Una
pequeña empresa en Iowa desarrolla terapias para el cáncer y el ébola
http://lat.wsj.com/articles/SB10491736426071004702204580611013016586700?tesla=y
Por PETER LOFTUS
lunes,
1 de junio de 2015 0:06
EDT
NewLink ha
reclutado científicos de todo el mundo para trabajar en sus laboratorios. Steve
Pope for The Wall Street Journal
AMES,
Iowa, EE.UU.—Este estado
en la región central de Estados Unidos es líder en criaderos de cerdos y
cultivos de maíz, no en medicamentos biotecnológicos.
Sin embargo,
una pequeña empresa está atrayendo las miradas por su investigación de
vanguardia sobre el ébola y el cáncer, a pesar de encontrarse alejada de los
centros tradicionales de la industria farmacológica.
NewLink
Genetics Corp. NLNK +0.61% ha reclutado
a científicos de todo el mundo para trabajar en laboratorios ubicados entre la
Universidad Estatal de Iowa y campos de cultivo. El mayor accionista de la
empresa es una gran compañía de soya, que es propiedad del mayor
multimillonario del estado.
NewLink se
destaca en momentos en que la industria farmacéutica se concentra cada vez más
en centros como Boston y San Francisco. El éxito
de la empresa hasta ahora, incluyendo la firma el año pasado de lucrativas
alianzas de investigación con Roche Holding AG
ROG.VX +2.83% y Merck
MRK +1.99% & Co. (conocida en
América Latina como Merck Sharp & Dohme
Corp.), sugiere que la investigación y el desarrollo de fármacos aún puede
prosperar fuera de estos centros urbanos.
“El Medio
Oeste (la región centro norte de EE.UU.) ha generado muchas grandes empresas
innovadoras”, afirma el cofundador y presidente
ejecutivo de NewLink, Charles Link, señalando los fabricantes de
dispositivos médicos de Minnesota y la farmacéutica Eli Lilly LLY +3.26% & Co., de Indianápolis. “Creo que algunas
veces mis amigos y colegas de las costas subestiman el potencial del Medio
Oeste”.
Pero a
medida que crece, NewLink podría enfrentar una encrucijada: ¿puede la empresa
mantener sus raíces en esta región estadounidense y al mismo tiempo atraer
empleados capacitados, o con el tiempo tendrá que realizar un cambio? La
empresa de 130 empleados ya está invirtiendo en sedes lejanas a su operación
central.
El año
pasado, la empresa alquiló espacio en Austin, Texas, debido a que la ciudad
tiene mejores conexiones de vuelo y es más atractiva para los trabajadores de
ventas. NewLink también abrió una oficina satélite
cerca de Boston para investigación del ébola. Link reconoce que la sede
de Ames podría no ser atractiva para todos los candidatos a empleos y dice que
las nuevas ubicaciones podrían servir como alternativas para nuevos empleados
si la firma sigue creciendo.
“Desarrollar
una empresa biotecnológica en etapa inicial es algo verdaderamente difícil”,
anota Peter Barrett, socio de la firma de
capital de riesgo Atlas Ventures en Cambridge,
Massachusetts. “Intentar conseguir gente muy especializada para trabajar
en una zona remota podría ser muy difícil”.
Link,
un oncólogo de 55 años,
se mudó a Iowa en los años 90 con la idea de criar a sus hijos en la región. En 1999, fundó NewLink junto con un antiguo colega del
campus en Maryland del Instituto Nacional del Cáncer de
EE.UU. (NCI, por sus siglas en inglés), Nicholas
Vahanian.
NewLink
contrató a otros científicos del NCI y otros sitios de EE.UU., así como de
lugares tan lejanos como China y Rusia.
NewLink fue
y sigue siendo una de las pocas empresas biotecnológicas en Ames, aunque el buen programa veterinario de la Universidad Estatal de Iowa convierte
a la ciudad en un centro de investigación de animales. La ciudad cuenta con una
división de salud animal de la alemana Boehringer
Ingelheim y el Centro Nacional de Enfermedades de Animales del
Departamento de Agricultura de EE.UU.
Link recaudó
capital para NewLink de inversionistas que incluyen al multimillonario Harry Stine, cuya empresa Stine
Seed Farm Inc. posee alrededor de 25% de las acciones de NewLink.
Con sede en
Adel, a unos 80 kilómetros al suroeste de Ames, el imperio de semillas de Stine
fue forjado en parte con la venta de licencias de genética de semillas. El
empresario envió a científicos a Ames para que evaluaran NewLink y luego acordó
invertir porque quería apoyar los esfuerzos contra el cáncer, dice Link. La
revista Forbes estima que Stine tiene un patrimonio neto de más de US$3.000
millones. Un vocero de Stine Seed no quiso hacer comentarios sobre Ne
wLink.
El enfoque
de la empresa de biotecnología en uno de los campos más candentes del
tratamiento del cáncer —la inmunoterapia— ha
atraído el interés de una de las compañías de investigación y desarrollo más
respetadas del sector: Genentech, una división de Roche Holding.
En octubre, Genentech acordó pagar US$150 millones para
desarrollar en conjunto y potencialmente comercializar una inmunoterapia
experimental de NewLink en pruebas preliminares para tratar
el cáncer de seno y otros tumores. Genentech podría realizar pagos
adicionales de más de US$1.000 millones si los medicamentos de la colaboración
llegan al mercado.
Lo que
comenzó como un proyecto secundario en NewLink recibió más atención de grandes
farmacéuticas el año pasado: la investigación de
vacunas para el ébola. En 2010, NewLink obtuvo la licencia de una vacuna
experimental para el ébola de la Agencia de Salud
Pública de Canadá.
Cuando el
brote de dicha enfermedad empeoró el año pasado en África Occidental, NewLink
se puso en contacto con Merck para que le ayudara a colocar la vacuna en
viales. Esto llevó al acuerdo de Merck en Noviembre para pagar US$30 millones
por la licencia de la vacuna, una de dos que el gobierno de EE.UU. está
probando en un ensayo clínico a gran escala en África Occidental.
En
2011, NewLink salió a
bolsa. Los ingresos de los acuerdos con Merck y Genentech le ayudaron a generar
su primer ganancia el año pasado, aunque aún no tiene productos en el mercado.
Su principal medicamento en desarrollo es una inmunoterapia
para tratar el cáncer de páncreas que se encuentra en las últimas etapas
de pruebas. La empresa tiene valor de mercado de unos
US$1.400 millones.
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