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miércoles, 22 de julio de 2015

La Guardia Revolucionaria, el socio menos esperado para las empresas interesadas en Irán por Benoît Faucon, y Asa Fitch encontrado en el WSJ

La Guardia Revolucionaria, el socio menos esperado para las empresas interesadas en Irán

http://lat.wsj.com/articles/SB12807349116330863843304581124821464638668?tesla=y





Benoît Faucon, en Teherán,

 y Asa Fitch, en Dubái


Jueves, 23 de Julio de 2015 0:03 EDT






El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif (centro), saluda a legisladores iraníes después de defender el acuerdo nuclear en un discurso en el parlamento el martes. Behrouz Mehri/Agence France-Presse/Getty Images


Las compañías occidentales ansiosas por sacar provecho del acuerdo nuclear con Irán enfrentan una serie de desafíos. Uno de los mayores son los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica.


Este brazo de las fuerzas armadas iraníes está a cargo de defender el sistema islámico del país. Durante los años de sanciones y aislamiento económico, también se ha establecido como una de las fuerzas económicas más poderosas de Irán.


A través de una opaca pero amplia red de compañías que controla, la Guardia tiene intereses en la construcción, la manufactura, la banca y el sector naviero, entre otras industrias, según personas que conocen la organización. Khatam al-Anbia, una firma de ingeniería y construcción que está en el centro del imperio empresarial de la Guardia, estima que el valor a largo plazo de sus contratos es de cerca de US$50.000 millones, una cifra equivalente a aproximadamente 12% del Producto Interno Bruto de Irán.


Si el país implementa los términos del acuerdo alcanzado con seis potencias mundiales a mediados de julio, muchas sanciones podrían ser levantadas a principios del próximo año. Las empresas occidentales necesitan examinar cuidadosamente a proveedores, distribuidores y clientes por posibles vínculos con la Guardia, a la que Estados Unidos acusa de estar involucrada en actos de terrorismo en el exterior y abusos de los derechos humanos.


Comandantes y ex comandantes han negado esas acusaciones y dicen que el enfoque de la organización está en proteger la seguridad de Irán. Un funcionario en la misión iraní en las Naciones Unidas no respondió a una solicitud de comentarios.


“Muchas de estas empresas están dirigidas por ex oficiales de la Guardia. ¿Significa eso que es una compañía de la Guardia Revolucionaria?”, apunta Alireza Nader, analista de Rand Corp. “Las líneas son a veces borrosas”.


Khatam al-Anbia está involucrada en proyectos de construcción de carreteras, construcción marina, oleoductos y gasoductos, y sistemas de agua, entre otros emprendimientos, según su sitio web.


“No diría que controla toda la economía, pero (la Guardia) tiene una gran presencia en todos los sectores de la economía”, señala Nader.


Si bien su influencia política ha disminuido bajo el moderado presidente Hassan Rouhani, retiene un importante papel político.

 Eso podría dificultar la competencia de una entidad extranjera en igualdad de condiciones, dice un consultor que trabaja con empresas afiliadas a la Guardia. Pese al amplio alivio a las sanciones prometido en el acuerdo de la semana pasada, la Guardia probablemente continuará bajo restricciones económicas específicas, en particular de EE.UU., según abogados y ex funcionarios.


Aunque nominalmente es una entidad militar, la Guardia también es una poderosa fuerza política, lo que según sus detractores la ha ayudado a recibir un trato favorable en la política económica, al presentar ofertas por contratos del gobierno y privatizaciones, en especial durante el gobierno del presidente Mahmoud Ahmadinejad, un veterano de la Guardia de línea dura.


En 2009, por ejemplo, tras elecciones disputadas en las que Ahmadinejad retuvo el poder, un consorcio afiliado a la Guardia obtuvo el control mayoritario de Telecommunications Co. of Iran, que tiene un monopolio sobre las conexiones fijas y es uno de los mayores operadores móviles del país.


La Guardia posee también una participación en Bahman Group, que ensambla autos de marca Mazda. 7261.TO -0.81%  Un vocero de la automotriz japonesa confirmó que la empresa suministraba partes a Bahman para el ensamblaje de vehículos Mazda, aunque dijo que lo hacía en forma limitada. En adelante, Mazda “monitoreará de cerca el progreso hacia la eliminación de sanciones y considerará cómo responder”, agregó. El portavoz prefirió no comentar sobre la estructura accionaria de Bahman.


La Guardia niega que reciba un trato preferencial. En una entrevista el año pasado, Hassan Dargahi, director gerente de petróleo y gas de Khatam al-Anbia, aseguró que los US$50.000 millones en contratos estatales que tiene la empresa habían sido obtenidos a través de licitaciones.


La Guardia no oculta su propiedad y vínculos con muchas de las empresas que controla, pero normalmente no los publicita. Durante los años de sanciones, en ocasiones ha tenido que disfrazar su participación para conseguir suministros en el exterior, según registros corporativos y navieros a los que tuvo acceso The Wall Street Journal.


Eso hace que la diligencia debida sea crítica para las empresas occidentales que exploran una incursión en Irán. Nigel Kushner, presidente ejecutivo de W Legal Ltd., una firma de abogados de Londres especializada en sanciones, señala que sus clientes europeos habían estado vendiendo bienes de forma legal en Irán como parte de exenciones limitadas bajo el actual régimen de sanciones. De todos modos, dice, la empresa decidió hace poco cortar la relación después de enterarse de que su cliente estaba controlado por la Guardia.




Las compañías afiliadas a la Guardia, mientras tanto, están quitándoles empleados a sus competidores y comprando nuevos equipos, dicen personas que trabajan en esas empresas. Un asesor de la Guardia afirma que la agrupación estaba comprando maquinaria industrial pesada de fabricantes chinos para apuntalar su posición en varios sectores.

Khatam al-Anbia ha estado adquiriendo plataformas y embarcaciones para sus negocios de servicios petroleros marítimos, de acuerdo con su sitio web y registros navieros.


“Se están preocupando mucho por la perspectiva de la competencia extranjera”, asevera un diplomático occidental que sigue de cerca la organización. El gobierno de Rouhani también ha empezado a distanciarse de la Guardia, conocida en Irán por su nombre persa, Sepah.


“La mayoría de la gente que está en Sepah, en el pasado, recibió muchos proyectos”, dijo en una entrevista Mansour Moazami, viceministro de Petróleo a cargo de la planificación y la supervisión.


No obstante, recalcó que la situación ha cambiado, refiriéndose a una reciente licitación para construir refinerías. “Ninguno de los ocho contratos fueron concedidos a Sepah”.



En una conferencia de prensa en junio, le preguntaron a Abbas Akhoundi, el ministro de Transporte y Desarrollo Urbano de Irán, si la Guardia retendría su papel en los círculos empresariales del país. El funcionario contestó: “Nuestra prioridad es la competencia en la economía”.

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