La
Dra Nancy Sullivan de Harvard casi logra la vacuna contra el ebola en el año
1999 pero la Merck la desanimo hoy
recibe el apoyo de los NIH
El
trabajo de una bióloga podría tener la clave de una vacuna contra el ébola
http://lat.wsj.com/articles/SB10109801331102324877704580230603656149726?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10109801331102324877704580230603656149726.html
Thomas
M. Burton
jueves,
23 de octubre de 2014
0:02 EDT
La doctora Nancy Sullivan conversa con el científico Sabue Mulangu en su laboratorio en Maryland. Jared Soares
for The Wall Street Journal
BETHESDA,
Md.—Al mundo no le
interesaba mucho el ébola en 1997, lo que
explica por qué la bióloga celular Nancy J. Sullivan
pensó que sería capaz de dejar su huella. Ahora, si el mundo científico
encuentra una respuesta al brote del ébola más severo de la historia, el
trabajo de Sullivan probablemente será su base.
La
investigadora en el Centro de Investigación sobre Vacunas de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) ha trabajado
durante años en el desarrollo de una vacuna que se ha comprobado que puede
bloquear el ébola en primates de investigación.
Los NIH ahora se apuran por reducir
lo que habría sido un plan de prueba de entre cinco a 10 años a unos cuantos
meses.
La vacuna
está programada a pasar por pruebas completas en seres humanos para principios
de 2015 y podría emplearse potencialmente a tiempo para ayudar a detener la
enfermedad en la afligida África Occidental.
No hay garantía que esta vacuna
funcionará. Compite
con al menos otra vacuna, que tiene un mes o más de retraso, en etapa de prueba
por la Agencia de Salud Pública de Canadá y NewLink
Genetics Corp. NLNK +15.42% Una u
la otra podrían detener el ébola, o ninguna de las dos.
Los
medicamentos experimentales para el ébola están siendo producidos para ayudar a
tratar casos existentes. Pero estos generalmente escasean, mientras que GlaxoSmithKline GSK.LN +2.61% PLC, que sería el fabricante, cree que
tendría un millón de dosis disponibles el próximo año de la vacuna de Sullivan.
Eso significa que, si todo sale bien, podría actuar como un muro alrededor de
la epidemia.
NIH
ya está realizando
estudios de seguridad en personas saludables. El doctor Anthony S. Fauci, director del Instituto
Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas del NIH, que incluye el
Centro de Investigación sobre Vacunas, dice que hasta ahora las pruebas de
seguridad no han presentado señales de problemas.
Es inusual
intentar llevar a cabo un gran estudio clínico para una vacuna, que cubriría
entre 5.000 y 30.000 pacientes, en medio de una epidemia, y en una zona del
mundo con malas carreteras y electricidad intermitente. El plan actual,
presentado en medio de un debate en una reunión reciente de la Organización
Mundial de la Salud en Ginebra, es llevar a cabo un estudio con el rigor de
cualquier otro ensayo clínico de EE.UU. en el que algunos trabajadores médicos
reciben de manera aleatoria la vacuna y otros un placebo.
Algunas de
las preguntas que presenta: ¿Esto es ético? ¿Estarán dispuestos los
trabajadores en medio de una epidemia a considerar recibir un placebo? ¿Qué
pueblos no recibirán la vacuna? ¿Permitirán las calles llenas de baches y los
sistemas médicos abrumados que se pueda llevar a cabo un estudio de este tipo?
Fauci y
Ripley Ballou, de Glaxo, están ofreciendo fuertes argumentos a favor de un
estudio aleatorio, y señalan que sin una prueba convincente de que una vacuna
funciona no se puede usar para poner alto a una epidemia. Además, señalan, este
ensayo sería ético ya que no hay garantía para la gente que reciba la vacuna de
que es segura o eficaz.
“Tenemos una
sola oportunidad para tener éxito con una vacuna”, anota Ballou, que
supervisará buena parte del trabajo en África. “Por eso si nota urgencia en mi
voz, tendrá toda la razón”.
En 1997, con
un doctorado de Harvard, Sullivan se preguntó si
debería continuar su trabajo con el VIH. Sentía que el campo estaba demasiado
poblado. “Quería encontrar un sitio en el que podría hacer una verdadera
diferencia” científicamente, señala.
Las primeras
apariciones registradas del ébola ocurrieron en Sudán y
Zaire en la década de los 70. Resurgió de nuevo en 1995 en Zaire, ahora
llamado República Democrática del Congo, en
donde cobró 300 vidas. Después en gran parte desapareció de nuevo, quizás en
los murciélagos de fruta que se cree son portadores.
Una vez en
el Centro de Investigación sobre Vacunas, Sullivan comenzó a estudiar las
vacunas que no tuvieron efecto contra el ébola. Las vacunas tradicionales
impiden que los virus entren a las células. Pero ébola tiende a verse arropado por las células humanas.
Por lo tanto, una vacuna contra el ébola tendría que emplear una parte
diferente del sistema humano de respuesta inmunológica para destruir las
células infectadas.
Para finales
de 1988, Sullivan había producido una vacuna que ella y sus colegas probaron en
monos. El 28 de julio de 1999, se enteró que las pruebas de los monos vacunados mostraron respuestas inmunológicas
que “se dispararon”, expresa. Escribió “ Yahoo!
YHOO +4.53% ” en el margen de sus
apuntes, percatándose de que había abierto un nuevo camino en la ciencia.
“Estos
hallazgos demuestran que es posible desarrollar una vacuna preventiva contra la
infección del virus del ébola en primates”, escribieron Sullivan, Nabel y sus colegas en una carta a la revista Nature en noviembre de
2000.
Los
científicos quedaron impresionados. Pero todos los demás se encogieron de
hombros. El recientemente jubilado director de vacunas
en Merck MRK +0.69% & Co.
dijo “no hay mercado para esto”.
La vacuna
experimental de Sullivan utilizó en adenovirus humano —el elemento que causa
resfriados— como su vehículo para llevar la vacuna a las células humanas. Eso
no funcionó ya que los humanos tienen anticuerpos para los virus de resfriados.
Varias versiones de vacunas que utilizaban adenovirus humano no funcionaron en
las pruebas.
Sin embargo,
tras varias pruebas, ella y sus colegas de NIH, Ft. Detrick
y la división Okairos de Glaxo reportaron en la revista académica Nature Medicine este año que habían “generado, por
primera vez, protección durable contra el desafío del virus letal del ébola”.
Tras recibir
autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la NIH
comenzó pruebas preliminares de seguridad para humanos.
La siguiente
etapa —un estudio clínico en África Occidental— es una tarea mucho más grande.
Se llevará a cabo principalmente entre trabajadores médicos que podrían
contraer el virus a pesar de tomar las medidas de protección aprobadas.
Recibirían de manera aleatoria ya sea la vacuna experimental o un placebo.
“El desorden
social y el caos son realmente el mayor riesgo para estas pruebas”, dijo
Ballou. Antes de llevar a cabo una parte de un estudio de una vacuna contra la malaria en Ghana, le tomó tres años
convencer a las autoridades locales de la importancia de realizarlo.
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