China
produjo gigantescos excedentes de trigo, arroz y maíz y le sobran 75 millones
de toneladas que inundaran a los países en desarrollo y colapsaran los precios
y a EEUU le sobran también gigantescas cantidades de maíz. Vendan todo y pronto.
La
gran cosecha de China presiona el mercado internacional de granos
http://lat.wsj.com/news/articles/SB10001424052970204622204580118411291211550?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10001424052970204622204580118411291211550.html
Por Isabella Steger
jueves,
28 de agosto de 2014 0:02
EDT
Un campesino
airea trigo recién cosechado cerca de la ciudad de Yuncheng.
Xinhua/Zuma Press
China ha
pasado de vivir períodos de escasez y hambrunas hace sólo unas décadas a una
productividad agrícola que es celebrada como un éxito por el gigante asiático.
Este año, mientras
los agricultores se preparan para comenzar sus cosechas, el país se encamina a
su decimoprimer año consecutivo de
abundancia de granos.
Sin embargo,
la producción es demasiado alta incluso
para el país más poblado del mundo, lo que ha desbordado los depósitos y
plantea un dilema para las autoridades.
Estimaciones
de medios estatales indican que el gobierno tendrá una
reserva de 150 millones de toneladas de granos
que incluyen tres de los cultivos más importantes de China: arroz, trigo y maíz.
La cifra duplica los 75 millones de toneladas
del año pasado y aumenta la sobreabundancia de commodities agrícolas que
está socavando los precios.
"Los funcionarios
chinos siempre hablan de tener una gran cosecha", dice Fred
Gale, economista del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA,
por sus siglas en inglés). "Eso suena como algo bueno, ya que se han
preocupado porque la oferta siga el ritmo de la demanda. Pero ahora, China
parece estar teniendo problemas con excedentes de la mayoría de sus commodities".
La
abundancia de granos es motivo de elogio en el país. Sin embargo, China está
gastando mucho más de lo necesario para alimentar a sus habitantes y se verá obligada a vender sus excedentes
en un mercado global que ya sufre de un exceso de oferta.
La situación
ha dejado expuesto el ineficiente y
costoso programa de subsidios del gobierno diseñado para mantener altos los
ingresos de los agricultores.
Beijing
intenta encontrar la fórmula para proteger a sus residentes rurales al tiempo
que reduce la producción de estas materias primas perecederas con el fin de
ahorrar dinero y evitar que haya excedentes de suministros.
La sobreabundancia de China no podría
haber llegado en un peor momento para los agricultores estadounidenses de maíz, que tendrían una cosecha récord de 14.000 millones de bushels (más de 355 millones de toneladas) según el USDA. Los futuros
de maíz han caído 15% este año tras derrumbarse 40% el
año pasado, y la negativa de China a comprar maíz estadounidense
ejercerá una mayor presión sobre los precios, afirma Jason
Britt, presidente de la corredora Central States Commodities Inc.
"(La falta de compras de) China ha sido un factor que ha contribuido a los
precios bajos", dice. "Ahora, la tarea del mercado es bajar a
un nivel donde encontremos demanda".
El tamaño
preciso y los costos del programa de subsidios son difíciles de determinar. Datos oficiales muestran que China compra un tercio de la
producción de maíz, mientras que estimaciones de medios estatales
señalan que el gobierno gastó US$36.000
millones en los últimos dos años para realizar adquisiciones cuando los precios
del mercado tocaron fondo.
"Las reservas son
absolutamente gigantescas, muy por encima de cualquier cosa que se pueda
justificar con un fundamento comercial", dice Thomas
Pugh, economista de Capital Economics en Londres. "Esos son bienes
perecederos, así que empezarán a deteriorarse".
Pugh calcula
que China posee alrededor de 40% de las
reservas de maíz del mundo.
El país
planea construir instalaciones de almacenamiento para guardar 50 millones de toneladas más de granos para 2015,
según medios estatales.
Cerca de 70% del
consumo de maíz de China se destina a la alimentación de ganado, conforme
aumenta el apetito de los chinos por carne, y el resto es procesado en jarabe o almidón.
El problema
es particularmente agudo este año, debido a un auge de la producción también en EE.UU. y un desplome de los precios
allí a cerca de mínimos de cuatro años, mientras que las cotizaciones en
China han permanecido elevadas debido a los subsidios. Eso crea un incentivo
para que los operadores chinos importen maíz, lo que eleva aún más el
inventario de China, apunta Jikun Huang, director del
Centro de Política Agrícola China, una entidad estatal en Beijing.
El maíz en la Bolsa de Commodities de Dalian se negocia a casi
el triple del precio de los futuros en la Chicago Board of Trade.
Este año,
China ha tratado de limitar las importaciones de maíz estadounidense,
atribuyendo su decisión a la presencia de organismos genéticamente modificados (OGM). No obstante, Huang señala que los operadores le
han encontrado la vuelta al importar otros sustitutos de pienso como cebada y sorgo.
No es fácil
para China deshacerse de estas enormes reservas y el gobierno ha indicado que
está al tanto del problema de la falta de silos.
"En el pasado, nos
hemos enfocado en aumentar la producción y la calidad del grano (...) ahora
necesitamos reformas para comprar, vender y almacenar mejor, y así contribuir a
la seguridad nacional", dijo el primer ministro, Li Keqiang,
según el sitio web de la Administración Estatal de
Granos.
"Es increíble que
China pueda pasar por alto los OGM cuando las reservas son bajas, pero cuando
tratan de proteger a sus agricultores o tienen un excedente, pueden encontrar
cualquier excusa. Son barreras comerciales, simplemente llamémoslas por lo que
son", dice
Britt.
En enero, el
gobierno indicó que empezaría programas de prueba para el algodón y la soya —dos cultivos con menor importancia
estratégica— para acabar con la acumulación de reservas e implementaría un
sistema de precios objetivo, para que estén más determinados por el mercado.
"El gobierno se
mueve en la dirección correcta, paso por paso", afirma Cherry
Zhang, analista de maíz de Shanghai JC Intelligence Co. "Pero
mucho depende de cómo resulten en la práctica los cambios para el algodón y la
soya".
· —Tony Dreibus
contribuyó a este artículo.
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