Fondo
Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento del 1,3% para América
Latina en 2015 y recesión de 7 % en Venezuela ( casi como Ucrania que está en
guerra)
América
Latina debió ahorrar más en la época de bonanza”
http://economia.elpais.com/economia/2015/03/04/actualidad/1425503685_580279.html
El director
del FMI para la región, que pronostica un crecimiento del 1,3%, afirma que el
impulso anterior no se ha sostenido
JUAN
MORENILLA
Madrid
4
MAR 2015 –
Alejandro
Werner, el pasado martes en Madrid. / S. SÁNCHEZ
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento
del 1,3% para América Latina en 2015, casi como en 2014. El director del
organismo para la región, Alejandro Werner (Buenos Aires; 1967), desgrana el
escenario de presente y futuro.
Pregunta.
¿Cuál es el estado de salud de la región?
Respuesta.
El 1,3% de crecimiento es bastante bajo. Veníamos de niveles del 4%. Es el
reflejo del ajuste en América del Sur a la caída del precio de los commodities,
los minerales y productos agropecuarios, después de un periodo de crecimiento
sostenido; del efecto negativo de la caída del petróleo; y del fin del impulso
de las reformas que se hicieron en los noventa. Ese impulso no se ha sostenido
y su efecto se agota.
P.
¿Cómo convive América Latina entre EE UU y Europa?
R. El
crecimiento de EE UU va a traer beneficios a las economías más vinculadas a
ellos: México, Centroamérica, Caribe. Hay una
rotación geográfica: menor crecimiento
en Sudamérica y mayor en Centroamérica. La apreciación del dólar está
provocando un movimiento hacia la debilidad de las monedas en América Latina.
La situación
en Europa afecta menos porque los vínculos comerciales son primero con el mundo
de las materias primas, luego con EE UU y luego con Europa. Y además, vemos en 2015 más crecimiento europeo que
en 2014.
P.
¿Cómo se fortaleció Latinoamérica en los años de bonanza?
R.
Aprovecharon para bajar la deuda, fortalecer la capitalización del sistema
financiero, mejorar la situación de las familias y avanzar en temas sociales.
América Latina llega más fuerte al final de este proceso.
Ahora bien, hubo oportunidades que no se
maximizaron. América Latina debió ahorrar más de esta bonanza que ahora se ve
que es más transitoria de lo que se creyó.
El impulso a la infraestructura se
debió haber dado antes, y en educación y salud el enfoque de calidad se debió
dar al mismo tiempo que el enfoque de cobertura.
La región está mejor posicionada que en otras épocas para
hacer frente a la crisis. El boom de los commodities se aprovechó mejor que en
el pasado, pero no tan bien como podía haberse hecho.
P.
¿Venezuela es un ejemplo de lo que se hizo mal?
R. Es un
ejemplo de la dependencia del petróleo. Lo que en inglés llaman resource curse, la maldición de la abundancia de los
recursos primarios. Esta riqueza llevó a abandonar otros sectores de la
economía, y cuando se ha caído esa fuente de ingresos, no hay otros motores de
crecimiento. Venezuela ya venía con un crecimiento negativo, con escasez, y
para una economía que exporta el 30% de su producto en
petróleo, el choque es muy grande. Anticipamos
una caída del 7%.
Nota del autor del blog Pensé que lo
que el 96% de lo que exporta Venezuela petróleo)
P.
¿Y Brasil?
R. Ha tenido
que poner en marcha un programa financiero y fiscal muy fuerte para estabilizar
la inflación y restablecer la confianza en las variables macroeconómicas. El
reto es que esto afecte lo menos posible a los programas sociales, y enfocarse
en la calidad.
P.
¿Qué ventajas e inconvenientes tienen los fuertes vínculos de América Latina
con China, puede haber una excesiva dependencia de sus inversiones?
R. Más que
dependencia financiera, yo hablaría de introducción de un nuevo actor. Tener un
nuevo socio en la región debería ser bueno, es un nuevo jugador, hay más
diversificación. Pero es un jugador que
responde de manera diferente y la manera en que puede reaccionar a los choques
internos o externos es incierta.
Ese es el
riesgo adicional. América Latina debe entender mejor a China para maximizar esa
oportunidad. Aunque China no responde a
los patrones tradicionales de EE UU y Europa.
P.
¿Por qué es diferente?
R. Porque
tiene un ciclo económico que no está correlacionado con Europa y EE UU. Los
inversionistas atraviesan por situaciones diferentes. Si uno está en crisis, China no tiene por qué estarlo.
Y está más
influido por decisiones de política económica de medio plazo, y donde la actividad privada y la pública actúan de
manera más conjunta.
Son inversiones más estables, que no
reaccionan a choques a corto plazo; pero si se van, van a tardar más en
regresar.
Si las
inversiones de China sirven para diversificar la financiación de los países,
como un jugador más, y se usa su conocimiento tecnológico, es una buena
oportunidad. Si China reemplaza a las
inversiones que se van, como un financiador de última instancia, sube la
dependencia. China es un salvavidas que probablemente no será un salvavidas
permanente.
P.
¿Es posible una moneda única latinoamericana?
R. En este
momento, eso es una situación totalmente utópica. América Latina es mucho más
heterogénea de lo que era Europa hace décadas. Y no hay factores políticos que
lleven a la necesidad de una integración para evitar conflictos mayores. En
América Latina se han dado acuerdos que han favorecido la integración de
pequeños bloques. La experiencia europea
muestra que es muy prematuro buscar una integración monetaria cuando la
integración económica no existe. Ahí debe estar el foco, sobre todo en la
parte comercial.
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