El frente
sirio radical engulle un pedazo del norte de Líbano
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/10/07/actualidad/1412705955_629253.html
Al Nusra
y el Estado Islámico se parapetan en el enclave libanés de Ersal
NATALIA
SANCHA
Beirut
7
OCT 2014 -
22:13 CEST5
Milicianos aguardan órdenes en una carretera de Ersal. / NATALIA SANCHA
Afiliado
y enlace del Frente Al
Nusra en Líbano, el jeque Mostafá Hujeiri, en la sesentena, también conocido
como Abu
Taqiye, está buscado por el Ejército
libanés.
En su
mezquita de Ersal,
localidad a escasos kilómetros de Siria, varios hombres guardan la
entrada. En el sótano se halla el primer hospital de Ersal en cuyas camillas se
han atendido tanto a civiles como a rebeldes sirios. Unas escaleras de cemento
llevan a la última planta donde Abu Taqiye, vestido con una larga abaya marrón,
recibe a un mediador para negociar la
liberación de los 26 soldados
libaneses capturados por el Estado
Islámico (EI) y el Frente Al Nusra.
Oasis
suní en
medio de una región mayoritariamente chií y controlada por la milicia-partido
Hezbolá, Ersal es hoy parte de la guerra que
se libra en la región siria de Calamún y que se extiende a través de la
explanada de la Bekaa
hasta Líbano.
Los
milicianos de Hezbolá combaten junto con el régimen sirio.
Los
de Ersal lo hacen junto a los rebeldes.
El
pasado 2 de
agosto, centenares de yihadistas de Al Nusra y del EI atacaron varias
posiciones del Ejército
libanés en Ersal.
Tras
cinco días de duros combates, y más de un centenar de muertos,los yihadistas
se replegaron a las montañas llevándose consigo
a 36 uniformados.
Tres de ellos han sido ejecutados y siete liberados.
“El
mejor acuerdo para Al Nusra vendría de la mano de Qatar, que además siempre
paga. Pero Qatar nos acaba de decir que se retira porque no hay ni voluntad
política ni Gobierno en Líbano”,
comenta
el jeque. El mediador contabiliza ocho
soldados en manos del EI y 18 en las de Al Nusra. Las condiciones de
los políticos libaneses son las siguientes, según él: “No debería haber ningún combatiente
armado en Ersal y el Ejército no debería entrar en los campamentos de
refugiados”.
La
conversación prosigue en torno a otras demandas de Al Nusra. “Está el tema de
los hermanos presos en la cárcel de Roumie. Son 45. Necesitamos también
seguridad para los habitantes de Ersal. Básicamente volver a la situación
anterior”, prosigue Mostafá.
Regresar
a la era anterior se antoja más un sueño que una realidad.Siria
parece haber engullido a este pedazo del Líbano en el que tres de cada cuatro
habitantes son refugiados sirios y en cuyo interior se pueden encontrar decenas de combatientes de
Al Nusra y yihadistasdel EI, pero ni un sólo
uniformado libanés. La
ciudad permanece cercada por las tropas libanesas y tan sólo los locales no
buscados están autorizados a salir y entrar. Cooperantes, periodistas y
extranjeros tienen sus puertas prohibidas. Los locales prosiguen su vida en
medio de las festividades musulmanas.
“Los
del Estado (por el EI) son minoría. Nusra es quien dirige las operaciones y el
líder Abu Malek quien da las órdenes”, asegura el jeque, que está en permanente
contacto con Abu Malek y le visita enlas montañas fronterizas que
sirven de guarida a unos 5.000 combatientes.
A
diferencia del resto de Siria, en
Calamún y en Líbano, el EI y Al Nusra coordinan las operaciones. “En Siria, los combatientes se ven
asediados por el Ejército sirio y Hezbolá.
En Líbano por el Ejército libanés y Hezbolá. Abu
Malek ha decidido que la unión servirá mejor a la lucha que excluir al EI”,
asevera el jeque.
El
dossier de los soldados capturados aparece hoy como un grano de arena ante una
montaña mucho mayor. Pocas horas antes, se podía oír el tronar de los combates.
Combatientes
de Al Nusra atacaban de día y por sorpresa a variasposiciones
de Hezbolá en la localidad de Britel, en la explanada de la
Bekaa.
Jóvenes
seguidores de Al Nusra apostados
a las puertas de la mezquita conversan animadamente intercambiándose los
móviles. “Están subiendo ahora el vídeo de la operación. Ha caído uno de los
nuestros [por Al Nusra], de aquí, de Ersal, y 18 de Hezbolá. Tenemos tres
heridos pero el Ejército no los ha dejado entrar al hospital de Ersal”, comenta
uno de los jóvenes. Hezbolá anunciaba la muerte de ocho de sus milicianos
mientras que aseguraba haber acabado con una docena de yihadistas. “Ahora Líbano sabrá que Hezbolá
no es invencible”,interrumpe otro. “Pensaban
que cercando Ersal matarían Al Nusra de hambre. Pues ahora se ataca en su
propio territorio chií”, añade
un tercero.
Interrogado
sobre el siguiente paso, el negociador barre el aire con un gesto de mano, como
rechazando todo escenario optimista: “La guerra ya esta aquí. Los rebeldes han
atacado a Hezbolá en sus poblados chiís en Líbano para que se replieguen y
retiren sus hombres de Siria. Eso
abriría el campo para que los rebeldes se acerquen a Damasco y retomen Calamún.
Pero ahora, Hezbolá no va a dar marcha atrás, y Nusra y el EI van a proseguir
los ataques en Líbano”.
Los
cristianos se unen a Hezbolá
“Daesh
[Estado Islámico de Irak y el Levante por sus siglas en árabe] ya esta aquí, a
20 kilómetros”, espeta
Georges, miembro de la defensa civil de un poblado cercano a Zahle que, pistola
al cinto, señala hacia la frontera con Siria. La carretera que recorre el valle
de la Bekaa se ha convertido en un camino custodiado por todoterrenos de
cristales tintados que transportan bien combatientes
de Hezbolá, bien milicianos cristianos.
A las
dos de la tarde del domingo, combatientes de Al Nusra abandonaban las montañas que separan Siria
del Líbano para atacar varias posiciones de la milicia-partido chií Hezbolá,
aliada del régimen de Bachar el Asad. Entre las poblaciones chiíes de la Bekaa
se encuentra también una miríada de poblados cristianos. El horror sembrado en
Irak y Siria por el EI han exacerbado el pánico entre los cristianos libaneses (40% de
la población) no
sólo en la frontera sino
también entre la clase política de Beirut.
Entre
los aliados cristianos de la milicia chií se encuentran el Partido Social Nacionalista Sirio
y el Movimiento Patriótico Libre del general Michel Aun.
Otras
minorías como la
drusa también
barajan abiertamente una defensa civil armada si el Ejército fracasa en frenar
al yihadismo en Líbano.
“Patrullamos
por las noches para evitar infiltraciones. Si Daesh corta cabezas nosotros
cortaremos las suyas. Tenemos 15 años de experiencia en la guerra civil
[1975-1990]. Pero los terroristas no lograrán pasar la barrera de Hezbolá que
nos protege”,
asegura Charbel,
otro joven de la patrulla. “Las
milicias cristianas no disponen de más armas que las personales y hace años que
no combaten. Hezbolá está entrenando a aquellos que lo solicitan por si
tuvieran que defender sus propios pueblos”, asegura un cercano a Hezbolá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario