Mujeres
del califato islámico combaten contra mujeres Kurdas (35% de las fuerzas de combate de los
peshmerga) en Medio Oriente.
Las fotos anteriores son de mujeres combatientes del califato islámico; creo el velo dificulta la visión durante el combate bla burka se invento para mujeres que trabajaban como amas de casa en la antigüedad..
Mujeres
en pie de guerra contra el Estado Islámico
http://www.dw.de/mujeres-en-pie-de-guerra-contra-el-estado-isl%C3%A1mico/a-17974891
Los kurdos
intensifican su oposición al EI. Cada vez más
chicas se unen a los peshmerga y otros grupos en
su lucha contra el yihadismo radical. DW se reunió con algunas de ellas en el
frente.
Asia viste uniforme militar y pistola
bajo el hombro, pero lo que llama la atención son sus calcetines de colores
amarillos y verdes. Denotan su juventud y contrastan con la oscuridad del campo
de batalla de noche. A sus 19 años, Asia lucha en el ala femenina de la Unidad Popular de Protección (YPG) formada por entre 40.000 y 50.000 kurdos que combaten contra las
milicias extremistas de Siria e Irak.
"Hay
tres razones por las que me uní a la YPJ (sección
femenina de la YPG)", dice por teléfono a DW desde una base cerca
de la ciudad de Rabia, en la frontera entre Siria e Irak. "Por quienes
murieron luchando por nuestra patria, por las aspiraciones nacionales de mi
pueblo y por la militarización de nuestra sociedad: mire donde mire veo soldados
aquí".
Está en la
base de la provincia de Hasaka, en un edificio
de dos plantas donde hombres y mujeres comen, beben y duermen antes de ir por
turnos al frente, que se encuentra a dos kilómetros. "Lo pasamos muy bien aquí, a
veces pasamos la noche en vela todos juntos. Y luego también las chicas van al
frente", dice Asia. "No tenemos chalecos antibalas o cascos,
pero nuestros camaradas no tienen miedo a nada, las chicas tampoco. Si nos
hieren o nos convierten en mártires, morimos por la causa".
Miliciana
del YPJ lista para morir en el frente por la causa.
Efectiva
fuerza de combate
El
YPG es una rama del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla
turco-kurda considerada una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, debido a tres
décadas de la lucha armada contra las autoridades de Turquía,
aliado de la OTAN.
Muchos ven
en el YPG la fuerza de combate más eficaz contra los militantes yihadistas
radicales, aunque esa conexión con el PKK le cierre la vía a la ayuda
internacional.
El portavoz
del YPG, Redur Khalil, no cree que sea esa la
causa: "Estamos cerca del PKK ideológicamente, pero somos totalmente
independientes organizativamente", dice. "Creo que la razón de la
falta de apoyo es que la política de los países occidentales no promueve
comunidades autónomas".
Las mujeres
de la YPJ representan alrededor del 35 por ciento de la
fuerza de combate. Reciben instrucción durante cuatro semanas, aprenden
a usar ametralladoras pesadas, lanzagranadas y el conocido 'Kalashnikov', el
fusil de asalto ruso. La mayoría no está casada, pero Khalil afirma que también
hay madres que luchan en el frente.
"Es mejor que
quedarse sentado en casa"
En los
alrededores, a apenas un kilómetro de distancia de la zona de combate, se
divierte un grupo de chicas. Sin mirar la televisión, en la que retumba de
fondo el canal estatal, se pasan un teléfono celular con fotos de milicianos
del Estado Islámico muertos en combate. Miran esas sangrientas imágenes
mientras ríen. "Daesh [nombre en árabe del EI] es nuestro objetivo".
Cuando se
les pregunta cuál es la más joven del cuartel del YPJ, Ghulan, sentada en el
suelo, responde. Tiene el pelo corto y rizado y fuma un cigarrillo. "Soy
yo, tengo casi 18 años y voy a cumplir uno de servicio". Un poco más allá
se encuentra Gulbahar, de 21 años. Lleva una
trenza recogida hacia atrás con horquillas brillantes, que dejan ver acné
juvenil en su frente. Afirma que fue la falta de oportunidades, de seguir sus
estudios o de trabajar, lo que la llevó a la primera línea de fuego.
"Solo cuidábamos
de la casa, trabajábamos hasta que caíamos rendidos, y nos íbamos a dormir… no
había nada que hacer al margen de eso. Así que cuando la situación cambió me
uní a la YPJ", dice. "Nuestra vida aquí es mucho mejor que quedarse sentado en la
casa". A pesar de las limitaciones de su formación militar y de su
equipo, que no incluye siquiera chaleco antibalas, no tiene miedo a morir.
"No, no paso miedo, nunca".
Las mujeres
reciben instrucción militar durante un mes antes de entrar en combate.
No más miedo
"Claro que la
primera vez que vas al frente y la gente dispara junto a ti pasas miedo, pero
te acostumbras", matiza. Tampoco tiene ni idea de qué hará cuando acabe la guerra. "En
realidad, ni siquiera he pensado en eso… lo haremos cuando ocurra".
Y concluye: "Quién sabe, quizá nos convirtamos en mártires antes".
Otra
combatiente de 21 años se une a la conversación. Está de pie en la entrada de
la sala. Cuando se le pregunta cuánto tiempo lleva alistada, responde:
"Tres años. Es mi vida. ¿Qué hay de malo en ello?". Al poco las
llaman al combate. "Comienza la diversión", dice una de ellas. Cargan
sus armas al hombro y saltan dentro del 4x4 que viene para llevarlas al frente.
Se despiden con la mano, riendo, mientras el vehículo se aleja.
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