El
Estado Islámico se aprovecha de la porosa frontera turca
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/07/21/actualidad/1437472534_041221.html
La oposición exige dimisiones por no
prevenir el atentado de Suruç
MAPA: Una
frontera muy porosa
ANDRÉS
MOURENZA
Estambul
21
JUL 2015 - 13:48 CEST
“Ahora no se les ve
tanto, pero todos sabemos que están aquí”, afirmaba hace unos meses un
comerciante de Reyhanli, localidad turca fronteriza con Siria que ha sido
castigada por el terrorismo con sello yihadista, como ayer sucedió en Suruç en
un atentado cuya cifra de víctimas mortales se elevaba hoy a 32.
El autor del
atentado suicida de Suruç -primero se
dijo que era una chica de 18 años, pero las últimas informaciones apuntan a un
hombre- “se mezcló con los jóvenes”, unos 300, congregados en el patio del
centro cultural Amara “aprovechando que la mayoría de ellos venía
de fuera de la ciudad y no eran conocidos aquí”, explica un portavoz
municipal.
“Las actividades del EI
en Turquía y la tolerancia del Gobierno (turco) del AKP (islamista moderado)
han provocado muchas bajas civiles en Turquía”, denuncia en un comunicado el Partido
de la Democracia de los Pueblos (HDP, pro-kurdo),
poniendo como ejemplo el atentado de Reyhanli en 2013 –el más grave de la
historia de Turquía-, la bomba en un mitin electoral kurdo en Diyarbakir el
pasado junio o el reciente de Suruç: “Está claro que Turquía y su frontera se han
convertido en una base logística para las milicias del EI”.
Pero, tras
años de políticas ambiguas, ahora Ankara teme que el terror yihadista se vuelva
en su contra. La pasada semana se filtraron a la prensa turca informes de los
servicios de inteligencia según los cuales el EI habría
introducido seis terroristas suicidas en Turquía, algo que –junto a
presiones de Washington- llevó a las fuerzas de seguridad a incrementar su
vigilancia y detener a docenas de militantes locales y extranjeros.
Sin embargo,
no ha sido suficiente para evitar el atentado de Suruç, por lo que hoy varios
representantes de la oposición han exigido al Gobierno “asumir
responsabilidades políticas” y que “dimita” la dirección de los servicios secretos
por sus “deficiencias”, en palabras del diputado socialdemócrata Veli Agbaba.
Las
autoridades confirman la detención de un sospechoso
AGENCIAS
Las
autoridades de Turquía han identificado a una persona como sospechosa del
atentado suicida que mató el lunes a 32 personas en la localidad de Suruç,
cerca de la frontera con Siria, ha anunciado este martes el primer ministro, Ahmed Davutoglu
Davutoglu, que ha acudido a la provincia de Sanliurfa, donde se encuentra Suruc, ha confirmado la identificación de un
sospechoso y ha asegurado que las autoridades intentan aclarar ahora su posible
vinculación con la explosión, por la que más de cien personas resultaron
heridas.
Los medios
locales han señalado que se trataría de un hombre originario de la región de
Adiyaman, también en el sur, si bien oficialmente no hay nada confirmado. El
lunes, varias fuentes apuntaron a que podría tratarse de una mujer suicida.
El Gobierno
se defiende alegando que se trata de una frontera de 400 kilómetros, muy porosa
y difícil de vigilar, pero el hecho es que, desde que hace dos semanas
incrementó su presencia militar en la zona que va desde Karkamis a Kilis -la porción de terreno que, al otro lado de la
frontera, controla el Estado Islámico-,la infiltración de yihadistas se ha
hecho más difícil. Existe otro problema, y son, como explica el exasesor
militar Metin Gürcan en Al Monitor, “los vacíos
legales del sistema turco” permiten que los militantes detenidos sean liberados
rápidamente. Los gendarmes y militares turcos exigen una reforma del código
penal ya que el actual les impide presentar cargos por terrorismo contra estos
presuntos yihadistas pues, si no van armados ni han cometido delitos en
Turquía, sólo se les puede aplicar una falta administrativa por tratar de
cruzar ilegalmente la frontera. Como apunta un oficial turco: “Los militantes
del EI conocen muy bien sus derechos y saben explotar estos vacíos jurídicos”.
El
movimiento a lo largo de la zona fronteriza y de un lado a otro de la línea que
separa Turquía y Siria es sencillo, como muestra el que la práctica totalidad
de los occidentales que se han unido al Estado Islámico (EI) lo hayan hecho
desde suelo turco. Otro ejemplo de esta libertad de la que gozan los
combatientes de los diversos grupos inmersos en la guerra civil siria –no sólo
los islamistas- es el robo de coches. “Recibes una llamada y te dicen que
tienen tu automóvil en Siria y que para recuperarlo, tienes que pagar 5.000
dólares. Si no pagas se lo quedan para usarlo en la guerra”, se queja Naime
Turunç, contable de la provincia de Hatay. En la provincia de Urfa, donde se
encuentran Suruç y el paso de Akçakale a Tel Abyad (el más utilizado por el EI
hasta que el pasado junio fue reconquistado por las milicias kurdo-sirias YPG),
las compañías de alquiler de coches también han denunciado robos similares. Y
todos los vecinos consultados por este medio aseguran que, a lo largo de la
línea fronteriza se ha incrementado el número de “barbudos” extranjeros que
pululan a sus anchas.
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