EEUU
entrena a un ejército de cruzados cristianos para combatir al Estado Islámico
Un
ejército de cruzados cristianos para combatir al Estado Islámico
http://www.elmundo.es/internacional/2015/07/06/55997113268e3e395f8b4577.html
Un estadounidense entrena a 400
soldados para forjar "la mejor infantería de Irak".
Financia su milicia con fondos de 20
países, sobre todo de cristianos de EEUU
. Matthew VanDyke, que entrena a soldados cristianos para enfrentarse al IS
en Irak. EL MUNDO
PABLO
PARDO Corresponsal
PHILADELPHIA Actualizado:06/07/2015 02:56 horas
Delgado,
alto, con barba, traje y chaleco negros, Matthew VanDyke parecería un poeta
romántico perfecto si no fuera por el pelo. En vez de una cabellera flamígera y
revuelta, lo tiene impecablemente engominado.
Pero VanDyke
ha hecho algo muy típico de los románticos: irse a pelear a una guerra lejos de
su país. Lord Byron se fue a Grecia, a ayudar a ese país en su Guerra de
Independencia. VanDyke es americano, así que hace las cosas a una escala más
grande. Su objetivo es organizar un ejército de cristianos en Irak para
combatir al Estado Islámico. Y luego, si todo va bien, en Libia. Y, después, en
Nigeria. También dice tener peticiones de Pakistán y de Filipinas.
En lo que va
de año, VanDyke ha entrenado a cerca de 400 cristianos
iraquíes para combatir al IS (Estado Islámico, según sus siglas en
inglés).
En
enero y febrero, formó a unos 330.
En
mayo, a otros 21. Todos
ellos son miembros de la Unidad de Protección de la Llanura de Nínive (NPU, en
inglés). A finales de este mes espera reanudar los entrenamientos con un plan
más intensivo que le permita crear «la mejor fuerza de infantería de Irak».
De los
entrenamientos se han encargado hasta la fecha cinco voluntarios y empleados.
Todos ellos son ex militares de Estados Unidos, entre ellos, según VanDyke,
tres tenientes coroneles y al menos un miembro de los Boinas Verdes, una unidad
de élite especializada, precisamente, en entrenar a fuerzas locales. Su
organización recibe cientos de ofrecimientos de voluntarios que quieren irse a
Irak, pero solo acepta a alrededor del 1%.
«Esa gente
está feliz de trabajar con los cristianos iraquíes, porque están muy motivados,
justo al contrario que los afganos con los que habían estado lidiando hasta
hace poco», explica VanDyke en Philadelphia. Está en esa ciudad esperando la
licencia del Departamento de Estado de EEUU para que su organización -SOLI, el
acrónimo en inglés de Hijos de la Libertad Internacional- vuelva a operar en
Irak en calidad de empresa privada de seguridad.
Operaciones
ofensivas
«Es la
primera vez que solicitamos la licencia. Antes no lo hicimos porque teníamos
prisa, ya que pensábamos que el Frente Norte de la guerra [donde opera NPU] se
iba a abrir este año», declara.
Pero entonces el IS tomó la ciudad de
Ramadi, cerca de Bagdad, y la ofensiva, que debería culminar con la reconquista
de la ciudad de Mosul ha quedado aplazada para 2016.
VanDyke
también quiere expandir sus actividades a otras milicias cristianas aparte de
NPU, sobre todo a grupos que sean capaces de lanzar operaciones ofensivas, algo
que no es fácil para estas organizaciones, que representan a una comunidad
minoritaria «y con una tradición de ser víctima y de depender de otros para su
seguridad».
SOLI es una compañía sin ánimo de lucro.
«Empecé con la idea de una ONG, pero me lo desaconsejaron por varios motivos.
Uno es que las otras ONGs nos atacarían con ferocidad. Otro, que los peshmerga
[los milicianos kurdos que controlan la zona en la que viven los cristianos de
Irak] nunca dejarían que una ONG entrenara a milicias.
Ése es el terreno de las empresas de
seguridad.
Incluso las
regulaciones del Departamento de Estado están hechas para empresas», explica.
Fracaso
de la comunidad internacional
Los fondos
de SOLI proceden de donativos de más de 20 países, aunque en su inmensa mayoría de la comunidad cristiana estadounidense.
El dinero se puede entregar de múltiples formas: desde por medio del sistema de
pagos online paypal, hasta cheques, transferencias o pago por tarjeta de
crédito. SOLI acepta incluso donativos en la moneda online
bitcoin.
VanDyke se
define como «cristiano», y declara que siente «afinidad por otros cristianos»,
pero niega que su religión esté detrás de SOLI. «La razón por la que me he
embarcado en esto es para tratar de encontrar una solución al problema del IS»,
declara. «He visto durante años el fracaso que ha protagonizado la comunidad
internacional en Siria y, por el contrario, fui testigo de cómo en Libia bastó
una intervención muy modesta de la OTAN para cambiar las cosas para mejor y
derrocar a Gadafi».
Pero también
hay un motivo personal, con nombres y apellidos: James Foley y Steven Sotloff,
dos periodistas decapitados por el IS hace casi un año y que, además,
compartieron cautiverio con el corresponsal de EL MUNDO Javier Espinosa, que
fue liberado por los terroristas en marzo de 2014.
«Yo era
amigo de James y de Steven. De hecho, estuve con ellos apenas dos semanas en
Siria antes de que los secuestraran, y hasta llegué a estar a punto de seguir
con ellos, con lo que me habrían capturado a mí también», recuerda. «Pero
pensaba que sus captores los habían asesinado hacía tiempo. Cuando me llamaron
por teléfono para decirme que los habían matado, comprendí que habían estado
vivos durante meses. Es extraño, pero fue una sensación abrumadora, de modo que
me puse a mover mis contactos en Irak, porque sentí que tenía que hacer algo.
Así es como nació SOLI».
Esta
aventura es, por ahora, la última de este treintañero de Baltimore al que en
2003 una nevada le impidió completar el proceso de selección para entrar como
becario en la CIA, y que, en 2007, ya graduado del Master
de Relaciones Internacionales de la Universidad de Georgetown
(especialidad, previsiblemente, Oriente Próximo), se embarcó en un viaje de
cuatro años en moto de Madrid hasta Afganistán.
Odisea
filmada
Acabó harto.
«Me veían como si fuera un cajero automático andante», recuerda. A medida que
fue avanzando hacia el Este, las cosas se hicieron más complicadas. En Irak «me arrestaron como 20 veces, y la policía me
pegó una paliza en Bagdad». En Afganistán no sólo le apalearon la policías,
sino, también, los civiles, en el valle del Panjshir. Su intento de hacerse
contrabandista de coches robados entre Marruecos,
Mauritania y Mali se acabó cuando el robaron a él el coche que trataba
de colar de extranjis.
Así que en
2010, cuando volvió a EEUU, VanDyke no quería saber nada más de Oriente
Próximo, el Norte de África o Asia Central.
Pero
entonces estalló la Primavera Árabe, y sus amigos motoristas de Libia se
unieron a la rebelión contra Gadafi. Y él se unió a ellos. Fue hecho prisionero
en la ciudad de Brera y pasó en la cárcel cinco meses, tres de ellos en
aislamiento. Su odisea está grabada en el documental 'Point and Shoot', del que
él abjura, aunque ha ganado varios premios en EEUU, entre ellos el del prestigioso
festival de Tribeca.
La vida de
Matthew VanDyke continúa ahora dividida entre Estados Unidos e Irak, en un
intento de salvar a la comunidad cristiana de ese último país del exterminio.
En su opinión, el problema es que «hoy la gente no se moviliza. Cuando estalló
la Guerra Civil española era mucho más difícil viajar y, aun así, hubo miles de
estadounidenses que se alistaron en la Brigada Lincoln. Hoy, estamos
convencidos de que darle a me gusta en Facebook es suficiente para cambiar las
cosas».
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