Los
agricultores resisten el avance del canal de Nicaragua
http://lat.wsj.com/articles/SB11011368353613443430904581038352560658310?tesla=y
Por JOHN OTIS
miércoles,
10 de junio de 2015 0:03
EDT
OMETEPE,
Nicaragua—El gobierno
sandinista, que expropió grandes extensiones de tierra durante su fase
revolucionaria de los años 80, está de nuevo agitando las aguas en este país
centroamericano, que se prepara para otra ronda de expropiaciones rurales. Pero
esta vez se trata de un proyecto capitalista: un canal de 276 kilómetros que
conecte el Atlántico y el Pacífico.
La vía que
planea Nicaragua entre los dos océanos podría acomodar
buques de más de cuatro canchas de fútbol de largo, más que el ampliado canal
de Panamá. Y supondría la mayor remoción de tierras de la historia,
según Hong Kong Nicaragua Canal Development, o HKND
Group, la firma china que tiene una concesión a 50 años para construir y
operar el canal.
Para hacer
espacio para la vía navegable y los puertos, caminos y zonas de libre comercio,
la compañía dice que necesita poco más de 1600
kilómetros cuadrados.
Funcionarios
nicaragüenses justifican las futuras expropiaciones —que podrían desalojar unas 27.000 personas— con el argumento de
que el canal transformará esta empobrecida nación centroamericana mediante la
creación de 50.000 trabajos y la duplicación de su economía.
Aunque el
gobierno aún no ha expropiado un solo metro cuadrado, HKND Group dice que
pagará precios de mercado por las áreas de cultivo confiscadas. Sin embargo, la
ley de 2013 que autoriza al gobierno a expropiar las tierras necesarias para la
construcción del canal dice que los
pagos se basarán en el impuesto sobre el valor de tasación de cada propiedad,
por lo general mucho más bajo.
Temiendo ser
desplazados y estafados, multitudes de campesinos han organizado cerca de 50 protestas en el último año, algunas de ellas
violentas.
“Si nosotros
somos expropiados, nosotros iremos a las calles”, dijo el productor de yuca
Medardo Mairena, que participó en una marcha reciente en Ometepe, una isla
volcánica en el Gran Lago de Nicaragua (también conocido como Cocibolca) que se
encuentra en medio de la ruta propuesta por el canal.
La compañía
ha gastado millones de dólares en estudios de
viabilidad, propiedad e impacto ambiental, así como en la perforación
exploratoria. Cerca de lo que sería la entrada del canal en el Pacífico,
apisonadoras y motoniveladoras ya abren camino para el equipo pesado necesario
para construir la vía acuática. HKND Group también planea construir 27 aldeas
de reasentamiento para los desplazados por el proyecto.
Aún no está claro si el canal se
construirá o no.
Algunos
expertos en comercio naviero dicen que es innecesario ahora que el Canal de
Panamá agregará un tercer juego de esclusas para acomodar naves más grandes
(aunque no las más grandes en actividad).
Una protesta
contra el canal en Rivas, Nicaragua, en diciembre de 2014. Agence France
Presse/Getty Images
Los
ambientalistas son escépticos y dicen que el proyecto podría causar un gran
daño ecológico. Y tampoco está claro si la empresa, encabezada por el
empresario chino Wang Jing, puede conseguir el financiamiento, estimado en US$50.000 millones.
En una
declaración a The Wall Street Journal, HKND Group declinó especificar cuándo
comenzaría la construcción principal.
Telémaco
Talavera, portavoz de la
Comisión del Canal, dijo que el trabajo en los puertos y cerraduras comenzaría
antes de fin de año, pero algunos funcionarios nicaragüenses se están
impacientando. “No hay nada del canal porque todavía no hay reales depositados para
eso”, dijo Bayardo Arce, asesor económico del presidente Daniel Ortega.
Ortega es un
entusiasta partidario de HKND. En comparación con su primera época en el poder
en la década de 1980, el ex revolucionario ha sido mucho más pro-negocios desde
su regreso a la presidencia en 2007.
Sin embargo,
para muchos nicaragüenses el plan de expropiación recuerda una de las políticas
más polémicas de la revolución sandinista que en 1979 derrocó al régimen
apoyado por Estados Unidos del dictador Anastasio Somoza.
En aquel
entonces, el gobierno encabezado por Ortega ordenó la confiscación de
cafetales, ranchos de ganado y otras propiedades pertenecientes a Somoza y sus
compinches.
Bajo una
reforma agraria, Managua entregó más de 600.000
hectáreas a los campesinos. Pero los sandinistas también se quedaron con
propiedades de líderes de la oposición y personas que habían huido del país o
que simplemente eran propiedades productivas.
En su
declaración, HKND Group dijo pagará precios justos de mercado por las tierras
confiscadas, pero advirtió que la
empresa no se moverá de esos valores en caso de que la especulación haga subir
los precios.
Octavio
Ortega, quien ha estado organizando protestas anticanal en todo el país, dijo
que muchos propietarios desconfían del proyecto porque se ha mantenido en
secreto y acusó a los desarrolladores de cinismo
por querer basar sus ofertas en el valor fiscal de las tierras, sabiendo que
muchos propietarios dan un menor valor para reducir su carga fiscal.
Más de un
tercio de la ruta del canal no va por tierra sino por agua, a través del Gran
Lago de Nicaragua, la mayor reserva de agua dulce en América Central. Los
ambientalistas temen que el dragado requerido para las obras levante tanto
sedimento que haga disminuir el contenido de oxígeno del mayor lago de
Centroamérica, amenazando la vida acuática y el agua potable.
Más hacia el
este, unos 388 kilómetros cuadrados de sabana se
inundarían para crear un embalse, llamado Lago Atlanta, para
proporcionar agua a uno de dos juegos de exclusas del canal. Antes de
desembocar en el Océano Atlántico, el canal pasaría cerca de un pueblo indio
llamado Rama Bankukuk Taik, hogar de los últimos hablantes fluidos de la lengua
rama.
Al hablar
recientemente en una audiencia en Washington, Becky McCray, un abogado de la
etnia Rama dijo: “De implementarse el proyecto, existe la fuerte posibilidad
que la lengua rama en la comunidad de Bankukuk Taik se extinga al ser desplazados
de manera forzada los últimos hablantes de este idioma”.
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