Mapa
del ‘Califato’ global : Yemen, Siria, Iraq, Argelia“Yund Al Jilafa” (los
“Soldados del Califato”); Nigeria Boko Haram , el Sinaí de Egipto, repúblicas exsoviéticas de Asia Central, Irán, Pakistán, Afganistán, la
Cachemira india y la región china de Xinjiang, Movimiento Islámico de
Uzbekistán, y yihadistas suníes de la región de Baluchistán en Pakistan.; Abu
Sayyaf en la isla filipina de Mindanao; Malasia e Indonesia; los Suníes Libres
de la Brigada de Baalbek, en Líbano, o la célula local del ISIS en Arabia Saudí, Estado Islámico de Gaza; Hijos de la
Llamada al Monoteísmo y la Yihad, una organización creada el pasado verano en
Jordania; islamistas en Chechenia y Daguestán el emirato del Cáucaso;
El
ISIS avanza: mapa del ‘Califato’ global
http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-05-19/el-isis-avanza-el-mapa-del-califato-global_811413/
A pesar de las previsiones relativamente optimistas del Pentágono, el
ISIS no deja de expandirse. Ha sufrido reveses en Irak y Siria, pero la caída
de Ramadi deja claro que está aún lejos de la derrota
DANIEL
IRIARTE.
ESTAMBUL
19.05.2015 – 05:00 H.
Nota del autor del Blog el mapa d e la dirección web del confidencial no lo pude copiar este otro es solo referencial
Un
tono marrón suave lo domina todo: el cielo, la arena, y los turbantes que cubren los rostros
de los militantes, que visten uniformes
de camuflaje para la guerra en el desierto.
“Hemos
venido a Yemen, con hombres sedientos de sangre para vengar a los suníes y
recuperar la tierra que otros han ocupado”, dice el que a todas luces es el
jefe, que no duda en pedir a “todos los suníes de Yemen” que se
unan al Estado Islámico para “cortar las gargantas” de
los chiíes hutis.
Detrás, una veintena de combatientes
forman pertrechados con ametralladoras y lanzacohetes RPG.
Las imágenes
pertenecen al video con el que, a finales de abril, el ISIS anunció la creación
de su “provincia
de Yemen”, complicando aún más la situación en el inestable país
arábigo.
En realidad, la rama yemení del Estado
Islámico llevaba meses operando, desde que a principios
de febrero varios miembros de Al Qaida en la Península Arábiga anunciasen su
decisión de romper con la organización creada por Osama bin Laden y jurar
lealtad a Abu Bakr Al Bagdadi, el líder del ISIS.
Mes y medio después, este grupo se atribuyó la
autoría del doble atentado contra dos mezquitas chiíes en Sanaa, la capital
yemení, en los que murieron 137 personas.
Imagen del vídeo con el que el ISIS
anunció la creación de su provincia en Yemen.
A pesar de
las previsiones relativamente optimistas del Pentágono (que hace dos semanas aseguró haber destruido más de 6.000 objetivos desde
el inicio de los bombardeos de la coalición el pasado verano), el Estado Islámico no
deja de expandirse: si bien en los últimos meses la organización ha sufrido
importantes reveses en Irak y Siria –como la reconquista de Tikrit por el Ejército iraquí y las milicias chiíes o
la pérdida de amplias franjas de territorio sirio a manos de su archirrival, el Frente Al Nusra–, la caída de Ramadi,
este domingo, deja claro que el ISIS está aún lejos de la derrota.
Según
algunos testigos, tras la toma de Ramadi, los militantes han ejecutado a medio
millar de personas, y han provocado un éxodo masivo de desplazados.
“Aún no
tenemos un recuento exacto. Estimamos que 500 personas han sido asesinadas,
tanto civiles como militares, y que aproximadamente 8.000 han abandonado la
ciudad”,
explicó ayer
Muhannad Haimour, portavoz del Gobierno
regional. A estos hay que sumar los al menos 114.000
refugiados que huyeron de la violencia en Ramadi y las localidades
vecinas durante el mes de abril.
Pero además,
en los últimos meses el Estado Islámico ha proclamado la integración de nuevas
regiones en el Califato, de las que el “Wilayat Sanaa” (la
“provincia de Sanaa”) no es sino el último ejemplo. Otras “provincias” son Libia, Argelia, el Sinaí en Egipto,
y, la más ambiciosa,
el llamado Jorasán, una enorme área que incluye todas las repúblicas
exsoviéticas de Asia Central, Irán, Pakistán,
Afganistán, la Cachemira india y la región china de Xinjiang,
habitada por musulmanes de la etnia uigur.
Así, la
organización no sólo lucha por mantener y administrar los territorios
conquistados en Siria e Irak, sino también por ampliar sus fronteras.
Una estrategia que el propio ISIS, en
su revista oficial Dabiq, ha bautizado como “Permanecer y Expandirse”.
La
estrategia de los tres círculos
“El ISIS está
enmarcando su estrategia en tres círculos geográficos:
el círculo interior en
Irak y Siria,
el extranjero cercano
en Oriente Medio y África del Norte,
y el extranjero lejano
en Europa, Asia y los EEUU”, explica Jessica Lewis McFate,
analista del Instituto para el Estudio de la Guerra de Washington.
“El marco
estratégico del ISIS se corresponde con una campaña de tres objetivos: defenderse dentro de
Siria e Irak, expandir las operaciones a
nivel regional, y perturbar y reclutar en una escala global”, afirma McFate, autora de un informe publicado el pasado lunes
sobre la capacidad de adaptación del Estado Islámico.
La mayoría
de las “provincias” del Califato tienen algo en común: se trata de ampliar
zonas geográficas, a menudo desérticas y muy difíciles de controlar por las
autoridades centrales de los países afectados.
En el caso de Argelia, ha sido suficiente con que los
militantes locales decidieran rebautizarse como “Yund
Al Jilafa” (los “Soldados del Califato”) y juraran lealtad a Al Bagdadi
para que el territorio bajo su dominio pasase a ser considerado parte del
proyecto del Estado Islámico, a pesar de lo cual los argelinos han permanecido
más o menos inactivos durante el último año.
Milicianos kurdos observan una fosa
común con restos de yazidíes asesinados por el ISIS en Sinjar (Reuters).
El ejemplo
contrario es la
provincia del Jorasán, la que más preocupa a los analistas hoy día,
por su potencial de desestabilización: a esta rama del Estado Islámico se
habrían unido diversas facciones de los talibanes afganos y paquistaníes, así como el
llamado
Movimiento
Islámico de Uzbekistán, y
yihadistas suníes de la región de Baluchistán,
en Irán.
Nota del autor del blog: Baluchistán
está en Pakistán no en Irán.
El pasado 13 de mayo, este grupo reivindicó el
sangriento atentado contra un autobús de chiíes en la ciudad paquistaní de Karachi. “Gracias a Alá, 43 apóstatas resultaron
muertos y unos 30 fueron heridos en un ataque llevado a cabo por soldados del
Estado Islámico en un autobús que transportaba infieles chiíes ismailíes en la
ciudad de Karachi”, proclamó la organización en Twitter. También se
encontraron varios panfletos del ISIS en el lugar de los hechos.
Del mismo
modo, desde que Abubakar Shekau, líder de Boko
Haram, hiciese pública su proclamación de lealtad al Estado Islámico a
principios de marzo, los medios de comunicación del grupo han comenzado a
referirse a Nigeria
como “Wilayat Gharb Ifriqiya”, o “Provincia de África Occidental”.
En otras zonas, en cambio, el control del territorio por parte de los
militantes es insuficiente como para que se les pueda considerar, todavía,
parte del Califato. El ejemplo más conocido es el de Abu
Sayyaf en la isla filipina de Mindanao, pero también existen otros
núcleos en Malasia e Indonesia, así como en
varios países de Oriente Medio, como los Suníes Libres
de la Brigada de Baalbek, en Líbano, o la célula local del ISIS en Arabia Saudí.
“El ISIS sigue siendo
un rival formidable”
También el Estado Islámico
de Gaza, un minúsculo grupo creado con el apoyo del “Wilayat Sinaí”, ha recibido cierto apoyo
entre la población palestina, pero hasta ahora ha sido incapaz de convertirse
en un rival efectivo para Hamás, omnipresente en la Franja.
Al igual que los Hijos
de la Llamada al Monoteísmo y la Yihad, una organización creada el pasado
verano en Jordania, pero que tampoco ha podido pasar a la acción debido
al férreo marcaje que ejercen las autoridades del reino hachemí. Más
inquietante es el panorama en la región caucásica, donde muchas brigadas islamistas en Chechenia y Daguestán, consideradas
parte del llamado “Emirato del Cáucaso”, se han
pasado en bloque a las filas del ISIS.
Pero es el “tercer círculo” al que se refiere McFate, la
capacidad de “perturbar
y reclutar globalmente”, el que más preocupa a los servicios de
inteligencia occidentales. A pesar de la creciente presión contra el Estado
Islámico en su territorio, la organización ha demostrado su capacidad de
agresión en otros escenarios más inesperados, como prueba el atentado contra el
museo de El Bardo, en Túnez, o, más recientemente, contra el certamen de
caricaturas sobre Mahoma, en Texas.
Un agente de
policía ante un autobús utilizado para evacuar civiles tras el ataque en
Garland, Texas (Reuters).
“La estructura del ISIS
la hace diferente de otras insurgencias y redes terroristas. Si el ISIS pierde
el control de sus ciudades y poblaciones, fracasará en su objetivo político
central de establecer su propia soberanía como Califato. La organización ha
entrado en una fase defensiva para preservar sus conquistas, una medida de
fuerza más que de debilidad, dado que el ISIS controla ciudades que deberían
estar bajo el control de los estados iraquí y sirio”, asegura McFate.
“Esta defensa
probablemente incorporará todo el abanico de sus fortalezas ofensivas,
incluyendo tácticas de guerrilla y terrorismo, así como la expansión a zonas
donde pueda establecer una mayor profundidad”, afirma.
Las
capacidades del Estado Islámico, de hecho, son cada vez más aparentes para los
estudiosos del fenómeno. A pesar de que, según el CENTCOM
(el Mando Central del ejército estadounidense, que supervisa la zona de Oriente
Medio), los ataques de la coalición han matado a más de 6.000
combatientes del ISIS desde agosto, el director de la CIA,
John Brennan, advirtió recientemente de que la ofensiva contra esta
organización “será una larga lucha”. Aún más
contundente se mostró el embajador Brett McGurk, enviado presidencial
especial para la coalición contra el Estado Islámico, hace dos semanas: “El
Daesh [el acrónimo despectivo del ISIS en árabe] sigue siendo un rival
adaptativo y formidable. Esta es una campaña a largo plazo que va a llevar
años, no meses”. Especialmente si, como hasta ahora, el grupo continúa creando
nuevos frentes en esta guerra.
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