La
decisión de optar entre dos venenos polariza a los griegos
http://lat.wsj.com/articles/SB11486026120286184909004581080590322990256?tesla=y
Por MATINA STEVIS
Miércoles,
1 de Julio de 2015 0:02
EDT
Julia
Kaldeki, dueña de una cafetería en Atenas, piensa votar por el “No” en el
referendum convocado para el domingo. Eirini Vourloumis for The Wall Street Journal
ATENAS—Tanto en sus casas como en las
calles, los griegos sopesan la decisión monumental que tendrán que tomar el
domingo: más penurias financieras para seguir siendo parte de la zona euro, o
la incertidumbre de Salir del bloque monetario.
El debate
sobre una simple pregunta divide a Grecia, un país vapuleado por la crisis, en
líneas ideológicas y socioeconómicas en la antesala de un referendo convocado
por el primer ministro, Alexis Tsipras. Para muchos, la identidad de Grecia
como un país plenamente europeo está en juego. Para otros, el referendo es una
oportunidad de hacerle frente a Europa.
“Siento que
tengo que elegir entre dos puertas, pero nadie realmente me ha dicho lo que hay
detrás de cada una”, dijo Chara Marantidou, una diseñadora independiente de 40
años y madre de dos hijos.
Marantidou
fue una de las miles de personas que llenaron la plaza Síntagma en la capital
griega el martes en una manifestación en apoyo al “Sí” a los términos
establecidos por los acreedores del país y a un llamado a un compromiso rotundo
con Europa.
“Sé que
ambas opciones son difíciles, pero siento que sacrificar más para permanecer en
el euro es más seguro que aventurarse a lo desconocido”, dijo. El día previo,
miles habían atiborrado la misma plaza para promover el “No” en el referendo
del domingo y un nuevo comienzo para Grecia, sin las exigencias de mayor
austeridad, aunque eso signifique volver a una moneda nacional.
Un pedido de
última hora de Grecia para extender el paquete de rescate existente más allá de
la medianoche del martes fue rechazado, horas antes de que el país entrara en cesación de pagos en un crédito ante el
Fondo Monetario Internacional. El gobierno griego también pidió un nuevo
plan de rescate para cubrir 29.000 millones de euros
(US$32.500 millones) en pagos de deuda hasta 2017, algo que los
funcionarios de la zona euro dijeron considerarían el miércoles.
Los
funcionarios europeos han dicho que cualquier
ayuda adicional también vendría con condiciones, añadiendo más peso a la
votación del domingo.
Tsipras,
quien lidera el partido de izquierda Syriza, ha dicho que el “No” preservará la
dignidad de Grecia y fortalecerá su margen de negociación en la próxima ronda
sin abandonar el euro.
La oposición
política y muchos funcionarios europeos dicen que el voto determinará si Grecia
abandona el bloque o no.
Los
votantes más adinerados y políticamente más moderados son más propensos a
aceptar el “Sí”, como
Takis Antonopoulos, un jubilado de 66 años. El hombre recuerda con regocijo los
apretones de manos que se dio con sus colegas en 2002 cuando el país abandonó
su vieja moneda, el dracma, a cambio del euro.
El pensionado
Takis Antonopoulos votará por el “Sí” pese a que tal opción reduciría su
jubilación. Eirini Vourloumis for The Wall Street
Journal
Antonopoulos
enfrenta un dilema. Al igual que muchos griegos de clase media, su pensión ya
ha sido reducida a la mitad y los impuestos de la casa que construyó con sus
ahorros han aumentado como parte de las políticas de austeridad implementadas
durante los últimos cinco años en un intento por apuntalar las arcas del
gobierno.
Pero
Antonopoulos está convencido que regresar a la vieja moneda llevará a Grecia de
nuevo a la escasez de combustible y el racionamiento de alimentos de la era de
la posguerra.
“Elijo el
euro aunque personalmente sufriré más, y sé que Grecia tendrá un mal acuerdo.
Pero volver al dracma será un desastre absoluto, lisa y llanamente”, dijo el
jubilado desde su casa en Artemida, al este de Atenas.
Los
electores más pobres y aquellos con una inclinación más fuerte hacia la
izquierda o la derecha tienden a coincidir con el primer ministro, quien fue elegido
en enero con el doble mandato de cuestionar las políticas de austeridad de los
acreedores, pero mantener a Grecia en el euro. Tsipras
convocó al referendo del domingo después de fracasar en su intento por
negociar un nuevo pacto.
Sentada en
su cafetería en Kypseli, un vecindario de Atenas, Julia Kaldeki, de 57 años,
planea votar “No” y seguir apoyando a Syriza en el gobierno.
“Hasta ahora, nuestro
estándar de vida ha disminuido lentamente, poco a poco”, dice. “¿Y qué pasa si volvemos al
dracma? El cambio real toma tiempo, y siempre y cuando mis hijos y yo estemos
saludables, podemos capear cualquier cosa”, aseguró.
En
un país cuya economía perdió un cuarto de su tamaño desde la crisis financiera
global en 2008 y donde
una de cada cuatro personas está desempleada, el plebiscito está polarizando
aún más a los habitantes, que ya están exhaustos por el bajón más prolongado en
un país desarrollado desde la Gran Depresión de los años 30.
Uno de cada tres griegos se
opone a un acuerdo
con las condiciones exigidas por los acreedores, mientras
que 47% estaría preparado para aceptar un mayor ajuste de cinturón,
según una encuesta publicada el domingo por el diario To
Vima.
El sondeo se
llevó a cabo antes del anuncio del referendo. Los analistas prevén que la
brecha se cierre esta semana.
“Grecia va a este
referendo cansada, confundida, buscando respuestas, buscando algún tipo de
esperanza”, dice
Nick Malkoutzis, fundador de Macropolis, un
sitio web de análisis sin afiliación política.
Grecia
depende de las importaciones para muchos bienes básicos como medicamentos y
combustibles, y regresar a un dracma débil los encarecería. Muchos griegos
sienten que se les pide elegir entre dos venenos.
Konstantina
Paschalidi, de 80 años, es una del millón de jubilados griegos que reciben
menos de 1.000 euros al mes. El lunes intentó retirar su pensión de un cajero,
pero la máquina se había quedado sin fondos. Paschalidi dice que no marcaría
ninguna diferencia para ella si Grecia regresa al dracma.
“He sobrevivido
la Segunda Guerra Mundial, la ocupación, la guerra civil, la hambruna”, cuenta
sujetando su cartera de cuero en una plaza de Kypseli. “No tengo miedo a lo que venga;
he visto todo”, dice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario