Las
múltiples maldiciones de Grecia.
Nota
del autor del blog: (si es cierto todo esto no creo los alemanes den el tercer
rescate)
La
triple maldición de Grecia
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/07/18/actualidad/1437228616_898359.html
Tiene una cultura potente y una gente
extraordinaria, pero
es un Estado casi fallido con una economía
atrasada y una ineficaz Administración
XAVIER
VIDAL-FOLCH
18
JUL 2015 –
22:43 CEST
Una cultura
potente y una gente extraordinaria que ha sufrido lo indecible, sí. Pero Grecia
es también esta triple maldición:
un
Estado casi fallido,
una
economía atrasada y
una
ineficaz Administración.
Un
Estado que carece —como
antes del primer rescate, y en parte, aún ahora— de un
aparato estadístico fiable; de un catastro
y de un Registro de la propiedad pública y privada (hay 258 registros locales operados manualmente); y cuya Inspección
de Hacienda se somete a los cuñados del ministro de turno y siestea ex profeso
en época preelectoral, es premoderno.
La fractura
fiscal es la clave, porque sin ingresos presupuestarios no hay Estado.
La deuda de
los contribuyentes con Hacienda ascendía a 38.700
millones de euros en 2010;
casi los duplicaba
tres años después;
los
sobornos a los inspectores se tarifaban al 8%;
la evasión fiscal
acumulada en Suiza podría ascender a 600.000 millones, el triple del PIB;
la
trampa de pagar el gasoil
de calefacción como de transporte (subvencionado) cuesta 500 millones al año… “Todo
el mundo evade”, concluye Yannis Palaiologos
(The 13th labour of Hercules, Portobello, Londres, 2014).
Y aun así, Grecia recauda en proporción más que España (el 43,8% el PIB,
frente al 37,8% a final de 2014). Ergo, las clases medias bajas y populares que tributan (las únicas:
ningún naviero, ni armador, ni rico de verdad apoquina), están aún más exangües que aquí.
Una economía
en que los trabajadores curran más que todos los
europeos, 2042 horas/año (por 1689 en España), 671
horas más que los alemanes, pero cuya competitividad (precio/producto)
es la mitad (por razones organizativas y tecnológicas más que humanas) es una economía atrasada.
En ella, la Iglesia ortodoxa es el gran terrateniente,
seguramente el primero, los popes son funcionarios
públicos (cobran del erario) y antes de Yorgos Papandreu nadie intentó
hacerles pagar impuestos.
Y
la milicia se lleva casi tres puntos del PIB, un punto más que la media de la
OTAN.
La
Administración sigue siendo en buena medida lenta y clientelar, para nada
meritocrática.
Dirigida por
élites hábiles en explotar sus rentas de situación: la
burocracia (gasto en funcionariado) se duplicó en el primer decenio del siglo,
no en vano un empleado público medio cobra tres veces más que un asalariado
privado.
La escuela pública emplea cuatro veces más maestros por alumno
que la líder europea, la finlandesa, pero es farolillo rojo.
La sociedad
sigue fragmentada en corporaciones con privilegios que se defienden por
coartadas cruzadas.
Las
pensiones de jubilación en lenta transformación se organizaban en un centenar de subsistemas, cada
cual con sus ventajas sobre el básico: periodistas,
funcionarios del Banco de Grecia, de la telefónica OTE, de la compañía
eléctrica… así es arduo orquestar (y financiar) un sistema universal.
Y más si las
profesiones de locutor de radio,
camarero, peluquero y músico son consideradas “penosas”, acreedoras del derecho
a pensión desde los 52/55 años.
En Grecia se
han cometido innumerables animaladas, ajenas y
propias. Un país capaz de resistirlas y no morir en el intento es sin duda un
gran país.
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