La
incapacidad de China para frenar el colapso bursátil agrava los temores (enviar
a la cárcel a los que tengan 5 % y quieran vender antes de 6 meses es preludio de un desastre.)
http://lat.wsj.com/articles/SB10647853898323594231504581096701606082850?tesla=y
Shen
Hong y Lingling Wei
Jueves,
9 de Julio de 2015 0:02
EDT
El
gobierno chino ha intervenido en las bolsas del país prácticamente todos los
días desde fines de junio.
Sin embargo, mientras más tratan frenar su abrupta caída, mayor es la sensación
de que están perdiendo el control.
El
Índice Compuesto de Shanghai retrocedió 5,9% el miércoles, lo que significa que desde el 12 de
junio las compañías que lo componen han perdido US$3,5
billones en capitalización bursátil.
Las pérdidas
bursátiles se empezaron a propagar a los mercados de bonos y divisas en
momentos en que se intensificaban las preocupaciones de que se podrían ver
arrastrados por el derrumbe accionario y el enfriamiento
de la economía. Una nueva ráfaga de medidas de emergencia del gobierno
destinadas a aplacar las dudas de los mercados sirvieron, más bien, para infundir la sensación de que se avecina algo peor.
“Mientras más
interviene el gobierno, más me asusto”, dice Li Jun, quien administra una empresa de pesca y
restaurantes en Nanjing, una ciudad en la parte oriental del país. El
empresario ha gastado unos 3 millones de yuanes en acciones, comprando a crédito un tercio del total.
Li ha vendido parte de sus inversiones cada vez que el mercado “repuntaba un
poco” luego del anuncio de un rescate de parte del gobierno. “No tengo fe” en
la capacidad de las autoridades de contener las pérdidas, confiesa. El índice de la Bolsa de Shanghai acumula una caída de 32%
desde su máximo y se encuentra en su punto más bajo desde marzo.
La última
medida drástica del gobierno es una
prohibición de seis meses a la venta de acciones por parte de los accionistas
controladores y ejecutivos que poseen más de 5%
del capital de una compañía. Cualquier violación de la norma, anunciada el
miércoles en la noche, será “tratada seriamente”, dijo el regulador bursátil.
El gobierno
chino había sido elogiado por impulsar el crecimiento por varias décadas y
mantener la solidez económica durante la crisis financiera global. En los
últimos años, sin embargo, las autoridades han tenido problemas con los
crecientes niveles de deuda y la necesidad de reformar la economía, pasando de su enfoque en programas de
infraestructura a uno basado en el consumo.
En su
esfuerzo por revertir la desaceleración del crecimiento y el debilitamiento del
mercado de bienes raíces, el gobierno
enfocó su atención en el mercado bursátil. No obstante, sus intentos
fallidos por detener las caídas ha sacudido a los inversionistas que estaban
desde hace rato habituados a que el gobierno desplegara su poder para controlar
los mercados.
“La última ofensiva de
Beijing para calmar el mercado ha tenido el efecto contrario”, dice Bernard
Aw, analista de IG Group. IGG.LN -1.29% “El pánico se está propagando y las
autoridades parecen dar manotazos de ahogado en su esfuerzo por contener la
marea”.
El
secretario del Tesoro estadounidense, Jacob Lew,
le restó importancia al posible impacto global de la caída de las bolsas
chinas, aunque expresó preocupación de que pudiera afectar al país a largo
plazo si el gobierno chino desacelera las reformas económicas. “La
preocupación, que creo que es legítima, tiene que ver con el impacto sobre el
crecimiento a largo plazo en China”, dijo.
Una inquietud
es que las pérdidas del mercado accionario obliguen a millones de chinos a
reducir sus gastos.
Los
problemas del gobierno para impedir el contagio de la crisis es una señal de
cuánto ha estimulado el optimismo desmedido de los inversionistas como parte de
su campaña para elevar el precio de las acciones de las empresas.
Hace apenas un año, las acciones chinas se
encontraban en sus niveles más bajos en varios años y pocos ahorradores
consideraban que las acciones eran una buena alternativa de inversión. El
mercado inmobiliario, donde muchos chinos habían invertido, estaban perdiendo
bríos y el gobierno esperaba aprovechar el alza de las bolsas para apuntalar la
economía y acelerar las reformas.
El alza del mercado de renta variable
comenzó en noviembre,
cuando el gobierno redujo las tasas de interés y
otorgó a los inversionistas extranjeros un acceso sin precedentes a la Bolsa de
Shanghai.
Los
inversionistas locales interpretaron la medida como un voto de confianza del
mundo en el futuro de las acciones chinas.
Acompañado
de un flujo constante de editoriales optimistas en los medios estatales, el
índice de referencia de Shanghai duplicó con creces su valor para mediados de
junio, pese al enfriamiento de la economía.
Las
autoridades también dieron nuevas facultades a millones de inversionistas
particulares al facilitarles la compra de acciones a crédito.
Los accionistas individuales
representan 80% del total de las transacciones
en las bolsas chinas,
un porcentaje mucho mayor que el de Estados Unidos, Europa y otras economías
desarrolladas que son dominadas por inversionistas profesionales como los fondos
de inversión.
El
mercado bursátil chino es pequeño en relación al tamaño de la economía.
Pocas
personas poseen acciones y la mayoría de las empresas se financian a través de
créditos de los bancos en lugar de la venta de acciones. El mercado chino de renta
fija es uno de los mayores del mundo, pero casi la
totalidad de los bonos están en poder de los gigantescos bancos estatales.
El declive
de las acciones también ha revelado una escasez de municiones y de experiencia
de las autoridades. Hace más de dos semanas, el banco central volvió a recortar
las tasas de interés con el fin de estimular la bolsa.
No obstante,
pocos individuos podían conseguir préstamos a esas tasas de interés y la ola de
ventas prosiguió. El pasado fin de semana, el gobierno lanzó un conjunto de
iniciativas para apuntalar el mercado, incluyendo un alza en el dinero
disponible para comprar acciones a crédito. Los inversionistas, sin embargo,
habían sufrido pérdidas cuantiosas y pocos tenían ganas de seguir comprando
acciones.
—Yifan Xie y
Gregor
Stuart Hunter
contribuyeron
a este artículo.
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