La
zona euro enfrenta los límites de las políticas de estímulo del BCE (la flexibilización cualitativa europea no aumenta el empleo, ni tampoco la inflación,
)
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Antigua sede
del Banco Central Europeo en Fráncfort. PHOTO: DANIEL ROLAND/AGENCE
FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES
Por TODD BUELL
Lunes,
21 de Septiembre de 2015
0:02 EDT
Mientras la
Reserva Federal de Estados Unidos evalúa cuándo subir las tasas de interés de
corto plazo, después de decidir el jueves que no era el momento indicado, el Banco
Central Europeo se puede jactar de haber recorrido con éxito un camino muy
diferente, que fue trazado por la Fed, al comprar bonos por miles de millones
de euros.
Gracias a la
versión europea de la flexibilización cuantitativa, el euro ha caído frente a
la cotización de hace un año, las tasas de interés de largo plazo son bajas y
el crédito bancario se recupera lentamente. Todo esto ofreció un sólido muro de
contención contra el contagio de la crisis griega.
La
zona euro, sin embargo, se está topando con las limitaciones de la política
monetaria y lo que
espera lograr, advierten economistas.
Aunque el
BCE no tiene un mandato para impulsar el empleo, a diferencia de lo que ocurre
con la Fed, su programa de flexibilización cuantitativa
no ha surtido mucho efecto en la tasa de desempleo de la zona euro, que no ha
descendido de los dos dígitos. La inversión de las empresas, un aspecto crucial
para la recuperación, tampoco ha exhibido un gran repunte.
El programa,
lanzado en marzo, permite que el BCE compre alrededor
de 60.000 millones de euros al mes, la mayoría en bonos gubernamentales.
Mario
Draghi, presidente del BCE, indicó hace unos días que el BCE estaba preparado
para expandir el programa de flexibilización cuantitativa si su meta de llevar la inflación a la cercanía del 2% estuviera en riesgo.
La inflación
de la zona euro acumulada en 12 meses llegó a 0,1% en agosto, tras anotar 0,2%
en julio. El banco central acaba de cambiar las reglas de la flexibilización
cuantitativa para facilitar la compra de bonos e indicó que las operaciones
podrían extenderse “más allá” de septiembre de 2016,
en caso de ser necesario. Las esperanzas de una expansión de la flexibilización
cuantitativa en Europa fueron reforzadas tras la decisión de la Fed de
postergar un alza de tasas en EE.UU. ¿Pero ayudaría a estimular la economía
europea?
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Una
ampliación de la flexibilización cuantitativa enviaría una “fuerte señal” de
que la política monetaria de la zona euro “va en dirección opuesta” a la de la
Fed, dijo Jonathan Loynes, economista de la consultora
Capital Economics.
“Esperaría un
debilitamiento del euro y una presión alcista sobre el crecimiento y la
inflación”, agregó.
En agosto de
2014, cuando Draghi sugirió que contemplaban un plan de compra de bonos, el
euro rondaba los US$1,32. Poco después de que el BCE iniciara la
flexibilización cuantitativa en marzo, la divisa se cotizaba a US$1,05 y ahora
está en torno a los US$1,12.
La
caída ha beneficiado a los exportadores, particularmente en Alemania.
Los datos más recientes muestran que la
expansión de la zona euro superó en el segundo trimestre las previsiones
gracias al buen desempeño de las exportaciones.
Los créditos
bancarios también han repuntado modestamente. Las cifras del BCE indican que
los préstamos otorgados a las empresas y las familias comenzaron a crecer en
los últimos meses después de tres años de caídas.
Durante
años, el BCE ha intentado reducir las diferencias en los costos de
endeudamiento en el sector privado en los 19 países que utilizan el euro. El
banco central podría, finalmente, estar lográndolo. La diferencia en los costos
de financiación entre Alemania y países como España e Italia se han reducido en
el último año.
El
BCE, no obstante, no ha podido generar una mayor inflación o aumentar las expectativas de
inflación, aunque algunos expertos señalan que no es el momento de preocuparse
sobre eso.
Dista de ser
claro, sin embargo, si nuevas políticas de estímulo pueden elevar la inversión
a los niveles registrados antes de la crisis. Los préstamos a empresas de la
zona euro totalizaron 4,31 billones (millones de millones) de euros en julio, una
caída de casi 12% frente a los 4,88 billones de enero
de 2009. La economía europea, al contrario de la de EE.UU., es muy
dependiente del crédito bancario y las empresas no han aprovechado las bajas
tasas de interés para endeudarse.
Los líderes
europeos reconocen que se necesita aumentar la inversión y para ello crearon un
fondo para distribuir 315.000 millones de euros en inversiones en los próximos
años.
De todos
modos, el mayor problema para Europa es que la falta de confianza empresarial
está, en gran parte, fuera del alcance de la política monetaria. Si las empresas
contemplan un escenario caracterizado por un descenso de la población en edad
productiva y preocupaciones esporádicas sobre la viabilidad a largo plazo de
que la zona euro se reactive, el atractivo de Europa como destino de inversión
es limitado.
Draghi y sus
colegas han advertido en reiteradas ocasiones que Europa no puede depender de
la política monetaria para apuntalar el crecimiento de largo plazo. Insisten en
que los gobiernos deben realizar
reformas estructurales que aumenten las expectativas de crecimiento.
El banco
central tampoco es impotente. Puede incrementar las compras de activos de
organismos o agencias que invierten en actividades como la infraestructura.
“Si el BCE
aumentara en forma drástica la compra de bonos soberanos, el impacto sobre la
actividad real sería bastante moderado”, señaló Domenico Lombardi, director del
programa de economía global del Centro de Innovación de Gobernanza
Internacional, un centro de estudios canadiense. “Sin embargo, si el BCE comprara
valores de esas agencias, el impacto claramente aumentaría”, señaló.
La debilidad
de la inflación parece inclinar la balanza hacia más flexibilización
cuantitativa, aunque haya un límite a sus efectos y se corra el riesgo de
fomentar la formación de burbujas de activos.
“Los riesgos
de sentarse y no hacer nada son mayores que los riesgos de proveer un poco más
de estímulo”, dijo Loynes, de Capital Economics.
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