La
bolsa de de Shanghai se desploma hoy en 8,5%
a pesar de la descomunal ayuda del estado lo cual siembra más dudas sobre la fortaleza económica China, ademas le siguen el desplome de las otras bolsas asiáticas.
Como China
compra de Perú casi todos los minerales eso significa menos ingresos por parte de Perú y menos
reparto de limosnas a los pobres que eso son los programas de ayudas sociales y luego más acoso de los recaudadores de impuestos
.
Recuerde que la próxima crisis financiera
mundial no será culpa de occidente sino
de China.
Pekín
insiste en que las medidas de apoyo a la Bolsa siguen vigentes
http://economia.elpais.com/economia/2015/07/27/actualidad/1437987887_294910.html
El
supervisor bursátil reacciona tras el batacazo del índice de Shanghái, que
pierde el 8,5%
La debilidad china lleva las materias
primas a precios mínimos de 13 años
XAVIER
FONTDEGLÒRIA
Pekín
27 JUL 2015 - 21:44
CEST100
Un inversor
revista una pantalla con información bursátil en Pekín / WU HONG (EFE)
Tras el
desplome de la Bolsa de Shanghái, que encajó este lunes su mayor retroceso
desde 2007, la Comisión Reguladora del Mercado de
Valores de China (CRMV) ha salido al paso de las dudas sobre la
continuidad de las medidas de apoyo que diseñó Pekín para sostener las
cotizaciones. En la noche del lunes, a pocas horas del arranque de una nueva
sesión, la CRMV aseguró que las instituciones financieras controladas por el
Estado continuarán con la compra de acciones con el fin de intentar estabilizar
las Bolsas chinas.
Evolución de las
Bolsas de Shangái, Hong Kong y Shenzhen
El portavoz
de la CRMV, Zhang Xiaojun, señaló en
declaraciones a la agencia oficial china Xinhua
que la CSF, entidad estatal para dar crédito a los corredores de bolsa,
continuará financiando estas
adquisiciones.
Las medidas
de Pekín habían mantenido en calma a las volátiles Bolsas chinas en las dos
últimas semanas, tras su peor descalabro de las últimas décadas. Pero los
principales parqués del país volvieron a cerrar este lunes con fuertes
pérdidas: Shanghái se dejó un 8,5% —su mayor caída diaria en ocho años— y Shenzhen ha cedido un 7%.
Hong
Kong, un selectivo muy
influido por lo que sucede en los dos principales parqués del gigante asiático,
ha retrocedido un 3,09%.
La vuelta a
los números rojos vino acompañado de las dudas sobre si el amplio paquete de
medidas aprobadas por el Ejecutivo chino para sostener las Bolsas es suficiente
para controlar los impulsos de los millones de pequeños inversores que operan
en los parqués. Los analistas achacan el desplome a nuevos datos que apuntan a
una mayor ralentización de la economía china o a los temores ante la inminente
subida de los tipos de interés en Estados Unidos, pero la
lógica de los pequeños inversores chinos -que manejan hasta un 85% del volumen
de negocio- raramente está relacionada con fundamentos económicos, por
lo que su comportamiento es difícil de predecir y
explicar.
Los
indicadores económicos publicados durante el fin de semana apuntan a un bajón de la actividad del sector manufacturero del gigante
asiático y una ligera caída de los beneficios de las grandes compañías
industriales, pero los datos no afectaron de forma significativa a los
mercados durante la sesión matutina: hasta media sesión, Shanghái perdía solamente un 0,83%.
Los inversores empezaron a
vender de forma masiva sus títulos cuando quedaba una hora para el cierre y la
tendencia se acrecentó, hasta niveles desconocidos, en los últimos diez minutos de la jornada bursátil. Más de 1.500
acciones de las cerca de 2.200 que cotizan en ambos parqués quedaron
automáticamente suspendidas al caer por debajo del
umbral del 10%. Solamente 77 han cerrado con ganancias.
Las Bolsas
chinas sufrieron en junio su peor comportamiento en décadas. De noviembre a
junio, los mercados experimentaron una euforia alcista durante la cual los dos
principales índices del país llegaron a revalorizarse
casi un 150%. El mes pasado, los inversores entraron en una espiral de
ventas que provocó que los índices perdieran en menos de un mes un tercio de su
valor y se evaporaran 2,9 billones de euros en
capitalización bursátil, una cifra que supera el PIB del Reino Unido. La
mitad de las compañías que cotizaban en ambos parqués suspendieron la
negociación de los títulos para evitar que las pérdidas fueran a más.
El Gobierno
decidió entonces lanzar un programa de medidas sin
precedentes para sostener el mercado, entre las cuales
un
ingente programa de compra de acciones gracias a una línea de
crédito del banco central,
una
rebaja de los tipos de interés,
la
suspensión de nuevas salidas a Bolsa o la prohibición a los grandes accionistas
de las empresas cotizadas de vender sus títulos en los próximos seis meses. Hasta se inició una investigación
policial contra la "venta corta maliciosa", sin que por ahora se haya
informado de detenciones.
La
intervención gubernamental, que aún sigue en pie, calmó a los inversores, frenó
la sangría y logró que muchas de las empresas volvieran a cotizar. Desde
entonces y en solamente dos semanas, los parqués de
Shanghái y Shenzhen se revalorizaron un 15,5% y un 21% respectivamente
hasta la jornada de hoy. "El reciente rebote había sido rápido y fuerte,
lo que hace necesaria una corrección técnica", asegura Yang Hai, estratega
de Kaiyuan Securities, en declaraciones a la
agencia Reuters. La recogida de beneficios de muchos inversores que quisieron
recuperar parte de sus pérdidas del mes pasado puede también explicar la caída,
especialmente tras dos jornadas en que el índice de Shanghái superó el umbral
psicológico de los 4.000 puntos.
Otro de los miedos entre los
inversores es la retirada progresiva de la ayuda estatal en las Bolsas.
El FMI ha urgido recientemente a China a mejorar la
transparencia y a levantar las medidas de apoyo "por su preocupación sobre
la capacidad de los inversores para entrar o salir de los mercados financieros
cuándo y cómo lo deseen", según Bloomberg.
El regulador bursátil chino negó tajantemente esta posibilidad la semana pasada
ante la fuerte volatilidad que siguen experimentando los mercados, pero este
lunes se ha extendido el rumor de que algunos de valores, sobre todo las
grandes compañías, ya no estaban sujetos a la muleta gubernamental, vital para
sostener su cotización. Muchos de ellos han terminado
hundiéndose el 10%, el máximo permitido. Una sangría que el supervisor
bursátil trató de parar al reiterar horas después del cierre que las medidas de
apoyo siguen vigentes.
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