La
FED hará desplomar el índice Dow Jones del precio de las acciones norteamericanas si deja de emitir
dinero y sube la tasa de interés a fin de mes.
La
volatilidad deja en ascuas a los mercados
http://lat.wsj.com/articles/SB12003192308051073864504580224932439121678?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB12003192308051073864504580224932439121678.html
Por E.S. Browning
lunes,
20 de octubre de 2014
0:02 EDT
Las acciones
estadounidenses cerraron a tambor batiente una semana repleta de dudas e
inestabilidad, pero algunos gestores de dinero advierten que los problemas de
fondo siguen latentes.
Europa
corre el riesgo de caer en recesión y China parece acusar una
desaceleración. Materias primas como el petróleo y el cobre, combustibles de
una economía en crecimiento, exhiben los signos de una demanda débil.
Pese al
repunte del jueves y el viernes, los contratos a futuro
del crudo cerraron a US$82,75 el barril, su cuarto nivel más bajo en lo
que va del año. La cotización del cobre, en
tanto, quedó apenas 1% por encima de su nivel más bajo del año y acumula un descenso
de 35% desde su máximo de 2011.
Bruce
McCain, quien ayuda a gestionar más de US$25.000 millones como estratega jefe
de inversión en Key Private Bank, se reunió con clientes y les pidió comprar
acciones de empresas que han sido castigadas como las de Priceline Group Inc.,
Walt Disney Co. , Nike Inc., Qualcomm Inc., MasterCard Inc. y Google Inc.
Añadió que
estas acciones deberían recuperar su atractivo antes de fin de año y esta es
una oportunidad para comprarlas a precio de liquidación.
La
ola de ventas, advirtió
no obstante, puede seguir. “Tengo la impresión de que el repunte podría durar
algunos días como máximo para después extinguirse y podríamos
ver otra caída”, dijo.
Los
optimistas, desde luego, no están de acuerdo y resaltan que el vuelco del
mercado ha sido significativo, que la economía estadounidense es robusta y que la Reserva Federal mantiene una política de
estímulo.
Como prueba
de que se avecinan tiempos mejores apuntan al dramático vuelco del miércoles,
cuando el Promedio Industrial Dow Jones llegó a perder 460 puntos antes de
cambiar de rumbo y borrar casi la totalidad de ese desplome.
El Dow Jones
subió 263 puntos el viernes para cerrar en 16.380,41 unidades, una caída de
apenas 163,69 puntos, es decir 1%, en una semana marcada por las violentas
oscilaciones en los precios. El índice está un 5,2% por debajo de su máximo de
septiembre. En buenas cuentas, las acciones no han caído tanto. Un declive de
10% es bastante común en el curso de un año, pero la última vez que ocurrió fue
en 2011.
Los bonos
del Tesoro de Estados Unidos, el refugio predilecto de los inversionistas
cuando predomina el temor, reflejan tales preocupaciones.
Cuando están
ansiosos, los inversionistas compran deuda del Tesoro, lo que aumenta los
precios y disminuye los rendimientos. Pese a un ligero vuelco el jueves y el
viernes, los precios de los bonos del Tesoro siguen siendo muy altos y los
rendimientos siguen siendo sumamente bajos. El retorno del bono de referencia a
10 años ascendió a 2,198% en la tarde del viernes, su cierre más bajo desde
junio de 2013.
Sin embargo,
pocos inversionistas han entrado en pánico, por dos motivos.
El primero es que la economía de
EE.UU. sigue mostrando señales de fortaleza y
el segundo es que la Fed parece decidida a
hacer todo lo que esté de su parte para que ello no cambie.
“Nuestra economía no
marcha a toda velocidad, pero se está recuperando”, dice William Hackney, socio sénior
de Atlanta Capital Management, que administra cerca de US$18.300 millones en
activos. “Hemos presenciado una corrección desagradable y leve y creo que
probablemente ya pasó o está muy cerca de pasar”, asevera.
Su optimismo
fue reforzado por las noticias positivas divulgadas durante la semana. El
indicador de la Universidad de Michigan del ánimo de los consumidores alcanzó
en octubre su mayor nivel en siete años, conforme la mejora del empleo y la
caída en los precios de la gasolina compensaron el debilitamiento de las ventas
minoristas y del mercado bursátil. A su vez, el inicio de construcciones superó
las previsiones en septiembre y las solicitudes de desempleo en el mismo mes
tocaron su mínimo de 14 años.
Los
funcionarios de la Reserva Federal también alzaron la voz para aplacar las
dudas del mercado. James Bullard, presidente del
Banco de la Reserva Federal de St. Louis, señaló que el banco central debería
considerar una extensión de su programa
de compra de bonos al que contempla poner fin este mes. Bullard reconoció
estar preocupado por las bajas expectativas de inflación, medidas por los bajos
precios que los inversionistas pagan por bonos que los protegen de la
inflación.
Una
inflación baja sería, en tiempos normales, algo positivo, pero lo que ahora
preocupa a los bancos centrales de los países desarrollados no es un brote
inflacionario, sino una deflación global y una
recesión.
Los
inversionistas acogen las políticas de
estímulo monetario con los brazos abiertos, porque la
mayor parte de estos fondos llegan a los mercados financieros e impulsan los
precios de los activos. A los analistas, no obstante, les preocupa que
el daño provocado por las últimas caídas demore en repararse.
Robert
Sluymer, estratega técnico de RBC Capital Markets,
subraya que el impacto es mayor del que sugieren los grandes indicadores.
Las acciones
de empresas expuestas a la desaceleración global han sido vapuleadas, en
especial las de energía.
De las 118 energéticas en el índice Russell 2000 de empresas
de baja capitalización, tres cuartas partes han caído
30% o más, indica.
Puesto que
el daño ha sido extendido, “es prematuro concluir que el alza es sostenible”,
dijo.
nota del autor del blog : creo que lo que pasará, es similar a lo que aconteció en Japón con el indice Nikkey, subió hasta un máximo y de allí comenzó a caer y repuntar y caer y repuntar, pero cada repunte es cada vez mas chico comparado con el máximo.
indice Nikkey
http://es.wikipedia.org/wiki/Nikkei_225#mediaviewer/File:Nikkei_225(1970-).svg
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