Aunque no pague, Grecia seguiría en la zona euro
¡Caray! ¡ Que lindo! se acerca uno de los finales probables de la novela griega , el FMI se rindió primero, dijo - bueno no me pagues el 5 de junio sino a fin de mes- y ahora esta pensando en págame cuando puedas pero que no " panda el cunico."
http://lat.wsj.com/articles/SB12607879463517393677504581050492392459606?tesla=y
Por GABRIELE STEINHAUSER
martes,
16 de junio de 2015 0:04
EDT
Manifestantes
quitan una bandera de la Unión Europea con la imagen del primer ministro
griego, Alexis Tsipras, del Ministerio de Finanzas, en Atenas. Agence France-Presse/Getty Images
BRUSELAS—Sin un acuerdo a la vista sobre un
renovado paquete de rescate para Grecia, algunos estrategas económicos y
monetarios están examinando una nueva hipótesis:
¿Podría el gobierno en Atenas caer en
cesación de pagos sobre sus préstamos de rescate y, de todos modos, mantener el
euro como su divisa?
La idea
rompe con la creencia generalizada durante más de cinco años de crisis de
deuda, en la que el impacto de un default era visto como una forma de enviar a
Grecia por un sendero inexorable de fugas de depósitos bancarios, controles de
capital y, por último, la salida de la zona euro.
Aun con el
riesgo de cesación de pagos más alto que nunca, encontrar una forma para evitar
que Grecia tenga que cambiar de moneda se ha vuelto más atractivo. Le ahorraría
a Europa la vergüenza de la salida de uno de sus miembros de la zona euro y
podría atenuar parte del pánico en los mercados que probablemente seguirá a una
cesación de pagos.
La semana
pasada, altos funcionarios de los ministerios de Hacienda de la zona euro
debatieron brevemente la idea de mantener a Grecia en el euro a pesar de un
cese de pagos, aunque muchos de ellos tienen serias dudas sobre su eficacia,
según personas al tanto de las conversaciones.
“No se trata tanto de
un plan, sino de una evolución del pensamiento”, señala una persona al tanto de las
discusiones entre los acreedores de Grecia.
Los
proponentes del escenario de un default sin salir del
euro se ubican principalmente en dos categorías: aquellos que creen que
el golpe de una cesación de pagos temporal llevará al primer ministro Alexis
Tsipras a llegar a un acuerdo con los acreedores;
y quienes sostienen que una expulsión inmediata
del euro podría generar caos en Grecia y otros países.
“Grecia carece de la
capacidad de lanzar una nueva moneda y (organizar) una salida (del euro)”, dijo un funcionario al tanto de las
conversaciones de la semana pasada.
Cualquier
escenario en el que Grecia no consiga nuevos fondos de sus acreedores
internacionales probablemente contempla que el gobierno emita una especie de
divisa paralela para pagar por algún tiempo salarios y los contratos públicos,
incluso si mantiene el euro como su moneda legal, dicen expertos. “Es
la respuesta simple cuando se queda sin efectivo”, dice Harold James,
profesor de la Universidad de Princeton y quien se especializa en historia
financiera de Europa.
Las monedas
paralelas se han usado durante siglos. A fines de la Edad Media, los
comerciantes en Florencia y Holanda pagaban a
los jornaleros y proveedores locales con monedas de plata, mientras que
cerraban transacciones más grandes con oro, sin una tasa de cambio fija entre
las dos.
En un mundo
donde las operaciones de divisas se realizan en décimas de segundos, el manejo
de dos monedas separadas podría plantear más desafíos. La moneda paralela
griega probablemente adoptaría la forma de deuda emitida a sus propios
ciudadanos.
Sin embargo,
el gobierno griego enfrentaría de inmediato dudas sobre si su nueva moneda
sería alguna vez convertida a euros. Eso la asemejaría a Argentina, que entró
en cesación de pagos sobre su deuda en 2001.
Las entidades
públicas que enfrentaban problemas de presupuesto emitieron una variedad de
pagarés, los cuales se hundieron por debajo del valor nominal debido a dudas
sobre su solvencia y a si la tasa de cambio frente al dólar se mantendría. No
fue así.
Una
complicación adicional es que Atenas dependería del Banco Central Europeo para
obtener al menos fondos de emergencia que ayuden a los bancos griegos a
sobrevivir una fuga de depósitos.
Este tipo de
incertidumbre llevaría probablemente a una depreciación
inmediata de la nueva moneda frente al euro, con un mercado negro en el
que los euros físicos se transarían a una tasa mucho más alta que la
establecida por el gobierno.
Si, al mismo
tiempo, el gobierno recurre a los controles de capital e impide que los
ahorradores retiren sus euros de los bancos, podría surgir una tercera tasa de
cambio, con precios diferentes para billetes y monedas y euros mantenidos como
depósitos en los bancos. “Es muy disruptivo. La gente no hace las
transacciones que antes habría hecho, de modo que la actividad económica cae
rápidamente”, dice James.
Las empresas
extranjeras podrían ser escépticas a la hora de hacer negocios con la nueva
moneda, llevando a una escasez de productos como medicinas o repuestos para
autos y maquinaria.
Tal vez más
importante, mantener una divisa paralela creíble podría obligar al gobierno
griego a hacer la misma cosa contra la que está luchando: reducir el gasto
público. “La única forma en la que funcionaría es si se produce junto a un
estricto programa fiscal”, dice James.
Es por eso
que la mayoría de los economistas y muchos encargados de políticas creen que
incluso si Grecia sigue ese camino, al final tendrá que
renunciar al euro y la moneda paralela será la que rija.
“No va a obtener los
beneficios de salir del euro y tener su propia política monetaria”, señala un funcionario que ha
participado en las negociaciones sobre las finanzas de Grecia.
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