Por
su dogmatismo la iglesia católica está en proceso de extinción en Europa, donde
los países más prósperos son de mayoría atea como Suecia, Noruega, Finlandia,
Holanda y los más católicos están llenos
de deudas y toda clase de problemas como los PIGS (Portugal, Italia , Grecia, España).
Nota del autor del blog: en Europa, mientras
más educados son y mayores ingresos per cápita tienen, menos católicos son.
La
Iglesia Católica trata de adaptarse a una nueva realidad social en Europa
http://lat.wsj.com/articles/SB10181154852263044738504581062481745358702?tesla=y
Francis
X. Rocca y David Román
Martes,
23 de Junio de 2015
19:34 EDT
La senadora
Katherine Zappone (izq.) junto a Ann Louise Gilligan en Dublin. PA Wire/Zuma Press
La
legalización del matrimonio gay en Irlanda ha puesto a la Iglesia Católica a la
defensiva y ha dejado de manifiesto su retirada en otros países europeos
donde las uniones homosexuales se han convertido en ley.
Tras
perder su batalla contra el referéndum irlandés, los líderes católicos del país están cuestionando
los motivos de su fracaso para detener este cambio en una sociedad donde la
iglesia tiene desde hace tiempo una enorme influencia.
El arzobispo
Diarmuid Martin de Dublín dijo que la Iglesia necesitaba “asimilar la realidad”. Una “revolución social”
había tomado por sorpresa a los líderes católicos, dijo.
“Si el referéndum es una
afirmación de las opiniones de los jóvenes, la iglesia tiene una enorme tarea
por delante”.
El 10 de
junio, tras una reunión de la conferencia de los obispos irlandeses, dieron
señales de que la Iglesia adoptaría un enfoque conciliador.
El historial
en otros países europeos muestra que la
Iglesia ha cedido ampliamente en la guerra política por las uniones del mismo
sexo y en cambio se ha centrado en esfuerzos entre las bases para que los
católicos cumplan con su definición de matrimonio mientras impulsan temas más
limitados, como eximir a las instituciones católicas de cumplir con leyes
antidiscriminación relacionadas.
La experiencia de España, donde el matrimonio del mismo sexo es legal desde hace una década, es instructiva. Los obispos
españoles se mostraron desafiantes cuando se aprobó la ley en 2005, e hicieron
un llamado a que se derogara inmediatamente. Fueron alentados por el papa
Benedicto XVI, quien llamó al matrimonio del mismo sexo una forma “anárquica”
de “pseudo-matrimonio”.
Sin embargo,
los obispos españoles le dejaron la batalla política a grupos de laicos,
incluidos activistas católicos, dice Benigno Blanco, presidente del Foro
Español de la Familia. Esos esfuerzos se estancaron gradualmente.
Mientras
tanto, la iglesia se ha centrado en limitar el crecimiento del matrimonio del
mismo sexo al ofrecer una “defensa clara y sólida del modelo de
matrimonio de la Iglesia”, dice Blanco.
En 2012, la
conferencia de obispos emitió un documento de casi 19.000 palabras sobre la
“verdad sobre el amor humano”. Reiteraba que los españoles tenían el “derecho y
deber” de presionar para lograr la revocación del matrimonio del mismo sexo,
pero se centraban principalmente en justificaciones teológicas para el
matrimonio tradicional.
Según el
obispo Mario Iceta de Bilbao, presidente del
subcomité de familia y vida de la conferencia de obispos, cada diócesis ha
establecido un “centro de orientación familiar” para ayudar a los católicos en
esa zona a entender y seguir las enseñanzas de la Iglesia.
Líderes
religiosos han impuesto prohibiciones sobre los esposos o esposas en
matrimonios del mismo sexo similares a las que rigen para católicos divorciados
que se vuelven a casar bajo la ley civil y los que conviven sin casarse.
Los
sacerdotes españoles pueden negar la comunión a las parejas del mismo sexo.
Además se supone que las personas abiertamente homosexuales no pueden dar clases
en escuelas católicas o desempeñarse como profesores de religión en escuelas
públicas, ya que esos cargos son elegidos por la Iglesia según un acuerdo de
larga data con el gobierno.
Además, los
homosexuales no pueden participar en fraternidades que organicen celebraciones
públicas para la Pascua y otras fiestas religiosas.
La
conferencia de obispos españoles indicó que cualquiera que no cumpla con las
enseñanzas católicas “lógicamente no puede participar en sus
actividades o representar a la Iglesia”, sin importar su orientación
sexual.
Las leyes
antidiscriminación hasta ahora no han significado un obstáculo para los líderes
católicos españoles en su promoción de la doctrina de la Iglesia. En un caso
notable, una queja por un obispo que dio un encendido sermón contra la
homosexualidad —prácticamente dijo que los gays activos irían “directo al infierno”— fue
desestimada rápidamente en 2012.
Pero el tono
más suave del papa Francisco ha alentado un enfoque más gentil en las
parroquias. Blanco dice que los sacerdotes suelen acceder a bautizar niños
criados por parejas del mismo sexo, a pesar de que la ley eclesiástica les da
discreción para negar el sacramento en casos donde está en duda la posibilidad
de una crianza católica.
Aunque no
abandonan las enseñanzas de la Iglesia, los sacerdotes están adoptando cada vez
más una actitud de “dar la bienvenida más que un formalismo judicial”, dice
Blanco, quien atribuye el cambio en parte al ejemplo
del papa Francisco.
En
Irlanda, el potencial de conflicto es importante,
debido al rol históricamente amplio de la Iglesia en la sociedad. Por ejemplo, la Iglesia dirige casi todas las escuelas primarias públicas.
Queda por verse si intentará excluir de los roles docentes a personas casadas
con alguien del mismo sexo o si se negará a enseñar la nueva definición civil
de matrimonio como una unión entre dos personas, más allá de su género, como ha
insistido el primer ministro.
Luego de la
reunión reciente, la primera desde el referéndum del 22 de mayo, el presidente
de la conferencia de obispos irlandesa, el arzobispo
Eamon Martin de Armagh, dio señales de un enfoque cauto.
Aunque los
obispos habían advertido que los sacerdotes podrían dejar de firmar
certificados de matrimonio si Irlanda legalizaba el matrimonio homosexual, el
arzobispo Martin indicó que preveía que siguieran haciéndolo.
En una
declaración, los obispos dijeron que “seguirían reflejando las implicaciones
del referéndum”, pero no se refirieron a potenciales conflictos legales.
Poniendo
énfasis en lo positivo, los obispos afirmaron una vez más el valor proveniente
de Dios del “amor que fluye de la unión íntima entre un hombre y una mujer en
el matrimonio”, y la “responsabilidad de tratar a los demás,
independientemente de la orientación sexual, con dignidad y respeto”.
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