El
golpe al petróleo se siente en todo EE.UU.
http://lat.wsj.com/articles/SB12364557292622034803004580438280990953788?tesla=y
Por
Erin
Ailworth y
Dan
Molinski
lunes,
2 de febrero de 2015
19:02 EDT
Tom Dunlap,
presidente de una pequeña petrolera, gasta menos en mantenimiento. Dan
Molinski/The Wall Street Journal
DALLAS—Hace unos días, un rumor se
convirtió en realidad cuando decenas de trabajadores perdieron sus empleos en Laredo Petroleum Inc. LPI +12.74% La empresa de energía de Oklahoma anunció el
cierre de su oficina regional para hacerle frente al desplome de los precios
del petróleo.
Los despidos
se sintieron como “si alguien de la familia hubiera fallecido”, dice Robert
Silver, un geofísico de 62 años que había ayudado a Laredo a decidir dónde
perforar en la Cuenca Permiana, en el oeste de Texas.
Los
problemas han amenazado a esta región petrolera desde que los precios del crudo
empezaron a caer a mediados del año pasado, desde más de US$100 el barril a
menos de US$50 en la actualidad. El lunes, el petróleo estadounidense cerró a
US$49,57 el barril.
No obstante,
recién ahora se están sintiendo los temidos efectos de un colapso a lo largo
del complejo ecosistema energético de Estados Unidos, afectando desde
ejecutivos en Houston hasta dueños de propiedades en California y productores
petroleros en Oklahoma.
Muchas
grandes energéticas han anunciado que planean recortar miles de millones de
dólares en gastos así como miles de empleos. La semana pasada, el gigante ConocoPhillips COP +4.43% les advirtió a sus trabajadores que podría
haber un congelamiento de los salarios y despidos. Indicadores como el número
de permisos para perforar han caído pronunciadamente en Texas.
Los recortes aún no se ven reflejados
en los datos generales de empleo, ventas de casas o recaudación tributaria.
Por ejemplo, la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. señala que el empleo en
el segmento de extracción de petróleo y gas subió en diciembre a 216.100, el
nivel más alto desde 1986.
Sin embargo,
los problemas están empezando a afectar a la gente, comenzando con las legiones que trabajan como proveedores
de la industria energética.
Eric
Herschap es director de operaciones de Exclusive Energy Services LLC, una empresa
que no cotiza en bolsa de Orange Grove, Texas, que ofrece servicios, incluyendo
alquiler de equipos, a empresas de exploración. Sus clientes están exigiendo reducciones de precios de entre 15% y 25%, y Exclusive
ofrece descuentos adicionales más allá de eso, explica.
La compañía
despidió a 10 de sus 45 empleados y está reduciendo las bonificaciones para los
que quedaron. Herschap dice que sus ingenieros
más brillantes están respondiendo llamadas de clientes con preguntas técnicas.
Las empresas
fuera del sector de energía que dependen de los trabajadores de las plataformas
petroleras también están haciendo sonar las alarmas.
Hace un año,
Danny y Kim Gallo se mudaron de Connecticut a la pequeña localidad de Runge, en
Texas, donde fundaron la empresa de
camiones de comida Boom Town Food Trucks
para atender a los trabajadores de la formación de esquisto Eagle Ford. Ahora,
sin embargo, la empresa opera apenas un camión y una cocina en un tráiler y los
Gallo, que tienen experiencia en la industria de la hospitalidad, han decidido
no añadir un segundo camión por un tiempo.
“Uno se
sienta allí y dice: ‘¿llegamos tarde a la fiesta?’”, cuenta Danny Gallo, cuyo
plato más costoso en el menú es una hamburguesa con doble chorizo de US$11.
Establecimientos
más sofisticados que apuntan a los ejecutivos del sector energético también
sienten las repercusiones. Steve Zimmerman tiene desde hace décadas un
restaurante y un hotel boutique en Houston y recuerda la crisis petrolera de
1986. En ese entonces, empezó a ofrecer un “Especial de Barril de Petróleo”,
una comida de varios platos cuyo precio fluctuaba según el costo del crudo.
Este mes, el
empresario resucitó el especial en su esfuerzo por atraer clientes al tiempo
que les muestra que comparte su dolor.
Platos como
caracoles, salmón y pudín de pan están en oferta por unos US$50, dependiendo
del precio de cierre del petróleo West Texas Intermediate, la referencia en
EE.UU.
Cuando los
precios del crudo empezaron a bajar,
los residentes de Houston esperaban un pequeño traspié,
dice Zimmerman. Ahora, “se están volviendo más cautos”.
Esto se debe
en parte a que las acciones de las empresas energéticas se han desplomado junto
con el crudo. Kolja Rockov, director financiero de Linn
Energy LINE +4.97% LLC, vendió
casi la mitad de su participación en una sociedad de petróleo y gas por una
demanda de cobertura suplementaria, o margin call, indicó la empresa.
Rockov había
prometido acciones de la compañía como garantía de un préstamo y se vio
obligado a vender 230.900 a un promedio de US$9,46 cada una, o casi US$2,2
millones. La acción de la firma ha caído 67% en el último año. Rockov no
respondió a solicitudes de comentarios.
Entretanto,
algunos trabajadores de campos petroleros en Dakota del
Norte están trabajando turnos más cortos y menos horas extra.
En
Rig Wives Foundation de Odessa, Missouri, una organización que presta asistencia a las familias de los
trabajadores de yacimientos, las llamadas pidiendo ayuda están entrando con más
frecuencia, dice Tanya Beeks, quien creo el grupo en 2010.
“Principalmente
son facturas de la electricidad, el gas, el teléfono”, dice Beeks sobre la
asistencia que distribuye gracias a donaciones y los ingresos de la venta de
mercancía en línea.
Quienes no
son parte de la industria energética también se han visto afectados. Los propietarios de terrenos están
empezando a recibir menos pagos por concepto de regalías por el crudo
extraído de sus propiedades y los nuevos contratos de arrendamiento están
disminuyendo.
Para algunas
de las firmas más pequeñas en el negocio de producción de energía, no se trata
tanto de lo que hacen en respuesta a los bajos precios del petróleo, sino lo
que no están haciendo, como reparar maquinaria cuando se daña. Esa es la
postura que ha adoptado Tom Dunlap, de 73 años, quien explota los mismos
yacimientos perforados por su abuelo hace casi 100 años cerca de Ardmore,
Oklahoma. Cuando los precios del petróleo eran altos, Dunlap dice que gastaba
unos US$1.000 o más para reparar sus unidades de bombeo y tanques. Ya no,
cuenta el presidente de Tripledee Drilling Co.
Laredo, la
empresa que cerró su oficina en Dallas y que tiene una capitalización de
mercado de cerca de US$1.500 millones, informó que despedirá a 75 empleados, o
alrededor de 20% de su fuerza laboral.
“Aunque es un paso
necesario debido a la caída sustancial de los precios de los commodities y la
resultante reducción de la actividad de perforación de la compañía, no tomamos
este tipo de decisiones a la ligera”, indicó la empresa.
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