Grecia
no pudo pagar los US$ 300 millones el 5 de junio; y los acreedores están soñando
que les pagaran a fines de Junio US$ 1600 millones , luego en julio y agosto
debe pagar otros US$ 6700 ,000,000 ; el
FMI les dijo adiós.
Nota del autor del blog: salvo sea una guerra psicológica
y el banco europeo les pague, asumiendo los pasivos que nunca se pagaran.
El FMI se levanta de la negociación con Grecia
ante la falta de avances
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/11/actualidad/1434042905_030858.html
"El tiempo de la
negociación se acabó: es hora de llegar a un acuerdo”, dice Donald
Tusk
Bruselas
y el FMI se resisten a aceptar la oferta de Grecia
CLAUDI
PÉREZ
Bruselas
11
JUN 2015
Christine
Lagarde, la directora gerente del FMI, el pasado jueves en Washington. / SAUL
LOEB (AFP)
La crisis
griega tiene carácter circular y estructura de pesadilla. “El tiempo se ha
acabado”: la frase más repetida de las negociaciones con Grecia en los últimos
cinco meses volvió a oírse este jueves en boca de altos funcionarios de la Comisión Europea, del Consejo, del Bundesbank alemán y del
Fondo Monetario Internacional, tal vez con más crudeza que nunca. El FMI, en el penúltimo gesto teatral de esta
saga, abandonó la mesa de negociaciones con Atenas. Y el presidente del
Consejo, Donald Tusk, ofreció en Bruselas la mejor interpretación de esa
jugada. “El tiempo de la negociación se ha acabado: es hora de llegar a un
acuerdo”, dijo.
.
Los
acreedores entregaron a Grecia su última oferta el miércoles por la noche, de
la mano del presidente de la Comisión, Jean-Claude
Juncker.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha
hecho en los dos últimos días el enésimo esfuerzo diplomático con un maratón de
reuniones al más alto nivel, con los citados Juncker y
Tusk, y también con el presidente francés, François
Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.
Las
diferencias entre ambas partes persisten.
Pero tanto
Europa como el Fondo se plantan aquí: el veredicto de los acreedores es que Grecia conoce ya
los objetivos fiscales de los tres próximos años (superávits fiscales del 1% en
2015, 2% en 2016 y 3% en 2017) y está en su mano decidir cómo
alcanzarlos con una propuesta fiable que debe formarse, sí o sí, en el próximo Eurogrupo, el 18 de junio.
Hay razones
tanto objetivas como subjetivas que explican esa fecha límite. Varios
parlamentos nacionales tendrían que votar ese pacto para que se amplíe el
actual programa, probablemente hasta marzo del año próximo. Grecia se ha ido
quedando paulatinamente sin dinero y a final de mes
tiene que hacer frente a un vencimiento de 1.600 millones con el Fondo,
a los que hay que sumar 6.700 millones con el BCE
durante julio y agosto.
La economía griega se ha parado, los
ingresos públicos han caído, la huida de depósitos va gangrenando la banca
griega y, en fin, no
va más.
Junto con
todo eso, razones más pasionales: los
acreedores están hastiados de ofertas y contraofertas, los europeos y los
funcionarios del Fondo buscan como locos
poner punto final a unas conversaciones que se han prolongado durante meses sin
gran éxito.
“Estamos muy lejos del
acuerdo”, dijo
un portavoz del FMI. “Subsisten grandes diferencias en
la mayor parte de los asuntos clave. Grecia no puede cumplir la mayor parte de
sus objetivos fiscales sin reformar las pensiones”, añadió.
Ambas partes
han ido acercándose en los objetivos de superávit, en
la subida del IVA, en pensiones y en la reforma laboral.
Pero queda
un empujón final, que Tsipras se resiste a dar porque no le va a ser nada fácil
vender un acuerdo de esas
características en casa, con la facción izquierda
de su partido amagando con romper la baraja.
“La gente
está perdiendo la paciencia”, alcanzó a decir este jueves Juncker. “Tsipras tiene que ser un poco
más realista. No hay tiempo para regatear. El próximo Eurogrupo será crucial”,
añadió Tusk al final de la cumbre entre la UE y América Latina.
Un viejo
adagio europeo viene a decir que la tensión tiene que subir al máximo antes de
llegar a un acuerdo de compromiso. Las Bolsas saludaron este jueves ese
recrudecimiento de la tensión con fuertes subidas, de hasta
el 8% en Atenas. La crisis griega se ha convertido en un ovillo
ininteligible, pero al final se resume en una frase sencilla: Tsipras puede dar
un giro como el que dieron otros antes que él, o puede llegar al próximo
Eurogrupo sin la propuesta que quieren oír sus acreedores y arriesgarse a una
suspensión de pagos. “Grecia es demasiado pequeña para caer”,
dice el economista Ken Rogoff, de Harvard:
Atenas no va a salir del euro porque confía en seguir recibiendo fondos, y los
europeos no van a arriesgarse a que un país que supone el 1,8% del PIB de la UE
reviva la crisis del euro. La solución es prorrogar y
fingir: firmar el acuerdo y ampliar el segundo rescate actual unos meses
a la espera de que el mercado aplauda la jugada. Es eso, o un accidente.
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“El riesgo de insolvencia crece a diario”
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, explicó este jueves que Europa “sigue con la intención de ayudar a Grecia”, pero añadió que el riesgo de insolvencia “crece cada día”. Poco amigo de hacer concesiones, Weidmann reiteró que solo habrá solidaridad si Atenas acepta la condicionalidad que imponen los acreedores. Grecia se mostró dispuesta a intensificar los esfuerzos “para alcanzar un acuerdo en cuestión de horas”, según un portavoz. Más lacónico, el primer ministro, Alexis Tsipras, dijo que persigue un acuerdo “que asegure que Grecia se recupera con cohesión social y una deuda pública viable”
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