Los estados productores de autos en EE.UU. rechazan el acuerdo comercial que propone Obama pues Japon les venderia autos mas baratos y mas eficientes.
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Por WILLIAM MAULDIN
jueves, 21 de mayo de 2015 14:34 EDT
El acuerdo comercial del Pacífico del presidente estadounidense Barack Obama está causando alarma no solo en Michigan y los estados contiguos dominados por las tres grandes automotrices de Detroit, sino también más al sur, donde los promotores de los fabricantes de autos japoneses se preocupan sobre el futuro de las plantas existentes y futuras en esa región.
La propuesta del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), entre Estados Unidos y 11 otros países incluyendo México, Chile y Perú, reduciría los aranceles sobre autos importados desde Japón como parte de un convenio mucho más amplio para reducir las barreras comerciales y atenerse a una serie de reglas comerciales compartidas. Asimismo, EE.UU. podría reducir o eliminar sus aranceles sobre importaciones de autos, camiones y autopartes en 10 años o menos.
Aunque la mayoría de las industrias probablemente no verán una gran diferencia bajo el TPP, el sector automotor percibiría un impacto tangible. En la industria del transporte, encabezada por los autos, el TPP podría impulsar las importaciones de EE.UU. en unos US$30.800 millones adicionales para 2025, comparado con alzas en las exportaciones de US$7.800 millones, según un estudio co-redactado por Peter Petri, profesor de finanzas internacionales en la Universidad de Brandeis.
Un técnico trabaja en un Toyota Corolla en la planta de la automotriz japonesa en Blue Springs, Missouri. Rogelio V. Solis/Associated Press
“Los recortes en los aranceles ayudarían a Japón, pero 10 años o más es un período largo en una industria dinámica”, afirmó Petri. Los fabricantes de autos “están mirando más allá del TPP, a la dura competencia global a la vuelta de la esquina” en China y otros países asiáticos.
Decepcionados porque Japón se unió a las negociaciones del Pacífico, la industria automotriz con sede en Detroit está presionando para obtener lo más posible con el acuerdo, incluso si eso significa que la iniciativa fracase en el Congreso de EE.UU. Con el descenso en las ganancias que está causando el alza del dólar, Ford Motor Co. F -1.55% está presionando a aliados en el Congreso para incluir reglas para suprimir la potencial manipulación monetaria en Japón.
Al mismo tiempo, sindicatos y legisladores, cautelosos de reducir las barreras comerciales, advierten que el TPP podría reducir el atractivo de tener operaciones en EE.UU. para los fabricantes japoneses, que actualmente evitan un arancel pequeño pero significativo sobre autos producidos y vendidos en EE.UU.
“Si eliminas los aranceles de 2,5% sobre automóviles importados, eso podría reducir el deseo de un país extranjero de invertir y construir una planta en Estados Unidos”, anotó Jeff Sessions, senador republicano de Alabama, en una entrevista la semana pasada. “Cuando deciden construir una planta en el estado, consideran muchas cosas”.
Debido a las inversiones extranjeras en autos en su estado y otros factores, Sessions dice que podría sumarse a un pequeño grupo de republicanos que se prevé voten en contra de la legislación comercial de “vía rápida”, una medida que permitiría presentar el acuerdo transpacífico en el Congreso para una votación por sí o no sin enmiendas.
La Casa Blanca busca conseguir que se apruebe esta ley para concluir las negociaciones del TPP y asegurar un voto a tiempo sobre el acuerdo.
Obama dejó de lado las críticas de Detroit y otros defensores de las automotrices al prometer en una entrevista el mes pasado con The Wall Street Journal “demostrar que es un buen acuerdo para ellos”. En efecto, EE.UU. está buscando reducir las barreras regulatorias, entre otras, que enfrenta Detroit en el mercado de autos japonés como parte del amplio pacto comercial.
Pero aunque los opositores en Detroit le darían la bienvenida a un mayor acceso a Japón y otros mercados de Asia-Pacífico, temen que la manipulación monetaria pudiera socavar los beneficios. Ford y otros productores de Detroit quieren que el Congreso implemente reglas para impedir la manipulación de divisas, respaldadas por la amenaza de sanciones comerciales.
Sander Levin, representante demócrata de Michigan y uno de los principales críticos de la política comercial de Obama, está pidiendo que el arancel sea reducido en 25 años y eliminado a lo largo de 30 años si Detroit no logra afianzarse en el mercado de autos japonés. Muchos observadores dicen que el acuerdo podría eliminar los gravámenes en 10 años, y que las disminuciones de los aranceles sobre autopartes podrían ocurrir antes. El recorte del principal gravamen sobre autos podría ahorrarles a los productores japoneses US$1.000 millones al año.
Petri, el experto comercial de Brandeis, dijo que las importaciones de autos de EE.UU. serían menores en ese período si la reducción del arancel es postergada.
Pero Levin —y muchos otros legisladores— está respaldando versiones fuertes de reglas monetarias a las que se oponen el gobierno de Obama y otros socios comerciales.
“La calle de sentido único de Japón en la industria automotriz le ha costado empleos a EE.UU. durante décadas”, indicó Levin. “Cualquier reducción en el arancel de EE.UU. sobre autos y camiones japoneses debe estar efectivamente ligada a la apertura de sus mercados que durante mucho tiempo han estado cerrados”.
Muchos promotores de un comercio más libre —incluyendo las gigantescas automotrices japonesas que producen muchos autos en América del Norte— desestiman las preocupaciones de Detroit y de políticos en la región como proteccionismo anticuado. El recorte de los gravámenes sobre los autos podría beneficiar a los consumidores mediante menores precios de venta, señalan.
“Ya que este es un acuerdo de libre comercio, respaldamos que todos los aranceles en el TPP —autos, partes y camiones— bajen a cero lo antes posible”, apuntó Ron Bookbinder, director en EE.UU. de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón.
Los acuerdos comerciales también pueden atraer mayor inversión de empresas que quieren vender al bloque comercial más amplio. “En nuestra experiencia, las empresas de autos invierten en Tennessee y otros sitios del país debido a nuestro vibrante mercado y hábil fuerza laboral, y la reducción de barreras comerciales llevaría a un aumento de fabricantes de autos en EE.UU.”, apuntó Bob Corker, senador republicano de Tennessee.
Observadores dicen que los fabricantes de autos de Japón han invertido mucho en EE.UU. y es improbable que se vayan en reacción al TPP.
“Hay enormes costos fijos de inversión y las firmas no pueden simplemente levantar campamento y trasladarse con cada fluctuación de los tipos de cambio o reformas de aranceles”, aseveró Douglas Irwin, experto comercial y profesor de economía de Dartmouth College.
Estas declaraciones podrían no ser suficientes para convencer a los sindicatos y sus legisladores demócratas aliados, inquietos sobre el efecto del TPP sobre los productores japoneses en EE.UU.
“El motivo por el que vinieron aquí es porque tenían que hacerlo”, expresó Glenn Johnson, jefe del sindicato local 1112 de United Auto Workers, que opera la planta de General Motors Co. GM +0.34% en Lordstown, Ohio. Los miembros de UAW operan plantas que proveen a los productores asiáticos. “No sabemos cuáles podrían ser los efectos indirectos” si se eliminan los aranceles estadounidenses, dijo.
Nota del autor del blog: y ¿que dirán los empleados d e las automotrices contra la robotizaciòn y automatización ?
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