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lunes, 21 de septiembre de 2015

Advierten en EEUU que se pueden evaporar US$ 39,5 millones de millones (12 ceros) en el mercado de bonos (bonos cruzados, te dan un paquete que no sabes que es y con copropietarios que nunca conocerás como para llegar a un arreglo si la cosa se derrumba) y del riesgo de la madre de todas las burbujas, además que la deuda de EEUU es 239 % de su PBI // por Colin Barr encontrado en el WSJ

Advierten en EEUU que se pueden evaporar  US$ 39,5 millones de millones (12 ceros) en el mercado de bonos (bonos cruzados, te dan un paquete que no sabes que es y con copropietarios que nunca conocerás como para llegar a un arreglo si la cosa se derrumba) y del riesgo de la madre de todas las burbujas, además que la deuda de EEUU es 239 % de su PBI


Nota del autor del blog. 239 es el peso molecular del plutonio de bombas nucleares, mal presagio.

El mercado de bonos es más grande y frágil

http://lat.wsj.com/articles/SB12741693213761324112504581247580500878472?tesla=y



Por COLIN BARR

Martes, 22 de Septiembre de 2015 0:02 EDT

Las acciones suben y bajan, pero los bonos empiezan a generar nerviosismo entre los inversionistas sin importar su dirección.

La renta fija de Estados Unidos representa uno de mayores mercados financieros del mundo, con US$39,5 billones en circulación a mediados de 2015, según la Asociación de la Industria de Valores y Mercados Financieros (Sifma, por sus siglas en inglés), una agrupación del sector financiero.

La cifra equivale a 1,5 veces el tamaño de los mercados de acciones estadounidenses y
casi el doble del combinado de las cinco mayores bolsas fuera de EE.UU. (de Japón, China y Europa), según la Federación Mundial de Bolsas. Los mercados internacionales de deuda también han estado en auge.


Sondear el mercado global de bonos de 2015 puede ser un ejercicio intimidante.

La renta fija, asociada desde hace mucho con la seguridad y la previsibilidad, parece más vulnerable que nunca a cambios de precios e interrupciones de operaciones que podrían desbordarse y amenazar la financiación de empresas y consumidores.


Desde la crisis financiera, ha tomado forma un nuevo mercado de bonos.

Es un mundo caracterizado por tasas de interés bajas que dieron paso a una enorme emisión de deuda, regulaciones más estrictas que limitan a los bancos y el ascenso de gestores de activos y firmas de corretaje de alta frecuencia que están cambiando la forma en que se venden y compran bonos.

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El mercado está bajo observación debido a que la Reserva Federal se prepara para subir antes de finales de 2015 las tasas de interés de corto plazo por primera vez en nueve años, mientras la economía global renguea y los niveles de deuda de muchos países son más altos que al comienzo de la crisis financiera.


En EE.UU., la deuda de las familias, las empresas y los gobiernos equivalía a 239% del Producto Interno Bruto en 2014, estima el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), comparado con 218% en 2007.

EE.UU. no es un caso aislado. El crédito en dólares a prestatarios no bancarios fuera de EE.UU. llegó a US$9,6 billones en el segundo trimestre de este año, un alza de 50% frente a 2009, de acuerdo con el BIS. El pago de esos préstamos y bonos en moneda local se encarecerá si el dólar sube, como suele suceder, cuando la Fed proceda con el ajuste monetario, lo que presionaría a grandes deudores como las empresas de mercados emergentes.

El auge de los grandes fondos de renta fija ha creado nuevos riesgos en el mercado estadounidense.

El crecimiento de estos fondos ha ido de la mano con un aumento de la propiedad cruzada de los mismos bonos, lo que eleva la probabilidad de contagio si un gestor empieza a vender, advierte el Fondo Monetario Internacional. Los reguladores temen que muchos inversionistas no sepan qué hay en esos fondos. Una caída del mercado podría provocar retiros de acciones de los fondos, obligándolos a vender activos para recaudar efectivo, lo que exacerbaría la oleada de ventas.


Desde 2007, US$1,5 billones han engrosado las arcas de fondos mutuos de bonos de EE.UU. y fondos que cotizan en bolsa con activos que incluyen bonos de gobiernos, empresas y municipios, según el Investment Company Institute (ICI), que agrupa a las firmas de inversión de EE.UU. Los fondos de acciones comparables han recibido US$829.000 millones.


Los fondos mutuos y los que cotizan en bolsa poseen 17% de todos los bonos corporativos, frente a 9% en 2008, según el ICI. En períodos de turbulencias en el mercado, una propiedad más concentrada de fondos mutuos tiende a implicar descensos más bruscos de precios, indicó el FMI el año pasado.


La emisión anual de bonos corporativos de alto rendimiento o de grado especulativo nunca excedió US$147.000 millones hasta 2010, según datos de la Sifma desde 1996, pero ha más que duplicado esa cifra en cada uno de los últimos tres años. Las cesaciones de pagos permanecen bajas, pero los gestores de cartera dicen que es difícil estimar cuándo podrían aumentar con las tasas de interés aún en cerca de cero en el sexto año de recuperación económica.


El problema no es que el mercado de bonos esté en una “burbuja” a punto de estallar. La decisión de la Fed de mantener las tasas sin cambios la semana pasada fue otro recordatorio de que los rendimientos permanecerán bajos en los próximos años.


En tanto, acontecimientos como la agitación en los mercados en 2013 por la posibilidad de que la Fed redujera las compras de bonos y “flash crash” de los bonos del Tesoro de EE.UU. el 15 de octubre de 2014 realzan la sensación entre muchos analistas y operadores de que el mercado de renta fija es demasiado frágil y está cada vez sujeto a la clase de volatilidad vinculada normalmente con las acciones y las materias primas.

Vale la pena repasar lo que sucedió hace unos meses con los bonos alemanes a 10 años, junto con los del Tesoro de EE.UU. uno de los valores de mayor confianza del mundo. El 17 de abril, el rendimiento del bund cayó a un mínimo histórico de 0,05%. Tres semanas después, se disparó a 0,786%, pese a que no hubo una gran noticia o un amplio cambio en el ánimo de los inversionistas. El bono soberano alemán, durante este breve período, fue una operación de impulso, como sucedió con las acciones de Internet de hace una generación.

Los gestores de activos dicen que durante décadas han manejado con éxito períodos de salidas de capital y alzas de tasas. Al mismo tiempo, muchos fondos de bonos fueron duramente golpeados en 2008, lo que dio lugar a interrogantes sobre su desempeño en futuras turbulencias.
Según Morningstar, el fondo de bonos activamente gestionado promedio perdió 8% ese año, debido a declives de bonos empresariales y municipales.



Tal vez la mayor volatilidad sea simplemente el precio que pagan los inversionistas por el progreso. Todo indica que el mercado podría tener pronto una oportunidad para averiguar si le gusta ese intercambio.

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