Legalizar
el espionaje
http://elpais.com/elpais/2015/05/06/opinion/1430933349_202822.html
Consenso
político en Francia entre derecha y socialistas para ampliar el poder de la
vigilancia
EL
PAÍS
7 MAY 2015 –
Recortar las
libertades individuales para mejorar la seguridad colectiva es un planteamiento
muy presente en el debate público.
Francia es el último ejemplo. Enfrentado a
temores crecientes al terrorismo yihadista, el Parlamento francés ha legalizado las actividades de vigilancia de
comunicaciones que se supone venían realizando clandestinamente sus servicios
secretos.
De paso ha
ampliado el poder del espionaje para controlar la injerencia extranjera “en
los intereses económicos, industriales o científicos” de su país, y
para dedicarse a tareas genéricamente descritas como de defensa nacional o de
la integridad territorial.
El primer
ministro, Manuel Valls, niega que esto suponga
el paso a un estado de excepción encubierto.
En su haber
anota el logro del consenso entre la derecha y los socialistas que, aun con
fugas de votos —los grupos parlamentarios no consiguieron una disciplina plena—
reunió 438 sufragios favorables a la ley, frente a 86 en contra.
El consenso
político contrasta con las protestas de órganos de la sociedad civil, desde
entidades defensoras de los derechos humanos a asociaciones de juristas, que
califican esta norma de liberticida.
El dilema al
que nos enfrentamos los europeos es que ya no se trata de descubrir a los
componentes de organizaciones terroristas limitadas y
jerarquizadas, sino a múltiples
células de obediencia confusa y seguimiento difícil.
Como ocurre
con otras leyes, su buen uso puede redundar en la protección de las libertades
amenazadas precisamente por el terrorismo. Es verdad que existe el riesgo de
que los servicios secretos amplíen arbitrariamente sus facultades de control de
las personas y de sus comunicaciones, con la instalación de redes de cajas
negras para el rastreo de ordenadores, balizas en automóviles o entradas en
domicilios sin permiso judicial alguno.
Hay quien se
inquieta con razón del uso que la extrema derecha
podría hacer de una ley como esta, en caso de llegar al poder.
Por eso los
demócratas tienen que mantenerse en alerta frente a posibles abusos y no
confundirse a la hora de votar. Pero sería peor dejar que los servicios
secretos actúen sin encuadramiento legal alguno; y, no digamos, hacerse la
ilusión de que los terroristas son menos peligrosos de lo que parecen.
Aceptar la generalización del miedo es más
negativo que tomar decisiones encaminadas a mejorar la seguridad, incluso con
riesgos.
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