Millones
de brasileños protestan contra el corrupto gobierno de la presidenta Dilma Rousseff (es
la consecuencia de la cleptocracia que se hace llamar socialismo del
siglo XXI)
Masiva
voz de rechazo a Dilma Rousseff en Brasil
http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/protestas-contra-dilma-rousseff-en-brasil/15403575
Las calles
de las principales ciudades brasileñas fueron testigo de una manifestación
histórica.
Por: ARTURO LEZCANO
| 10:06 p.m. | 15
de marzo de 2015
Los
manifestantes exigen la destitución de la presidenta, el fin de la corrupción y
la incompetencia.
Foto: AFP
.
esta es en Copacabana
esta es en Brasila
..................................
esta foto es de Hispan TV
Si la ciudad
de São Paulo se considera el termómetro político
de lo que ocurre en Brasil, entonces se puede decir que el cuadro de situación del gobierno de Dilma Rousseff
es, cuando menos, delicado.
Este
domingo, las previsiones de concentración de manifestantes antigubernamentales
se desbordaron en la urbe más grande de Brasil: un millón de personas, según
la policía y los organizadores, tiñeron
de verde y amarillo la arteria financiera principal del país, la avenida
Paulista, y sus alrededores. (Lea también: Un
millón de personas protestan contra Dilma Rousseff en Río)
Esa imagen
ilustra lo ocurrido en otros 21 estados del país, donde otros cientos de miles de personas marcharon para protestar contra
las políticas del ejecutivo para lidiar con la situación económica desfavorable
y contra los casos de corrupción que han salpicado a varios partidos,
entre ellos el oficialista Partido de los Trabajadores
(PT).
El viernes salieron a la calle unas cuarenta mil personas para defender al Gobierno y Petrobras.
Las cifras se multiplicaron ayer hasta el punto de convertir las protestas,
especialmente la de São Paulo, en una referencia
histórica.
Las comparaciones
con las protestas que llenaron las calles de Brasil en
2013 son evidentes, por el número y la reivindicación, pero con
diferencias notables: en aquella ocasión se protestaba por una mejora de los
servicios públicos, que abarcan a las diferentes administraciones, de la local
a la federal, por lo que Rousseff salió de foco rápidamente. De hecho,
sobrevivió más que dignamente, pues ganó en las urnas. De manera ajustada, pero
venció.
Actualmente,
las manifestaciones se focalizan en la presidenta y su
partido, con otra diferencia: la situación del país era mejor que ahora
y aún había unas elecciones por delante. Por eso, el oficialismo trata de
atribuir el brote de movimientos anti-Dilma a la oposición política, que sería
según esa teoría incapaz de encajar la derrota electoral.
Sin embargo,
fue significativa la ausencia de
políticos en las manifestaciones.
El
líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y rival de Dilma
Rousseff en la pasadas
elecciones, Aécio Neves, no salió de su casa en Río de Janeiro, aunque se le vio en la
ventana vestido con la camiseta amarilla de la selección nacional de fútbol y
saludando a manifestantes.
Preguntado,
excusó su presencia diciendo que “el pueblo es el gran protagonista”.
Como Neves,
la mayoría de manifestantes eligieron los colores de la bandera para acompañar
los lemas conocidos contra el PT y Dilma Rousseff, a los que en este caso se
añadieron otros más beligerantes en los que se pedía una intervención militar
en el país, justamente el día en que se cumplían treinta años del regreso de la
democracia a Brasil.
En la
concentración de Río de Janeiro, donde 25.000 personas recorrieron el paseo que
flanquea la playa de Copacabana, varios ciudadanos tuvieron la oportunidad de
mostrar su descontento en el camión que acompañaba la marcha, una palestra
móvil en la que el joven Rafael, de solo 16 años, dijo que había vivido siempre
escuchando la palabra corrupción y que lo único que pedía era “un país con
justicia”. Acto seguido, insufló los ánimos de los presentes al repetir el lema
más repetido: “Fuera PT, Fuera Dilma”. Y a
continuación, el himno nacional, otro de los indispensables símbolos, repetido
de principio o a fin.
Hubo también
espacio para las comparaciones con otros países latinoamericanos. Igual que en
Sao Paulo o en Brasilia, donde hubo 40.000 personas en las marchas,
proliferaron pancartas donde se hacía referencia a Venezuela y a Cuba: “Nuestra
bandera jamás será roja”, gritaba entre la multitud Juliana Rocha, profesora de
secundaria. “Aquí está el pueblo indignado que quiere a Dilma fuera por
incompetente”, gritaba. A su lado, Marília Ferreira, una empresaria que
manifestaba indignada: “No aguantamos más esto, a partir de hoy
tendrá que cambiar”.
Las
consecuencias de las marchas de ayer se conocerán en los próximos días y
semanas, pero lo
indudable es que la convocatoria marca un nuevo punto de inflexión en el ya de
por sí atribulado camino del segundo gobierno de Rousseff.
El PT
reaccionó de diversas formas, incluyendo mensajes en la red social Twitter con
la etiqueta #MenosödioMaisDemocracia, que marcó tendencia en Brasil.
ARTURO
LEZCANO
Para
EL TIEMPO
Río
de Janeiro.
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