Panorama sombrío para las grandes empresas ( con crecimiento cero o perdidas de la cotización bursátil del 10% ) del WSJ
Panorama
sombrío para las grandes empresas
http://lat.wsj.com/articles/SB11297148318673073482304580233000038420316?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB11297148318673073482304580233000038420316.html
Por
Theo
Francis,
Mike Esterl y
Joann S. Lublin
viernes,
24 de octubre de 2014
0:02 EDT
El método
parecía comprobado y prácticamente imbatible: ponga su dinero en las blue chips, las empresas con varias décadas de vida y
de las que se podrá descontar un buen desempeño en las buenas y en las malas.
Nota del autor del blog: los blue chips son grandes
empresas que a lo largo de los años han demostrado estabilidad y pagan
dividendos tanto en tiempos buenos como en tiempos malos.
Ahora, sin
embargo, estos pilares del mercado están mostrando síntomas de envejecimiento.
La estabilidad se ha convertido en estancamiento a medida que las empresas
otrora consideradas entre las más fiables del mercado registran un crecimiento
débil, un trimestre lamentable tras otro.
La lista de
estrellas que han perdido su fulgor es notable:
AT&T, T -2.43% que el miércoles redujo su pronóstico de
ganancias;
Coca-Cola
Co. KO +0.59% , que registró un aumento nulo en sus ventas;
International Business
Machines Corp. IBM +0.24% , que
descartó su pronóstico de ganancias;
Wal-Mart Stores Inc.,
WMT +0.29% cuyas ventas en
locales abiertos durante más de un año no han aumentado en EE.UU. desde 2012;
General
Electric Co. GE +0.99% , cuya acción no ha superado US$30 desde la
crisis financiera de 2008.
Un tercio de las empresas del Promedio Industrial Dow Jones
ha registrado ingresos estancados o en
descenso en los últimos 12 meses, según datos de Capital IQ.
El crecimiento en los ingresos de
casi la mitad de los componentes del Dow no superó la tasa de inflación de
EE.UU. de 1,7%.
Cada
compañía tiene sus propios problemas idiosincrásicos —evolución en los gustos
del consumidor en el caso de Coca-Cola, por ejemplo, o cambios en la industria
tecnológica en el de IBM— y cada una está tomando medidas para afrontarlos.
Pero por
debajo de todo yace una sensación de malestar general en empresas cuyas otrora
poderosas fórmulas de éxito las dejaron demasiado grandes para cambiar
ágilmente de dirección cuando las condiciones del mercado lo ameritaban.
“Ninguna de
estas son compañías patológicas”, apunta Anil Gupta, profesor de estrategia y
emprendimiento en la Universidad de Maryland. En lugar, habían adoptado lo que
califica de recursos “pegajosos”, no sólo sistemas tecnológicos, sino también
empleados y los procesos empresariales enfocados en tener éxito en una
particular gama de circunstancias.
“Eso es lo
que te vuelve exitoso. Eso también te amarra fundamentalmente al esquema
actual”, anota Gupta. “Se hace grande, pero queda atrapado”.
El término
“blue chips” fue acuñado por el reportero de Dow Jones Oliver Gingold a
principios de los años 20 y fue consagrado en el Promedio Industrial Dow Jones,
compuesto por 30 de las principales empresas del país.
Pero a
medida que sus integrantes pasan apuros, los famosos líderes industriales han
dejado de liderar. El Dow Jones casi no ha registrado variaciones este año,
mientras que el índice más amplio S&P 500 acumula un alza de 4,3%.
Coca-Cola es
una de las empresas que inquieta a los inversionistas. El presidente ejecutivo
Muhtar Kent había prometido que 2014 sería un “año de ejecución” después de que
el fabricante no cumpliera sus metas de crecimiento de volumen e ingresos el
año pasado. Pero cuando la empresa develó sus resultados del tercer trimestre
el martes, había fracasado en casi todos los renglones. Coca-Cola no cumplió
con su meta de volumen por segunda vez en tres trimestres y redujo su objetivo
de ventas a largo plazo. La compañía reconoció que anticipaba incumplir su meta
de ganancias de fin de año y advirtió que el próximo año no sería mucho mejor.
Los
resultados del tercer trimestre de Coca-Cola incumplieron en casi todas las
categorías. Daniel Acker
La empresa
solía tener una fórmula secreta, y no solamente para producir Coca-Cola.
También sabía cómo vendérsela a las embotelladoras, una estrategia lucrativa
durante años. Últimamente, no ha sido así.
El volumen
de la industria de gaseosas ha caído durante 10 años consecutivos a medida que
los estadounidenses han recortado su consumo de bebidas azucaradas. La Diet Coke y la Coke Zero, que como su nombre
insinúa no contienen calorías, ayudaron a moderar el descenso por un tiempo,
pero las ventas de la gaseosa de dieta han estado disminuyendo el doble de
rápido que las ventas de los refrescos de calorías completas conforme los consumidores se preocupan por los
endulzantes artificiales.
Las ventas
en los mercados internacionales otrora de alto crecimiento, incluyendo China, Brasil y Rusia, se han desacelerado o revertido
con respecto del año pasado. El consumo de la gaseosa cayó en México después de
que el gobierno implementó en enero un impuesto a las bebidas azucaradas.
Kent
atribuye el bajón principalmente a la debilidad del consumo y la volatilidad
económica en buena parte del mundo. “No veo que esto vaya a mejorar de la noche
a la mañana. Es la nueva normalidad”, afirmó el martes en una teleconferencia.
Coca-Cola
está profundizando los recortes de costos, reestructurando su cadena global de
suministros y buscando nuevas áreas de crecimiento. Ali Dibadj, analista de Bernstein,
sugirió en la teleconferencia que la
empresa debería enfocarse en devolver dinero a los accionistas en lugar de
inyectar más dinero en un negocio en aprietos.
Kent reiteró
su confianza en que Coca-Cola cuenta con las marcas y la distribución necesaria
para regresar a un crecimiento más veloz.
La decisión entre invertir en una empresa antigua y
devolver dinero a los inversionistas no es fácil.
IBM ha
estado recomprando acciones durante décadas. Actualmente tiene menos de 1.000
millones de acciones en circulación, frente a 2.300 millones en 1993. Y, sin
embargo, las acciones cayeron marcadamente el lunes después de que IBM divulgó
su décimo trimestre consecutivo de ingresos sin cambios o a la baja y abandonó
su pronóstico de ganancias a largo plazo. La acción registra una baja de 14%
este año, convirtiéndola en la empresa con el peor desempeño en el Dow. Las
acciones que IBM recompró por US$11.200
millones a principios de este año estaban valoradas en US$10.000 millones al
cierre del jueves.
El problema
actual del gigante fue una solución hace dos décadas. IBM
incursionó en los servicios y se alejó del hardware como parte de una
transformación que salvó al conglomerado. Pero hoy, los clientes están
eligiendo cada vez más servicios más sencillos y el
software y el poder computacional se alquilan por Internet. IBM se
encuentra en ese segmento, pero la transición implica menos trabajo para las
legiones de consultores de la empresa y el nuevo negocio de computación en la
nube de la empresa no es lo suficientemente grande para compensar la caída de
otros negocios.
IBM sigue
generando mucho efectivo —casi US$11.000 millones de sus operaciones en los
primeros nueve meses de este año— lo que le ofrece la artillería necesaria para
realizar otra transformación importante.
El
crecimiento significativo siempre es un desafío para las empresas muy grandes,
que por mucho tiempo han tenido que cambiar de rumbo de defenderse de
competidores más pequeños y ágiles. La situación se pone aún más difícil cuando
la economía crece a paso de tortuga.
“Las compañías de gran
capitalización se están reinventando constantemente”, dice Gina Martin Adams, estratega de
Wells Fargo Securities. “El problema ahora es que el crecimiento
global es más lento que en las últimas dos décadas y el resultado es un entorno
intensamente competitivo que obliga a las compañías a ser más veloces,
altamente eficientes y más productivas”.
Algunas
grandes empresas evitan las medidas transformadoras, como una división de sus
líneas de negocios. Separarse en dos puede reducir los sueldos de los
ejecutivos, que dependen mucho de comparaciones a empresas parecidas con
ingresos similares.
“Este asunto
a menudo divide a la gerencia y a los accionistas”, apunta el especialista de
cambios de rumbo Robert S. “Steve” Miller.
La tecnológica Symantec Corp. SYMC +1.53% , en la que Miller es miembro del directorio,
anunció este mes planes para escindirse en una empresa que cotiza en bolsa
concentrada en seguridad de datos y otra que
apunte a la gestión de información.
Symantec ha
estado durante cinco años bajo presión de inversionistas activistas para
separarse, dice Miller.
Este tipo de
presiones están afectando a muchas compañías, incluso enormes, ya que los
fondos de cobertura activistas han acumulado más capital, obtenido el respaldo
de fondos mutuos y atacando exitosamente blancos cada vez más grandes.
Sydney
Finkelstein, profesor de
estrategia y liderazgo en la Escuela de Negocios Tuck de Dartmouth College,
dice que hoy en día las blue chips enfrentan retos
difíciles, como la globalización, el rápido cambio tecnológico y las
operaciones complejas. A algunas se les han agotado los lugares en el mundo
donde vender sus productos. “Son demasiado grandes para prosperar en
este momento”, dice Finkelstein. “El tamaño es una ventaja, hasta que se
convierte en una desventaja”.
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