de un avance hacia un plan sólido”.
La economía
atraviesa su peor recesión de los últimos 25 años y se proyecta una contracción
de 2,4% este año y de 0,5% en 2016.
No obstante,
la capacidad de las autoridades para apuntalar el crecimiento es obstaculizada
por una tasa de inflación que es más del doble que la
meta oficial y un déficit fiscal que, en opinión de muchos economistas,
exige una combinación más radical de recortes de gastos y aumentos de
impuestos. El déficit fiscal de Brasil en el año que
cerró el 31 de julio rondó 9% del Producto Interno Bruto, alrededor del
triple del déficit de 2013.
Standard
& Poor’s redujo la calificación de la deuda de Brasil a BB+ y la ubicó en
la categoría de chatarra. Las otras dos principales clasificadoras de crédito,
Fitch Ratings y Moody’s Investors Service, mantienen el grado de inversión para
Brasil. Esto es importante porque algunos grandes fondos de inversiones tienen
la obligación de vender valores si dos agencias los ubican en terreno
especulativo.
“Es muy, muy
difícil ser un gestor de cartera en estos días”, dice Frederico Mesnik, socio
fundador de Humaitá Investimentos de São Paulo. Los activos bajo gestión de la
firma han caído de 230 millones de reales hace dos años a 40 millones de reales
en la actualidad, a medida que la creciente incertidumbre política reduce el
apetito de los clientes por la renta variable. “Es muy difícil ver más allá de
dos semanas”.
Rousseff
convocó a una reunión de emergencia de su gabinete el jueves en un esfuerzo por
encontrar medidas que apuntalen las finanzas. Horas más tarde, el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, dijo a un grupo
de reporteros que el país consideraría alzas de
impuestos y otras medidas para evitar otra rebaja de calificación. A su
vez, el banco central inyectó el jueves US$1.500
millones en el sistema financiero para frenar la caída del real.
“Tenemos que ver por
qué estamos haciendo este esfuerzo adicional y es simple: para garantizar que
el país sea seguro para los inversionistas, los trabajadores, las familias”, dijo Levy en una conferencia de
prensa en Brasília. “Sabemos que el mercado no se calma con palabras, se calma
con acciones”. Levy, sin embargo, ya ha fallado en intentos previos por llevar
adelante medidas que él mismo dice son necesarias para poner en orden las
finanzas del país.
“Mucha gente
está saliendo de Brasil y no creo que todos los que tienen que salir lo han
hecho”, señala sobre la rebaja Win Thin, estratega de divisas de Brown Brothers
Harriman en Nueva York.
—Paulo Trevisani,
Will
Connors y Luciana
Magalhães
contribuyeron a este
artículo.
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2015 en aproximadamente 200% y ponerlo en 8 reales por dólar para sacar
de la crisis a sus empresas exportadoras estrellas, ya que Rousseff
enfrenta un segundo mandato con más retos que el primero
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