Los
nuevos robots que transformarán las fábricas
http://lat.wsj.com/articles/SB11011368353613443430904581034331449280772?tesla=y
Por JAMES R. HAGERTY
lunes,
8 de junio de 2015 0:07
EDT
Los robots
actuales no pueden reconocer cuando tienen a una persona a su lado, pero los nuevos modelos podrán trabajar junto a los
humanos. AFP/Getty Images
Una nueva
generación de robots está en camino, más
inteligentes, más móviles, más colaborativos y más adaptables. Prometen
traer cambios importantes en la fábrica y en el panorama competitivo global.
Los últimos modelos
que están incorporándose a las fábricas y que los laboratorios tienen en
desarrollo pueden trabajar junto a los humanos sin ponerlos en peligro y ayudan
a montar todo tipo de objetos, desde cosas grandes como motores de avión a
otras pequeñas y delicadas como los teléfonos inteligentes. Pronto, algunos
serán lo suficientemente fáciles de programar y desplegar que no necesitarán
supervisores expertos.
Eso cambiará
no sólo la forma en que se fabrica un número cada vez mayor de productos. También podría significar un trastorno en la competencia
entre empresas y naciones. A medida que se tornan menos costosos y más accesibles, ayudarán a los
fabricantes más pequeños a enfrentar cara a cara a los gigantes.
La reducción
de costos laborales también permitirá que EE.UU. y otros países de altos
salarios puedan repatriar algunos de los
procesos cedidos a China, México y otros países con vastos ejércitos de
trabajadores de salarios bajos.
Algunos de
los nuevos robots están diseñados específicamente para el difícil trabajo de
ensamblar artículos de electrónica de consumo, ahora realizados sobre todo en
Asia. Al menos una empresa promete que sus robots coserán
prendas de vestir en EE.UU., reemplazando a los típicos talleres de mano
de obra intensiva.
El
rostro cambiante
Hoy en día,
los robots industriales son más comunes en las plantas de automóviles, que han
sido durante mucho tiempo los mayores usuarios de robots de tecnología y que
hacen trabajos que no tienen mucha delicadeza: levantar objetos pesados, soldar,
aplicar pegamento y pintura. La mayor parte del montaje final de los autos es
todavía realizado por personas, sobre todo cuando se trata de pequeñas piezas o
de cableado que necesita ser guiado a su lugar.
Ahora los
robots están asumiendo algunos puestos
de trabajo que requieren más sutileza. En una planta de Renault SA RNO.FR -1.21% en Cleon, Francia,
robots fabricados por Universal Robots AS de Dinamarca atornillan motores,
sobre todo en partes de difícil acceso para seres humanos. Los robots tienen un
alcance de poco más de un metro y emplean seis juntas de rotación para hacer el
trabajo. También verifican que las piezas estén bien sujetas y comprueban que
se estén utilizando las partes correctas.
El esfuerzo
de Renault muestra un par de tendencias que están cambiando drásticamente cómo
se hacen los robots. Por un lado, son mucho más ligeros. Las unidades de Renault pesan sólo unos 30 kilos, por lo que “los
pueden quitar fácilmente y volver a instalarlos en otro lugar”, dice Dominique
Graille, gerente de Renault que utiliza 15 robots de Universal y que planea
duplicar ese número para fin de año.
Los
investigadores creen que los robots serán tan fáciles de configurar y de
moverse que podrán reducir la necesidad de las empresas para hacer fuertes
inversiones en herramientas y estructuras atornilladas al suelo. Eso permitiría
a los fabricantes hacer tiradas más o productos personalizados y de nicho sin
tener que gastar un montón de tiempo y dinero reconfigurando sus plantas.
Otra gran
tendencia en marcha: los robots de Renault son “colaborativos”, están diseñados para trabajar en proximidad a la
gente. Los tipos más antiguos de robots de fábrica pivoteaban sus brazos de
acero con tal fuerza que podían aporrear a cualquiera que estuviera demasiado
cerca.
Mediante
sonares, cámaras u otras tecnologías, los robots colaborativos pueden sentir la
cercanía de un humano y ralentizar o detener su movimiento para no hacerle daño.
Las
innovaciones no se limitan a la industria automotriz. ABB
Ltd ABBN.VX -1.47% de Suiza, Rethink Robotics Inc. con sede en Boston y
otros han lanzado recientemente robots diseñados para ayudar a ensamblar
artículos de electrónica de consumo, entre otros productos. Estos nuevos robots
están diseñados para trabajar cerca de la gente y manipular piezas pequeñas, en
lugar de levantar objetos pesados o hacer soldadura o pintura.
Hacer el
trabajo más delicado está asociado a la capacidad de los robots para detectar
si las partes están ensambladas correctamente, algo imposible para las
generaciones de robots torpes. En una feria en Alemania en abril, Kuka Roboter GmbH mostró uno de sus robots
instalando un tubo dentro de un lavavajillas. El robot de Kuka utiliza sensores
de “fuerza de torsión” para juzgar si una parte está en el lugar correcto. “El
robot es capaz de maniobrar (una parte) en su lugar, como lo haría un humano”,
dice Dominik Bösl, director de innovación de
Kuka. El uso de robots también reducirá el riesgo de error humano o
contaminación, dice el ejecutivo. “Son muy precisos, no se cansan, y sólo
hacen las cosas que se les dice”. Estos robots eliminarán dos puestos
de trabajo, dice Williamson, pero los trabajadores serán reasignados a otras
tareas.
Algunos en
la industria de la robótica prevén que esas máquinas se incorporen a aún más
industrias. Vegard Nerseth, director mundial de
robótica de ABB, espera un aumento de la demanda de robots entre fabricantes de relojes, máquinas de afeitar, cepillos de
dientes y juguetes. También piensa que los robots podrían ayudar a hacer
magdalenas en panaderías locales, rebanar verduras y
carne y lavar ventanas.
¿Robots
en todas partes?
Pero aunque
EE.UU., Europa y otras zonas de altos salarios deberían beneficiarse con estas
tendencias, no tendrán todas consigo. China también
está invirtiendo fuertemente en robots a medida que sus salarios se disparan y
su población envejece. Por el momento tiene sólo 30
robots por cada 10.000 obreros, detrás de Corea
del Sur (437), Japón (323), Alemania (282) y EE.UU. (152), según la Federación Internacional de Robótica, un grupo de la
industria. Pero esa organización proyecta que China superará a América del
Norte el próximo año en cantidad de rotos industriales. IHS Technology, una
firma de investigación, proyecta que las ventas de robots
en China aumentarán a alrededor de 55.000 unidades el año pasado a 211.000 en
2019.
La
competencia entre las naciones manufactureras no es sólo en robots, sino
también en impuestos, regulación,
disponibilidad de trabajadores calificados y proveedores, costos de energía y
voluntad de hacer inversiones a largo plazo. Como mínimo, sin embargo,
invertir en robots y utilizarlos de manera efectiva será parte del precio a
pagar para permanecer en el panorama industrial global, dice Hal Sirkin, un
socio sénior de Boston Consulting Group. Así que incluso naciones que hoy dependen de la mano de obra barata se verán
obligadas a explorar la robótica o arriesgarse a perder aún más puestos de
trabajo.
Incluso si
los robots permiten reubicar las fábricas, el impacto en la fuerza de trabajo
será mixto. Más robots significa menos personas en las
fábricas; quienes hacen tareas rutinarias de poca calificación son los
más vulnerables. Sin embargo, incluso fábricas altamente automatizadas crean o
mantienen puestos de trabajo en diseño,
ingeniería, mantenimiento y reparación de maquinarias, comercialización,
logística y otros servicios. Y los robots tendrán que realizar más
progresos en para permitir un cambio importante de la electrónica y otros
trabajos de montaje para migrar desde Asia a los EE.UU.
y Europa
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