Editorialista del WSJ Mary
Anastasia O’Grady opina sobre la situación política de Perú
Nota del autor del Blog: los peruanos
sabemos lo que es la híper inflación y el dólar paralelo y las largas colas y
la escases de leche azúcar, arroz etc., etc.
Muy difícil que gane un populista, pero si gana no acabaría su gobierno.
¿Quién querría un modelo como el del
difuntito militar Chávez donde su país
se desplomará a una recesión de 7 % este año.?
Opinión:
Perú es el próximo blanco del chavismo en América
http://lat.wsj.com/articles/SB10305974763572863716004580548892175164232?tesla=y
Por MARY ANASTASIA O’GRADY
domingo,
29 de marzo de 2015
19:34 EDT
Lima, Perú
Para ser los
ciudadanos de un país que se precia de tener uno de los períodos de crecimiento
a largo plazo más espectaculares del mundo desde la década del 90, es increíble
la poca confianza que tienen los peruanos. Hasta el momento, el país ha
repelido el populismo autoritario que se extendió por Sudamérica desde que Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela en 1999. Su
recompensa ha sido una expansión económica anual promedio de 5,1% durante 15
años hasta 2014, incluyendo sólo 1% en 2009, cuando el crecimiento global
colapsó, y un desempeño mediocre el año pasado de apenas 2,4%.
El rápido
crecimiento ha producido una vibrante clase de consumidores que es emprendedora
y creativa. Centros comerciales, modernos supermercados
y farmacias (todas ellas de capitales chilenos) ahora cubren esta
ciudad, que también incluye brillantes torres de oficinas y pequeños negocios.
La demanda de educación privada entre los padres de la clase media aspiracional
se está disparando a medida que rechazan el fallido sistema estatal.
El crédito
se ha expandido rápidamente, pero con la caída de los precios de los
commodities y la desaceleración de la economía global, puede que el crecimiento
no llegue a 4% este año. Eso es demasiado bajo para cumplir con las
expectativas crecientes. Los peruanos con los que hablé temen que en las
próximas elecciones presidenciales, que se llevarán a cabo en abril de 2016, un
electorado fluctuante ceda ante el populismo.
Las
acusaciones de corrupción que involucran a la esposa del presidente Ollanta
Humala y a un ex jefe de campaña del mandatario complican la situación para
cualquier persona asociada con el sistema. Los simpatizantes locales del
chavismo, que creen que Perú necesita un líder con mano dura, levantarán la
falsa premisa de que la corrupción y la economía de
mercado están ligadas de alguna forma.
El
presidente peruano, Ollanta Humala. Reuters
Todo esto
significa que para preservar el modelo de mercado, sus partidarios deberán
defender vigorosamente su legitimidad moral durante el próximo año.
Que Perú no
haya caído preso del nacionalismo y el populismo lanzados por Chávez —siguiendo
a su propio flautista de Hamelín hacia un precipicio— se explica a través de
las reformas estructurales que generaron el fuerte crecimiento. El país ha
hecho una labor razonablemente buena por diversificar sus exportaciones desde
1990. Fue entonces que se comenzó a desmantelar un punitivo sistema aranceles y
cuotas de importación, y se puso fin a una hiperinflación
que alcanzó el 20.000% anualizado.
Cuando
Humala se lanzó a la presidencia en 2011, hizo campaña en base a una plataforma
nacionalista y socialista de ultra izquierda. Moderó su mensaje cuando se
enfrentó en la segunda vuelta a Keiko Fujimori, la hija del expresidente
Alberto Fujimori. Pero una vez en el poder, sus partidarios de base esperaban
que incrementara el papel del estado en la economía y que consolidara poder al
estilo de la revolución bolivariana de Venezuela.
No ha hecho
ni lo uno ni lo otro, probablemente porque sabía que dar marcha atrás a las
reformas perjudicaría con más dureza a sus propios partidarios. Su gobierno ha sido fiscalmente conservador, la inflación es
baja y los derechos de propiedad han sido respetados ampliamente. La
Alianza del Pacífico, un nuevo pacto comercial con Colombia, México y Chile,
está abriendo aún más los mercados.
En una
visita a las oficinas de The Wall Street Journal
a principios de mes, el embajador de Perú en Estados Unidos, Luis Miguel
Castilla, me dijo que aunque la minería
aún representa una parte importante del total de exportaciones (el 75 % de las
exportaciones), la apertura a las importaciones ha hecho que el país
sea competitivo globalmente en la exportación de café, pescado, aceite de
pescado y productos agrícolas no tradicionales como espárragos, alcachofas y
uvas. Actualmente Perú exporta calzado, textiles, cerámica, químicos y gas
natural licuado.
El ex ministro de Economía y Finanzas (y actual embajador de Perú en EEUU )
también indicó que la inversión extranjera directa en Perú se multiplicó por
4,8 entre 2004 y 2014, y las exportaciones crecieron 3,1 veces. El Producto
Interno Bruto peruano casi se duplicó en esos años, y
la tasa de pobreza cayó de 59% a 24%.
Sin embargo,
la caída en los precios de los commodities está haciendo mella en el
crecimiento y la desaceleración que comenzó el año pasado continúa. Las
predicciones del mercado sobre el crecimiento del PIB
se encuentran en el rango de 3% para 2015. La economía de Perú supera
ampliamente el desempeño de la mayoría de la región, pero un crecimiento
deslucido no es lo que los peruanos se han acostumbrado a prever.
La respuesta
obvia a este letargo es una apertura más enérgica del comercio en productos
clave como el azúcar y el maíz, ( nota del autor del blog: el precio del azúcar se
ha desplomado a nivel mundial; las acciones de las azucareras peruanas están en menos 25 % solo este año 2015 y con
respecto el bajo precio del maíz con el cual se podría alimentar pollos tiene
un arancel de 45 % creo es por eso me parece que un país de Centroamérica nos
ha denunciado por los elevados aranceles) más recortes de impuestos y desregulación.
Pero la popularidad de Humala está cayendo y es poco probable que haga algo
audaz. Mientras tanto, los opositores de la libertad económica transformarán la
desaceleración del crecimiento en una oportunidad, al relacionar los ingresos
estancados en la economía de mercado con la corrupción.
Nota del autor del blog: el ex ministro no dijo que las exportaciones han caído 45 %
Los lectores
estadounidenses entenderán cómo podría ocurrir esto si recuerdan cómo un
organizador comunitario de Chicago con menos de un período en el senado de
EE.UU. usó el colapso del sector inmobiliario de 2008 para aprovechar el
resentimiento contra el capitalismo de amigos e impulsar una agenda antimercado
que ha socavado la libertad económica y el crecimiento de EE.UU.
Las
instituciones gubernamentales de Perú son mucho más frágiles que las de EE.UU.
Uno podría imaginarse una versión peruana de la Obamamanía si hay una sensación
de que el sistema está amañado. No sería difícil para un demagogo astuto
generar un frenesí de desaprobación contra el gobierno representativo.
No tiene por
qué ser así. Pero para evitarlo, los peruanos tendrán que contrarrestar las
premisas de la misma ideología déspota que ha arruinado a tantos de sus
vecinos. Los hechos están de su lado.
Escriba a O’Grady@wsj.com
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