Fracasa
la contraofensiva de la OTAN contra los talibanes en Kunduz - Afganistan.
El
rigor de la ofensiva talibán obliga a la OTAN a involucrarse en Kunduz
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/30/actualidad/1443626999_945503.html
Fuerzas de la Alianza se enfrentan a
los insurgentes afganos tras un ataque al aeropuerto
¿Por qué
están de vuelta los talibanes?
ÁNGELES
ESPINOSA
Dubái
30
SEP 2015 - 18:44 CEST
Las fuerzas
de seguridad afganas en las afueras de Kunduz. / VÍDEO: ATLAS
El Ejército
afgano está encontrando serias dificultades para desalojar a los talibanes de
Kunduz, la ciudad del norte que capturaron el pasado lunes, a pesar de la ayuda
de la OTAN. Fuerzas especiales de la misión de la
Alianza en Afganistán se han unido como consejeros a las tropas
concentradas en el aeropuerto de Kunduz y este miércoles han tenido un primer
enfrentamiento directo con los insurgentes islamistas. El retraso en la
contraofensiva ya está pasando factura política al presidente Ashraf Ghani. Varios diputados han pedido su dimisión
y la de su socio en el Gobierno de unidad nacional, Abdullah
Abdullah.
“Asesores de
las fuerzas especiales de la coalición, mientras asesoraban y asistían a
miembros de la fuerzas de seguridad afganas, se han enfrentado a una amenaza
insurgente en la vecindad del aeropuerto de Kunduz, hacia la una de la
madrugada del 30 de septiembre”, ha informado el
coronel Brian Tribus, citado por la agencia
Reuters. Según este portavoz militar de la OTAN en Kabul esas tropas “no tienen
misión de combate, pero sí el derecho a defenderse”.
Mapa de la presencia talibán en Afganistán
Al parecer,
los comandos reaccionaron ante un ataque de los talibanes al aeródromo, donde
se han establecido junto a los 5.000 soldados afganos allí concentrados. Tribus
no ha dado más detalles sobre el incidente, ni tampoco ha precisado el número
de soldados desplegados o sus nacionalidades. Las cifras varían entre 40 y un centenar, según las fuentes, y de acuerdo con
un militar citado por la agencia France Presse se trata soldados de élite
estadounidenses, británicos y alemanes.
“Son muy
pocos”, asegura a EL PAÍS Thomas Ruttig,
codirector del Afghanistan Analysts Network (AAN),
dando a entender que la presencia de esos asesores no supone un factor
decisivo. De momento, este analista opina que “la contraofensiva de ayer y hoy ha fracasado”.
Su
apreciación coincide con los testimonios recogidos sobre el terreno. “El martes
fue un día relativamente tranquilo, aunque durante la noche se reanudaron los
combates y los bombardeos aéreos. Hoy [miércoles] la ciudad estaba tensa, como
a la espera de un repunte en las hostilidades, pero hasta ahora [fin de la
tarde] no se ha producido”, relata Ghilhem Molinie, representante de Médicos Sin Fronteras (MSF) para Afganistán, que está
en contacto permanente con el personal de su hospital en Kunduz.
“El primer día la
ciudad se sumió en el caos hasta el momento en que quedó claro que la oposición
había tomado el control”, explica cuidando su lenguaje.
La estricta
neutralidad de su organización en el conflicto ha permitido que las “nuevas
autoridades” les den garantías de que van a proteger el hospital y a su
personal, 470 trabajadores, incluido un puñado
de extranjeros.
Desde el
lunes, han tratado a 272 pacientes (entre ellos 53
niños y 31 mujeres), la mayoría por heridas de bala. “La pasada noche
recibimos víctimas de ataques aéreos con heridas más complejas”, precisa
Molinie.
El portavoz
de la OTAN ha confirmado que la aviación de EE UU lanzó tres bombardeos contra posiciones
talibanes en las afueras de Kunduz.
Sin embargo,
la esperada contraofensiva afgana se está retrasando.
Por un lado,
los insurgentes han minado las carreteras de acceso a la ciudad, lo que está
retrasando la llegada de los refuerzos.
Por otro, la
falta de coordinación y otros males que plagan al Ejército afgano siguen
contribuyendo a su fracaso.
Cerca de 200 efectivos han abandonado el cuartel de Bala Hisar,
un puesto clave en lo alto de una colina desde la que se controlan las
principales carreteras, al quedarse sin munición y comida, según el
vicegobernador provincial, Hamdullah Daneshi.
“Es vergonzoso cómo [el
Gobierno] está afrontando la situación en Kunduz”, se quejaba Iqbal Safi, un diputado
por la provincia de Kapisa, durante una sesión parlamentaria retransmitida por
televisión. Safi ha pedido la dimisión del presidente Ghani y de su jefe
ejecutivo Abdullah. Un portavoz de Ghani le ha respondido que la prioridad del
Gobierno es la seguridad de sus ciudadanos, pero la impresión generalizada es
que la reconquista de Kunduz va a llevar tiempo y a desgastar al Ejecutivo.
Al
contrario, el nuevo líder talibán, el clérigo Akhtar
Mansur, que el pasado julio remplazó al fallecido mulá Omar, se está
beneficiando de la situación. “Le ayuda a probar que controla el grupo y que el
conflicto por la sucesión no ha minado su capacidad militar”, estima Ruttig,
quien recuerda que Mansur estaba ya al mando en la práctica desde hace algunos
años
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