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martes, 21 de julio de 2015

La caída de los commodities y la espera de la Fed golpean las divisas latinoamericanas Por ANTHONY HARRUP encontrado en el WSJ

La caída de los commodities y la espera de la Fed golpean las divisas latinoamericanas


http://lat.wsj.com/articles/SB10493462838787044279304581120812339828314?tesla=y


Por ANTHONY HARRUP

Martes, 21 de Julio de 2015 0:03 EDT




El peso mexicano tocó un mínimo histórico frente al dólar el lunes. Susana González/Bloomberg News


Las perspectivas de mayores tasas de interés en Estados Unidos y la caída de los precios globales de los commodities tienen el impacto de una combinación letal para las monedas latinoamericanas, al llevarlas a mínimos de muchos años frente al dólar.


El peso mexicano tocó un mínimo histórico frente al dólar el lunes, el peso de Colombia se encuentra en su nivel más débil en más de una década, al igual que el real brasileño, mientras el sol peruano y el peso chileno están acusando recibo de los menores precios de los metales.


Aunque los factores económicos varían de un país a otro, la mayoría tiene problemas por el menor crecimiento global, la pérdida de ingresos por exportaciones debido a los menores precios de las materias primas, y un dólar en alza que está volviendo menos atractivos a los retornos de los mercados emergentes ante los inversionistas de portafolios que anticipan que la Reserva Federal de Estados Unidos comenzará a subir pronto las tasas de interés.


“El denominador común es que todos (los países latinoamericanos) recibieron fuertes flujos de inversión debido a la flexibilización cuantitativa en EE.UU.”, dijo Benito Berber, estratega para América latina de Nomura Securities. “Aun si el alza en EE.UU. es gradual, el escenario es de debilidad continuada para las monedas”. A eso se suma la caída de los precios de los commodities, indicó.


Brown Brothers Harriman prevé que los participantes del mercado sigan teniendo un sesgo negativo hacia los mercados emergentes hasta que la Fed comience efectivamente a subir las tasas.

“Podríamos ver algo de progreso en los mercados emergentes a fines del cuarto trimestre o quizás a comienzos de 2016 si la Fed tiene éxito en calmar los mercados luego de que empiece a subir las tasas”, señaló BBH en su perspectiva para el tercer trimestre.


El peso mexicano, la moneda más transada de los mercados emergentes, se vendió a más de 16 unidades contra el dólar el lunes por primera vez, y los temores de que la Fed ajuste las tasas se vieron exacerbados por renovadas caídas en los precios del petróleo. El peso cotizó a 16,02 por dólar.



Aunque se prevé ampliamente que el Banco de México comience a elevar las tasas tan pronto como lo haga la Fed, y ha estado subastando dólares para limitar la volatilidad del mercado cambiario, el peso ha seguido depreciándose como reflejo de los precios del petróleo y datos económicos positivos en EE.UU. que podrían llevar a la Fed a tomar medidas.


Sin embargo, a diferencia de sus pares latinoamericanos, México se podría beneficiar de una moneda más débil, dado que cuatro quintos de sus exportaciones tienen como destino a EE.UU., y los bienes manufacturados representan más de 80% de las exportaciones totales.


“Esa es una razón clave por la que esperamos que una divisa más débil beneficie más a México frente a otros países de la región que han visto caídas similares de sus monedas pero tienen menores relaciones comerciales con Estados Unidos”, dijo en una nota Liam Carson, economista de Capital Economics.



El peso más débil también incrementa el valor en moneda local de las remesas de los mexicanos que viven en el exterior, y amortigua el impacto de los menores precios del petróleo sobre los ingresos del gobierno.

El real brasileño cotizó el lunes a 3,19 frente al dólar, para acumular una baja de más de 30% en relación con un año atrás.


Detrás de la debilidad hay expectativas de que la economía se reduzca hasta 2% este año, y la inflación suba por encima de la meta de 9%, junto con medidas de austeridad fiscal que incluyen la eliminación gradual de subsidios que mantenían la inflación artificialmente baja.


El lunes, se necesitaban más de 2.700 pesos colombianos para comprar un dólar, frente a unos 2.200 a comienzos de diciembre y entre 1.800 y 1.900 pesos en los años previos, cuando el país disfrutaba de un auge de inversión, especialmente en el sector petrolero. El crudo representa la mitad de los ingresos de divisas en Colombia, y la caída de los precios del petróleo ha ayudado a empujar la moneda hacia abajo.


El peso chileno cayó este mes a su nivel más bajo desde la crisis financiera a fines de 2008, y el lunes cotizó a sólo 650 pesos frente al dólar.


La moneda chilena, que bajó alrededor de 10% en el último año, a menudo se mueve con el precio del cobre. Chile es el mayor productor mundial de ese metal, que representa la mitad de sus exportaciones, y ha registrado una desaceleración de su crecimiento económico debido al pronunciado descenso de la demanda china de cobre.

El sol peruano, por su lado, también ha caído marcadamente debido a la menor demanda de sus exportaciones de minerales, incluido el cobre, el oro, el zinc y el plomo. El sol se ha depreciado 14% en el último año a alrededor de 3,18 por dólar.

El Banco Central de Reserva del Perú, que interviene normalmente en el mercado de contado para reducir la volatilidad cambiaria y moderar la depreciación del sol, vendió más de US$5.300 millones, ya más que durante todo 2014.


—Ryan Dube en Lima, Paulo Trevisani en Brasília y Juan Forero en Bogotá contribuyeron a este artículo.

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