EEUU
se prepara para un proteccionismo comercial disfrazado: las devaluaciones de países amigos
(como del yen japonés o el Won coreano), las estigmatizara como subsidios y le
aplicara fuertes aranceles. Lo más sensato para los demás países que no son
EEUU es enterrar el TPP.
Nota del autor de blog: El país afectado
se quejara a la OMC y esta la derivara al FMI, y el FMI consultara a su creador
EEUU que tiene poder de veto en la institución.
¿Cuánto
debería valer una moneda? Realmente, nadie lo sabe
http://lat.wsj.com/articles/SB11038535837373284215604580649452490946506?tesla=y
A medida que
avanza el Acuerdo Transpacífico (TPP),
legisladores estadounidenses se enredan en un cálculo que ni el FMI ni la OMC han sido capaces de resolver.
Por
IAN
TALLEY
martes, 19 de mayo de 2015 0:09 EDT
Carlos
Barria/Reuters
Una
legislación que busca combatir la manipulación del valor de las monedas podría
definir la suerte del Acuerdo Estratégico
Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés)
que impulsa el presidente Barack Obama. Sin
embargo, determinar quién es culpable de incurrir en transgresiones cambiarias
está lejos de ser algo sencillo.
Legisladores,
empresas y sindicatos estadounidenses quieren usar la
legislación comercial pendiente para contraatacar a los países que ellos
consideran que subsidian a sus industrias mediante la
devaluación del tipo de cambio, pero están estancados en un largo debate
que por décadas ha tenido a mal traer al Fondo
Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio y otras
instituciones líderes.
Calcular
correctamente el valor de una moneda seguirá siendo complicado, más allá de la
firma de cualquier acuerdo, y representará un obstáculo para cualquier intento
de resolver conflictos cambiarios mediante el arbitraje o la diplomacia.
Algunos
legisladores estadounidenses, respondiendo a las quejas de larga data de sus
electores, están presionando para que el TPP —un
acuerdo de libre comercio entre 12 naciones que representan 40% de la economía mundial— incluya estipulaciones
ejecutables en materia de divisas. A legisladores de estados fuertemente
industriales como Michigan, Ohio y Nueva York
les preocupa que los actuales miembros del TPP y posibles futuros socios como Corea del Sur y China puedan compensar los beneficios
que EE.UU. llegue a obtener del pacto a través de la depreciación de sus
monedas.
Una moneda
más débil reduce drásticamente los costos de producción e impulsa las
exportaciones a expensas de los competidores en el extranjero.
Algunos economistas y empresas dicen que
durante la última década, por ejemplo, la política de tipo de cambio administrado
de China costó millones de puestos de trabajo estadounidenses porque Beijing
subsidiaba a sus exportadores manteniendo el valor del yuan
hasta 40% por debajo de lo que sugerían los fundamentos del mercado.
“La manipulación de
divisas es la madre de todas las barreras comerciales”, dice Stephen
Biegun, vicepresidente de asuntos gubernamentales internacionales de
Ford Motor Co. F +0.65% Al igual que
otros fabricantes de automóviles de Estados Unidos, Ford está respaldando
propuestas legislativas que castigan a los países que deprecian sus monedas
para obtener una ventaja competitiva. La compañía está especialmente preocupada
por Japón, uno de los mercados de autos más
grandes del mundo y miembro del TPP.
“Podemos competir con
cualquier fabricante de automóviles del mundo, pero no podemos competir contra
el Banco de Japón”, afirma Biegun, refiriéndose al papel del banco central de ese país para
mantener un bajo valor del yen durante anteriores gobiernos.
Pero aun si
estas propuestas se convierten en ley, la complejidad técnica de calcular el
valor justo de una moneda probablemente frustrará cualquier intento de
sancionar a socios comerciales desleales.
Christopher
Padilla, ex subsecretario de comercio internacional del Departamento de Comercio de EE.UU.,
dice que calcular el valor apropiado de una divisa es casi imposible y que
puede crear insuperables problemas operativos.
“Pregunte a 10
economistas diferentes cuál es el valor de mercado ‘objetivo’ de una moneda y
obtendrá 10 respuestas diferentes, todas bien argumentadas y respaldadas por
análisis econométrico, pero todas diferentes”, escribió hace poco Padilla, quien
actualmente se desempeña como vicepresidente de gobierno y asuntos regulatorios
de IBM. IBM -0.12%
Los
legisladores republicanos que apoyan el TPP se han aferrado a ese argumento
para defenderse de los demócratas en el Congreso. “Pensar que el Congreso puede legislar cuál
debe ser la valuación de divisas entre países es casi risible”, dijo
la semana pasada el presidente de la Cámara de
Representantes, John Boehner (republicano de Ohio), quien agregó que los
legisladores han estado debatiendo esa cuestión durante décadas.
El FMI, que
actúa como un asesor independiente de los gobiernos en políticas cambiarias,
fue concebido para pasar por alto estos debates políticos. Fundado luego de la
Segunda Guerra Mundial, su objetivo fue contribuir a evitar otro conflicto
internacional mediante la promoción de regímenes monetarios estables.
Las reglas
del FMI prohíben a sus 188 países
miembros manipular sus tipos de cambio para obtener una ventaja competitiva.
No obstante, la organización nunca ha declarado oficialmente a un país en
violación de esa prohibición y su departamento legal dice que esa disposición
es “relativamente compleja (…) y no todos sus términos son fáciles de entender
o de aplicar”.
El nuevo
debate sobre este tema plantea un problema circular: las principales propuestas
de los legisladores estadounidenses se basan en las determinaciones del FMI. El
proyecto de ley patrocinado por el senador Charles
Schumer (demócrata de Nueva York) permitiría a EE.UU. tratar la
subvaluación de la moneda de otro país como un subsidio, lo que a su vez le
daría derecho a
aplicar aranceles sobre las importaciones procedentes de ese país en represalia.
Si ese país
objetara la sanción —lo que probablemente ocurrirá—, la disputa sería arbitrada por la OMC, que en materia de tipos de
cambio se apoya a su vez en el asesoramiento del FMI.
Los cálculos
del FMI, sin embargo, distan de ser precisos.
En los
últimos años, el organismo internacional ha estado tratando de desarrollar
nuevas formas de medir el valor de las monedas que los países miembros y sus
economistas pudieran ponerse de acuerdo para indicar qué tan subvaluados o
sobrevaluados están los tipos de cambio. Estos esfuerzos dieron lugar a una
serie de posibles valuaciones de las principales divisas, basadas en varias
metodologías. El resultado ha sido una amplia gama de valuaciones, que en
algunos casos se contradicen entre sí.
En un
informe del año pasado sobre las principales economías, el FMI estimó que en
2013 el yen estuvo entre 15% sobrevaluado y 15% subvaluado. Ante la ofensiva de
automotrices y legisladores estadounidenses que tratan de contrarrestar los
supuestos daños provocados por las políticas cambiarias de Japón, Tokio podría
defenderse esgrimiendo los datos del FMI que muestran que el yen, por el
contrario, ha estado sobrevaluado. El FMI puede así tener dos posturas respecto
del yen y otras divisas.
Los datos
también podrían plantear interrogantes acerca de por qué los fabricantes de
automóviles de EE.UU. han tenido problemas para competir con Toyota y otras
automotrices japonesas, incluso después de que estas empresas abrieron plantas
en EE.UU., en parte para anular cuestiones de tipo de cambio y sanciones
comerciales.
Los
problemas de doble estimación del FMI van más allá de Japón.
El mismo
informe estima que el won de Corea del Sur tenía
una subvaluación de entre 5% y 20%, el dólar de Hong Kong estaba entre 10% subvaluado y 10% sobrevaluado, y el dólar entre 5% subvaluado y 10% sobrevaluado. El
próximo informe del FMI, que será dado a conocer en las próximas semanas,
probablemente mostrará cambios importantes en los datos de 2014.
El FMI
también está en desacuerdo con EE.UU. sobre la moneda china. El organismo dice
que después de casi una década de apreciación, el yuan se está acercando a su
punto de equilibrio, y funcionarios del Tesoro estadounidense sostienen que
todavía está considerablemente subvaluado.
La semana
pasada, los economistas del FMI volvieron a
indicar que el won surcoreano podría estar subvaluado,
pero al mismo tiempo la junta ejecutiva del organismo relativizó esa afirmación
al decir que “deficiencias metodológicas amplifican la incertidumbre en torno a
dicha evaluación.”
Gary
Hufbauer, académico sénior del Instituto Peterson de Economía Internacional y ex funcionario comercial de
EE.UU., apunta que la aprobación de estipulaciones cambiarias del Congreso
podría allanar el camino para que China y otros países
denuncien a EE.UU. ante la OMC. Es difícil predecir qué decidiría la
OMC, y “China podría montar un caso fuerte”, dice.
La Casa
Blanca, que busca que sus socios comerciales en el Pacífico lleguen a un
acuerdo, necesita los votos de un grupo de legisladores que están presionando
por una legislación sobre las divisas. Por ello, Washington apoya un otro
proyecto de ley, impulsado por el senador Michael
Bennet (demócrata de Colorado), que pretende reforzar la supervisión
estadounidense de los tipos de cambio de sus socios comerciales.
Este
proyecto implicaría sanciones mucho más suaves a los infractores y, en
consonancia con la larga historia de la diversidad de interpretaciones sobre el
valor de la moneda, daría a la Casa Blanca una amplia libertad para evaluar las
políticas cambiarias de los países y las sanciones correspondientes.
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