La
Guardia Revolucionaria, el socio menos esperado para las empresas interesadas
en Irán
http://lat.wsj.com/articles/SB12807349116330863843304581124821464638668?tesla=y
Benoît
Faucon, en Teherán,
y Asa Fitch, en Dubái
Jueves,
23 de Julio de 2015 0:03 EDT
El ministro
de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif
(centro), saluda a legisladores iraníes después de defender el acuerdo
nuclear en un discurso en el parlamento el martes. Behrouz Mehri/Agence
France-Presse/Getty Images
Las
compañías occidentales ansiosas por sacar provecho del acuerdo nuclear con Irán
enfrentan una serie de desafíos. Uno de los mayores son los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Este brazo
de las fuerzas armadas iraníes está a cargo de defender el sistema islámico del
país. Durante los años de sanciones y aislamiento económico, también se ha establecido como una de las fuerzas
económicas más poderosas de Irán.
A través de
una opaca pero amplia red de compañías
que controla, la Guardia tiene intereses en la construcción,
la manufactura, la banca y el sector naviero, entre otras industrias,
según personas que conocen la organización. Khatam
al-Anbia, una firma de ingeniería y construcción que está en el centro
del imperio empresarial de la Guardia, estima que el valor a largo plazo de sus
contratos es de cerca de US$50.000 millones, una
cifra equivalente a aproximadamente 12% del Producto
Interno Bruto de Irán.
Si el país
implementa los términos del acuerdo alcanzado con seis potencias mundiales a
mediados de julio, muchas sanciones podrían ser levantadas a principios del
próximo año. Las empresas occidentales necesitan examinar cuidadosamente a
proveedores, distribuidores y clientes por posibles vínculos con la Guardia, a
la que Estados Unidos acusa de estar involucrada en actos de terrorismo en el
exterior y abusos de los derechos humanos.
Comandantes
y ex comandantes han negado esas acusaciones y dicen que el enfoque de la
organización está en proteger la seguridad de Irán. Un funcionario en la misión
iraní en las Naciones Unidas no respondió a una solicitud de comentarios.
“Muchas de
estas empresas están dirigidas por ex oficiales de la
Guardia. ¿Significa eso que es una compañía de la Guardia
Revolucionaria?”, apunta Alireza Nader, analista de Rand Corp. “Las líneas
son a veces borrosas”.
Khatam
al-Anbia está
involucrada en proyectos de construcción de carreteras,
construcción marina, oleoductos y gasoductos, y sistemas de agua, entre otros
emprendimientos, según su sitio web.
“No diría que controla toda
la economía, pero (la Guardia) tiene una gran presencia en todos los sectores
de la economía”,
señala Nader.
Si bien su
influencia política ha disminuido bajo el moderado presidente Hassan Rouhani, retiene un importante papel político.
Eso podría dificultar la competencia de una
entidad extranjera en igualdad de condiciones, dice un consultor que trabaja
con empresas afiliadas a la Guardia. Pese al amplio alivio a las sanciones
prometido en el acuerdo de la semana pasada, la Guardia
probablemente continuará bajo restricciones económicas específicas, en
particular de EE.UU., según abogados y ex funcionarios.
Aunque
nominalmente es una entidad militar, la Guardia también
es una poderosa fuerza política, lo que según sus detractores la ha
ayudado a recibir un trato favorable en la política económica, al presentar
ofertas por contratos del gobierno y privatizaciones, en especial durante el
gobierno del presidente Mahmoud Ahmadinejad, un
veterano de la Guardia de línea dura.
En 2009, por
ejemplo, tras elecciones disputadas en las que Ahmadinejad retuvo el poder, un
consorcio afiliado a la Guardia obtuvo el control mayoritario de Telecommunications Co. of Iran, que tiene un monopolio
sobre las conexiones fijas y es uno de los mayores operadores móviles del país.
La Guardia
posee también una participación en Bahman Group, que
ensambla autos de marca Mazda. 7261.TO -0.81% Un vocero de la automotriz japonesa confirmó
que la empresa suministraba partes a Bahman para el ensamblaje de vehículos
Mazda, aunque dijo que lo hacía en forma limitada. En adelante, Mazda
“monitoreará de cerca el progreso hacia la eliminación de sanciones y
considerará cómo responder”, agregó. El portavoz prefirió no comentar sobre la
estructura accionaria de Bahman.
La Guardia
niega que reciba un trato preferencial. En una entrevista el año pasado, Hassan Dargahi, director gerente de petróleo y gas de Khatam
al-Anbia, aseguró que los US$50.000 millones en contratos estatales que
tiene la empresa habían sido obtenidos a través de licitaciones.
La Guardia
no oculta su propiedad y vínculos con muchas de las empresas que controla, pero
normalmente no los publicita. Durante los años de sanciones, en ocasiones ha
tenido que disfrazar su participación para conseguir suministros en el
exterior, según registros corporativos y navieros a los que tuvo acceso The Wall Street Journal.
Eso hace que
la diligencia debida sea crítica para las empresas occidentales que exploran
una incursión en Irán. Nigel Kushner, presidente
ejecutivo de W Legal Ltd., una firma de abogados de Londres especializada en
sanciones, señala que sus clientes europeos habían estado vendiendo bienes de
forma legal en Irán como parte de exenciones limitadas bajo el actual régimen
de sanciones. De todos modos, dice, la empresa decidió hace poco cortar la
relación después de enterarse de que su cliente estaba controlado por la
Guardia.
Las compañías afiliadas a la Guardia,
mientras tanto, están quitándoles empleados a sus competidores y comprando nuevos equipos, dicen
personas que trabajan en esas empresas. Un asesor de la Guardia afirma que la agrupación estaba comprando maquinaria
industrial pesada de fabricantes chinos para apuntalar su posición en varios
sectores.
Khatam
al-Anbia ha estado
adquiriendo plataformas y embarcaciones para sus
negocios de servicios petroleros marítimos, de acuerdo con su sitio web y registros
navieros.
“Se están preocupando
mucho por la perspectiva de la competencia extranjera”, asevera un diplomático occidental
que sigue de cerca la organización. El gobierno de Rouhani también ha empezado
a distanciarse de la Guardia, conocida en Irán por su nombre persa, Sepah.
“La mayoría
de la gente que está en Sepah, en el pasado, recibió muchos proyectos”, dijo en
una entrevista Mansour Moazami, viceministro de Petróleo a cargo de la
planificación y la supervisión.
No obstante,
recalcó que la situación ha cambiado, refiriéndose a una reciente licitación
para construir refinerías. “Ninguno de los ocho contratos fueron
concedidos a Sepah”.
En una
conferencia de prensa en junio, le preguntaron a Abbas Akhoundi, el ministro de
Transporte y Desarrollo Urbano de Irán, si la Guardia retendría su papel en los
círculos empresariales del país. El funcionario contestó: “Nuestra prioridad es la
competencia en la economía”.
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