Estado
Islámico acerca su califato a Bagdad
http://www.elmundo.es/internacional/2014/10/14/543c25f3ca4741ff258b457d.html
El IS
captura una base militar en Al Anbar y amplía su
control sobre la provincia
EEUU
tuvo que repeler un ataque a unos kilómetros del aeropuerto de Bagdad
Hombres heridos en un atentado con coche bomba
en Qara Qubah son transportados a un hospital. REUTERS
FRANCISCO
CARRIÓNEspecial para EL MUNDO
El
Cairo
14/10/2014 04:54 horas
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La enseña
negra del Estado Islámico se izó ayer en la base militar de Hit, uno de las últimas instalaciones que permanecían
en manos de las tropas iraquíes en la provincia de Al
Anbar. La retirada permite a los yihadistas presumir de que alrededor
del 85% de Al Anbar -donde la insurgencia suní
inauguró la ofensiva el pasado enero- está bajo su control y eleva el temor de
que el califato llame a las puertas de Bagdad.
Fuentes del
ejército iraquí insistieron en que se trataba de un "repliegue
táctico" y que -escarmentados por derrotas previas- habían destruido el
arsenal y prendido fuego a todo los aprovisionamientos antes de que unos 300
hombres partieran hacia Asad, una base en mitad del desierto donde se refugian
los últimos militares iraquíes de la provincia de Al Anbar.
Hit,
a orillas del Éufrates y a 150 kilómetros al oeste de Bagdad, fue capturado por las huestes del
IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) a principios de mes y desde
entonces unos 180.000 habitantes han huido del enclave y sus alrededores, según
la ONU.
El enésimo
revés ha convertido la presa de Hadiza -la
segunda mayor instalación hidroeléctrica del país- en uno de los pocos reductos
de la provincia donde las fuerzas de seguridad iraquíes con el respaldo de
tribus suníes resisten las acometidas yihadistas.
Las
autoridades han solicitado al primer ministro, Haider al Abadi, el envío inmediato de 4.000 soldados.
El domingo
-en otra muestra de la magnitud de la amenaza yihadista- el jefe de la policía
de Al Anbar, el general de brigada Ahmed al Duleimi,
murió tras estallar una bomba al paso de su convoy en Ramadi, la capital de la
región. Ante la escalada, las fuerzas de seguridad han trasladado a Bagdad a
los presos confinados hasta ahora en las cárceles de Al Anbar.
Batalla
a las puertas de Bagdad
"Si la situación
continúa evolucionando en la misma dirección y no se produce una intervención
terrestre por parte de tropas extranjeras en los próximos diez días, la
siguiente batalla será a las puertas de Bagdad", advierte Faleh
al Isaui, dirigente del consejo provincial de Al Anbar, en declaraciones
a Afp sumándose a una llamada de auxilio a
EEUU voceada por otros dirigentes de la zona.
"Están muy cerca
de la capital. Siempre lo han estado pero ahora están literalmente a 20 minutos
en coche",
esboza el analista Sajad Jayid.
EEUU
descarta -de momento- la opción terrestre que el Estado iraquí también se
resiste a solicitar pero la agónica situación de su ejército -desmoralizado, diezmado y escasamente
preparado- demuestra que los ataques aéreos que Washington efectúa desde
agosto contra posiciones estratégicas del IS son insuficientes para detener las
embestidas y evitar que las escaramuzas se aproximen peligrosamente a Bagdad.
La
organización yihadista, que proclamó el pasado junio un califato a caballo de
Siria e Irak, controla el paso fronterizo de Al Qaim
en Irak y la mayor parte de la carretera que conecta
Bagdad con Jordania.
En una
entrevista el domingo a la cadena de televisión ABC,
el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Martin Dempsey, reconoció que los
yihadistas se están infiltrando entre la población suní y pronto estarán en
condiciones de lanzar cohetes en dirección a la capital.
El militar admitió que en un choque reciente
entre el IS y las tropas iraquíes las fuerzas estadounidenses tuvieron que
recurrir a los helicópteros de combate Apache
para evitar que los acólitos del califato lograran dominar un enclave a 20 kilómetros del aeropuerto de Bagdad. "No se
puede esperar a que escalen por la pared", declaró gráficamente Dempsey.
Defensa
de la capital
Según las
autoridades iraquíes, unos 60.000 hombres -asistidos
por los cientos de asesores enviados por la Casa Blanca- defienden la
capital y localidades cercanas donde se ha detectado presencia de militantes
yihadistas como Abu Ghraib, tristemente conocida
por albergar la cárcel homónima donde el ejército estadounidense y la CIA
cometieron infames violaciones de derechos humanos durante la invasión de Irak
en 2003.
El enemigo,
en cualquier caso, está ya instalado en casa. Los servicios de Inteligencia
iraquí y estadounidense apuntan que el IS mueve los
hilos de algunos de los atentados que sacuden a diario la capital.
Ayer, sin ir
más lejos, tres explosiones -dos de ellas ataques suicidas- se cobraron al
menos 30 vidas en tres barrios chiíes de Bagdad cuando el gentío celebraba el Eid Al-Ghadir, una fiesta que conmemora el día en el
que el profeta Mahoma eligió como su sucesor al imán Ali.
Enfurecidas
por las derrotas que llegan del frente, las milicias
chiíes -armadas por sucesivos gobiernos y acostumbradas a operar al
margen de la ley con el plácet estatal- han desatado una brutal campaña de venganza contra la población suní de las áreas bajo su
dominio profundizando las tensiones sectarias que desangran el país.
En un
informe publicado este martes, Amnistía Internacional (AI) denuncia que decenas de civiles suníes han sido
secuestrados por estos grupos armados en sus hogares, lugares de trabajo o en
puestos de control y asesinados más tarde a sangre fría.
Fuentes médicas
han confirmado que en los últimos meses han recibido decenas de cuerpos no
identificados, con heridas en la cabeza y a menudo maniatados.
Los familiares de algunas víctimas
relatan además que sus parientes fueron ejecutados después de pagar rescates de
hasta 80.000 dólares (unos 63.000 euros).
Los casos
denunciados por AI se registraron en Bagdad, Samarra y
Kirkuk y llevarían la firma de 'Asa'ib Ahl al
Haq, las Brigadas Badr, el Ejército Mahdi y Kataib Hezbolá.
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