Los tres principales productores lácteos de China ahora fabrican en Nueva Zelanda y aportan 70% de las importaciones de lácteos de China.
Los
gigantes chinos cambian el paisaje lechero de Nueva Zelanda
http://lat.wsj.com/articles/SB10344423471672714837704580480422290357484?tesla=y
Por Andrew Browne
lunes,
23 de febrero de 2015
19:22 EDT
Ken y
Patricia Graham en su viñedo en Pokeno, Nueva Zelanda. Patricia Graham
POKENO,
Nueva Zelanda—Ken y
Patricia Graham tienen un nuevo vecino poco grato en la granja donde se
retiraron a criar ovejas y vacas y ocuparse de un viñedo: una gigantesca fábrica de leche maternizada de propiedad
china.
La
planta de US$165 millones que lleva el nombre de la empresa, Yashili, en caracteres chinos, invade la
vista desde su terraza de madera.
Su tamaño es
desproporcionado respecto de la aldea de Pokeno,
que tiene una población de alrededor de 400 personas y se encuentra en el
corazón de la industria láctea de Nueva Zelanda. Antes de erigirse el año
pasado, la estructura más grande en la zona era un motel de 14 habitaciones.
¿Cómo se
sienten? “En realidad, puaj”, dice Patricia Graham. “Nos gusta vivir en un buen
lugar rural”. Su esposo es más duro con el amplio desarrollo industrial en el
área encabezado por Yashili. “Es una absoluta abominación”, dice.
La destrucción del idilio rural de
los Graham refleja la perturbadora fuerza de China que ahora se propaga en
Nueva Zelanda. El
creciente pero imprevisible apetito chino por la leche y otros productos
lácteos, combinado con un repentino aumento de la inversión china en plantas
lácteas, terrenos rurales y bienes raíces, está sacudiendo la forma de vida tradicionalmente
plácida de esta región.
Otros
pequeños países de Asia-Pacífico también podrían sentir los perturbadores
efectos de su desigualdad de tamaño con China. No obstante, una combinación
única de factores demográficos y geográficos magnifica el impacto sobre Nueva
Zelanda.
La mayoría de los países produce
suficiente productos lácteos para satisfacer sus necesidades y exportar un
pequeño excedente.
Nueva
Zelanda, en cambio,
tiene apenas en torno a 4,5 millones de habitantes y
un enorme sector lácteo sostenido por sus abundantes pastizales.
Exporta 95% de su producción, lo que lo
convierte en el mayor exportador de lácteos del mundo.
La
urbanización de China ha sido una bonanza para Nueva Zelanda. Cuando los agricultores chinos
migran a las ciudades, compran refrigeradores y almacenan leche. No obstante,
por años la producción láctea de China ha tenido problemas para cubrir la
demanda. China tenía limitados terrenos agropecuarios
disponibles, a lo que luego se sumaron los
temores sobre la seguridad alimentaria tras un escándalo en 2008 en el
que leche de fórmula contaminada con melamina enfermó a miles de bebés.
Aunque la
demanda interna dio lugar a un auge en la producción local, las inmaculadas
granjas de Nueva Zelanda aportan 70% de las importaciones
de lácteos de China.
El comercio
ha dejado a Nueva Zelanda expuesta a las bruscas fluctuaciones del mercado.
Un
frenesí de compras especulativas de leche en polvo por parte de los chinos en
2013 ha dado lugar a un colapso y los precios han caído casi a la mitad
conforme otros países han aumentado su producción de leche para venderle al
gigante asiático. Los productores que añadieron cabezas de ganado ahora
están sacrificándolos. Muchos están agobiados por las
deudas que contrajeron para elevar su producción.
Con el
tiempo, las turbulencias del mercado se calmarán. Sin embargo, los cambios más
fundamentales que están en marcha en lugares como Pokeno apenas han comenzado.
China ya no
se contenta con simplemente comprar las exportaciones lácteas neozelandesas,
sino que quiere una participación en su cadena de producción. Debido a que
Nueva Zelanda carece de fondos para financiar inversiones, el flujo de capital
chino probablemente continuará.
“Para un país pequeño
como Nueva Zelanda, este es un momento crucial”, dice Rodney Jones, un neozelandés
radicado en Beijing y director de la firma de asesoría Wigram
Capital Advisors.
La empresa
que construyó la fábrica de fórmula infantil en Pokeno es controlada por el gigante estatal China Mengniu Dairy Co. 2319.HK
-0.85% y comenzará su producción en marzo.
Los tres principales productores
lácteos de China ahora fabrican en Nueva Zelanda.
Durante las
últimas elecciones, los políticos de la oposición advirtieron que los
neozelandeses se arriesgaban a convertirse en “inquilinos en su propia tierra”.
Tales
temores son exagerados, pero la velocidad y la escala de las recientes compras
chinas les parecen abrumadoras a muchos habitantes.
Los Graham,
cuya granja está ubicada al lado de la fábrica de Yashili, planean quedarse un
par de años más y luego mudarse. Ambos tienen más de 70 años y todavía
conservan un departamento en Auckland.
Helen
Clotworthy, dueña junto con su marido de la carnicería local
Pokeno Bacon, se ha dado por vencida. Su familia se mudará a un lugar
más tranquilo en la cercanía, aunque mantendrán la tienda.
El ruido de
los buldóceres de la fábrica de Yashili inquieta a Clotworthy y está nerviosa
por la forma en que China está modificando su futuro.
“Tienen una
riqueza que no entendemos en Nueva Zelanda”, dice.
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