El
hombre que busca erradicar la corrupción en China
http://lat.wsj.com/news/articles/SB10001424052970203977504580116113075826250?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10001424052970203977504580116113075826250.html
Por :
Lingling
Wei y
Bob
Davis
miércoles,
27 de agosto del 2014
0:02 EDT
Wang
Qishan, durante una
reunión en Brasil en 2012 Reuters
NANCHANG,
China—Cuando Wang
Qishan, el principal sabueso anti-corrupción de China, envió una decena de
investigadores a esta ciudad del sur del país a mediados del año pasado, su
mensaje fue claro: los investigadores debían inspirar "conmoción y asombro" entre
los funcionarios locales, según un relato publicado en un sitio web del
gobierno.
Los
inspectores de Wang les dijeron a los medios locales que se habían instalado en
un hotel propiedad del gobierno. En cuestión de días, cientos de residentes se
acercaron a aportar evidencia sobre lo que consideraban irregularidades de
funcionarios locales corruptos. Las quejas también llegaron en grandes
cantidades por Internet, según funcionarios al tanto.
Yang Peng,
un dueño de restaurante, afirma que les dijo a los investigadores que fue
encarcelado y torturado debido a su asociación con un enemigo de un importante
mandarín local que había sido acusado de manipular la venta de una siderúrgica
a cambio de sobornos. Un año más tarde, el funcionario que identificó fue
despedido y el equipo de Wang inició una investigación por corrupción.
El Partido
Comunista de China está llevando a cabo su mayor ataque a la corrupción desde
que el país abrió su economía al mundo en 1978,
un paso que sacó de la pobreza a millones de chinos pero que también les
permitió a los miembros de partido amasar fortunas a través de conexiones
políticas. La arremetida, lanzada a fines de 2012, es
supervisada por Wang, de 66 años y uno de los siete
miembros del Comité del Politburó.
Wang
es amigo del jefe del partido Xi Jinping desde que ambos fueron desterrados a la región campestre de
Yan'an durante la Revolución Cultural.
La elección
de Wang, conocido como uno de los altos líderes más capacitados y eficientes de
China, es una señal de la seriedad con la que Xi se toma la arremetida. Una
mirada a la forma en que Wang está ejecutando su mandato muestra lo amplia que
se ha vuelto la embestida, a pesar de que dentro del partido se extienden los
temores de que los esfuerzos anti-corrupción puedan ser exagerados, y puedan
dañar la economía del país.
Wang ya
atrapó varias presas de peso. Puso en la mira de una investigación a Zhou Yongkang, ex líder de seguridad y miembro del
Comité del Politburó; Xu Caihou, uno de los más
altos generales del ejército, y Jiang Jiemin, un
alto ejecutivo de la industria estatal petrolera china.
Los
tres fueron detenidos pero no acusados.
No
estuvieron disponibles para realizar comentarios.
Desde que
comenzó la campaña contra la corrupción, más de tres decenas de funcionarios
con el rango de viceministro o más alto fueron detenidos acusados de
corrupción. Sólo en 2013, alrededor de
182.000 miembros del partido fueron investigados, según el profesor de
derecho Jian Ming'an, de la Universidad Peking, frente a unas 10.000 a 20.000
investigaciones por corrupción en 2012. Hasta ahora, estas iniciativas parecen
gozar de popularidad en China. Un 53% de los chicos considera que la corrupción
es un "problema muy grande", según una encuesta de 2013 del Centro
Pew, de Washington, un aumento frente al 39% de 2008.
"Los líderes se
han dado cuenta de que si no detienen el avance de la corrupción, el régimen
colapsará",
afirma Huang Jing, un especialista en China de la Universidad Nacional de
Singapur.
Pero la
embestida también recibe críticas. Observadores señalan que la iniciativa está
ayudando a Xi a marginar o limitar la
autoridad de figuras poderosas que podrían perfilarse como rivales, a la
vez que pule su reputación ante el público en general.
Además,
algunos grupos de derechos humanos plantearon preocupaciones de que esas
investigaciones se realicen sin permitirles a los acusados comunicarse con
abogados o familiares.
Las tácticas
usadas para conseguir confesiones también han recibido críticas: en el ejemplo
más extremo, seis investigadores chinos —incluidos cinco de la agencia de Wang—
fueron condenados por causar lesiones intencionales cuando ahogaron a un
funcionario local durante un interrogatorio.
Ante las
críticas, funcionarios chinos sostienen que Wang alienta a su equipo a apelar
menos a confesiones y más a análisis de datos.
Sin dudas,
no todas las miles de personas que son investigadas enfrentan cargos serios.
Según el profesor Jiang, unas 25.000 personas fueron castigadas por "estilos
de vida extravagantes", como usar fondos públicos para comprar
autos de lujo o pagar funerales extravagantes. Según el académico, no se
consideran ofensas criminales. Los que enfrentan cargos criminales podrían ser
enviados a la cárcel, y en los casos más serios, de por vida.
No fue
posible ubicar a Wang para pedirle comentarios. Funcionarios de prensa de la
comisión central de disciplina del Partido Comunista, que encabeza, y el
Consejo Estatal, mayor órgano de decisiones del gobierno, prefirieron no hacer
comentarios.
La magnitud
de la influencia de Wang genera el riesgo de desatar una reacción violenta
entre funcionarios de partido preocupados por las
consecuencias sobre la economía china y la reputación del partido.
El ex líder
del partido Jian Zemin y otros prominentes ex funcionarios le advirtieron a Xi
que Wang ha ido demasiado lejos, según un funcionario del partido con lazos con
la plana mayor. Xi defendió a su aliado, según la fuente.
Lu
Ting, economista de Bank of America Corp. BAC +0.25%
especializado en China, estima que la embestida
reduciría el PIB del país entre 0,6 y 1,5 puntos porcentuales este año,
conforme se derrumban las ventas de
bienes de lujo, apartamentos de alta gama y otros podrían atraer la
atención de los investigadores de Wang.
La inversión
gubernamental también se desaceleró porque funcionarios locales temen que sacar
a licitación proyectos podría exponerlos a acusaciones de sobornos.
A largo plazo, sostienen economistas,
atacar la corrupción produce mejoras económicas porque los fondos del gobierno
se gastan de forma más productiva.
Encarcelar a poderosos ejecutivos en firmas
estatales también puede hacer que los ejecutivos lo piensen dos veces antes de
tratar de bloquear los planes de Xi de introducir más competencia a los
sectores dominados por el estado, pero eso podría tomar años.
Personas que
conocen la forma de pensar de Wang sostienen que su meta es fundamentalmente
cambiar el ethos del Partido Comunista y asegurarse de que los miembros del
partido "no quieran ser corruptos, no sean corruptos y no se atrevan a
cometer actos de corrupción", les dijo Wang a sus subordinados, según
personas al tanto.
Otras
iniciativas anticorrupción en China perdieron fuerza luego de atrapar uno o dos
funcionarios. Pero Wang buscó institucionalizar esta embestida, al requerir que
los investigadores locales reporten lo que descubren a su oficina en Beijing y
ante las autoridades locales, para que las investigaciones no sean silenciadas
a nivel local, según funcionarios chinos. También utiliza el resentimiento
público, y habilitó una línea directa en la web para recibir quejas.
Wang
organizó una decena de grupos de investigación y los envió a distintos puntos
del país. Sus equipos también extienden sus esfuerzos para analizar archivos
financieros en el país y el extranjero, en busca de activos escondidos y otra
evidencia de ilícitos.
Wang es
llamado "el bombero" por los medios chinos, debido a su larga carrera
resolviendo emergencias. Sus seguidores señalan que al estar casado pero sin
hijos, el funcionario, según la lógica local, tiene menos incentivos para
enriquecer a su familia.
Lidiar con
él puede ser irritante, según funcionarios occidentales, debido a su franqueza.
En una reunión con líderes empresariales
europeos durante la crisis financiera, les dijo que sus quejas no le importaban
mucho porque sabía que invertirían en China de todos modos, según un
participante de la reunión.
Wang ha
dejado en claro en comentarios públicos ante funcionarios de partido que cree
que la embestida es una iniciativa temporaria hasta que China encuentre una
forma de mejorar sus sistemas de investigaciones y legal. Por ahora, sin
embargo, el sabueso y sus investigadores continúan centrándose en casos
individuales de sobornos.
—Grace Zhu contribuyó a este artículo.
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