Es
el momento oportuno de que Rusia ataque a los fascistas de Ucrania
Nota del autor del blog: Es el momento
oportuno que Rusia entre en guerra abierta en Ucrania aprovechando los 2 meses que quedan del
invierno ruso para armarse y atravesar fronteras ; luego de marzo será difícil pues
ya para esa fecha EEUU habrá armado unilateralmente a los ucranianos . Además los
europeos están tratando de ganar tiempo para evitar que miles de soldados
ucranianos caigan en poder de los pro rusos, que los tiene rodeados.
gráfico del invierno Ruso.
Europa
busca a la desesperada frenar la ofensiva rusa en Ucrania
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/06/actualidad/1423211220_668438.html
La
canciller Merkel y el presidente Hollande se reúnen con su homólogo ruso durante cinco horas y
acuerdan proseguir la negociación mañana por teléfono
Berlín y
París median con urgencia ante Ucrania para frenar la guerra
RODRIGO
FERNÁNDEZ /
LUCÍA ABELLÁN /
LUIS DONCEL
Moscú / Bruselas / Múnich
6
FEB 2015 - 23:59 CET
Angela
Merkel, Vladímir Putin y François Hollande. / REUTERS-LIVE
Europa apura
la vía diplomática en un intento desesperado por evitar
una guerra abierta en Ucrania.
Pese a
carecer de un plan de paz concreto, la canciller
alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, se
trasladaron este viernes al Kremlin para tratar de convencer al líder ruso,
Vladímir Putin, de que dé un paso atrás en el país vecino. Es la última baza
que le queda a la diplomacia europea para tratar de impedir lo que considera
una escalada irreversible en el
conflicto: el
envío de armas al Ejército de Kiev que sopesa Estados Unidos.
Tras cinco
horas de discusiones Merkel y Hollande abandonaron Moscú con el compromiso de
mantener el domingo una conversación telefónica a cuatro bandas con Putin y el
presidente ucranio, Petró Poroshenko. Según un
portavoz del Kremlin, se trabaja en un texto para un plan de paz que toma como
base los acuerdos de Minsk. Las conversaciones fueron “constructivas y
sustanciales”, según los portavoces de los presidentes francés y ruso.
Los tres mandatarios habían accedido a la sala
donde se celebró la reunión con frialdad y sin estrecharse las manos ante los
fotógrafos.
La
negociación contempla una posible extensión de la zona rebelde
Merkel
y Hollande presentaron a
Putin una propuesta que, según los detalles que han trascendido, se basa en los
acuerdos de alto el fuego firmados en Minsk en
septiembre pasado, pero también incluye nuevos aspectos. Particularmente, se
propondría el despliegue de cascos azules en el este de
Ucrania, y se abriría la puerta a reconocer a los rebeldes algunos de
los territorios ganados durante su última ofensiva.
A cambio,
los separatistas deberían cesar su ataque, lo que significaría dejar inconclusa
la operación militar en la estratégica zona de
Debáltsevo, donde miles de
soldados ucranios se encuentran prácticamente rodeados por los prorrusos.
Varias
fuentes diplomáticas en Bruselas confirman ese plan de extender las fronteras
correspondientes a la zona autónoma del este, aunque alertan de la dificultad
de que Kiev acepte una nueva pérdida de territorio bajo su control.
Hay otra
carta que tratan de jugar los diplomáticos europeos y que también puede
resultar una píldora amarga para los ucranios: la
conveniencia de que Kiev renuncie —al menos por el momento— a su futura integración en la OTAN, algo que Rusia
consideraría una auténtica provocación y una amenaza a sus fronteras.
Las
respuestas de unos y otros son hasta ahora una incógnita.
Los líderes
de Alemania y Francia estuvieron el jueves en
Kiev, donde presentaron sus propuestas al presidente Petró Poroshenko, pero no
se dieron detalles de las conversaciones ni de la respuesta ucrania. Poroshenko reiteró recientemente ser contrario al despliegue
de soldados de la ONU, porque eso congelaría el conflicto y podría
convertir la zona rebelde, que según los acuerdos de Minsk debe gozar de cierta
autonomía, en una región como la del Transdniéster,
oficialmente dependiente de Moldavia, pero con control de Moscú.
El Kremlin
no tiene aparentemente reparos en que cascos azules se interpongan entre las
fuerzas enfrentadas, pero no está claro que permita su
presencia en la frontera que separa a Rusia de las regiones ucranias rebeldes.
El cese del
apoyo del Kremlin a los separatistas es improbable:
Putin ha dicho en repetidas ocasiones
que no permitirá que Kiev aplaste a los prorrusos del este de Ucrania.
A esa
defensa se une el hecho de que los rebeldes están ganando terreno, lo que los
coloca en una posición de fuerza. La única razón por la que Moscú podría desear
un alivio de la tensión con Occidente sería la mejora de la difícil situación
económica que vive su país, agravada por las sanciones europeas y
estadounidenses.
Una opción
es el posible despliegue de cascos azules en el área del conflicto
Para la UE, la principal preocupación
es de otra índole.
Las más que
probables intenciones que ha expresado Estados Unidos
de armar al Ejército de Kiev si Putin continúa asistiendo a los rebeldes
han encendido todas las alarmas en Bruselas.
Ese miedo a que
Washington actúe por su cuenta quedó afianzado por el mensaje que el
vicepresidente estadounidense, Joe Biden, lanzó este viernes en su
visita a la capital europea. En una muestra de escepticismo ante el intento de
mediación europea, Biden exclamó: “Rusia está subiendo la tensión del
conflicto, mandando mercenarios y tanques a Ucrania. Putin ignora cualquier
acuerdo que haya firmado su país, incluido el de Minsk. Tenemos que estar del
lado de Ucrania. Rusia no puede redibujar las fronteras de Europa y eso es
exactamente lo que está haciendo”.
Mientras Merkel
y Hollande se reunían en Rusia con Putin, los responsables de Defensa alemán y
francés exponían en Múnich ese temor europeo a que el conflicto alcance un
punto de no retorno y desgranaban sus recetas para evitar que se desboque aún
más.
La
ministra alemana Ursula von der Leyen defendió la política de sanciones económicas al Kremlin
emprendida hasta ahora, y rechazó de plano el envío de armas a Kiev.
“¿Estamos seguros de
que la situación del pueblo mejoraría si les diéramos armas?
¿Y de que Ucrania podría vencer a la
maquinaria militar rusa?
¿Y no sería este un
buen pretexto para que Moscú interviniera abiertamente en el conflicto?”, se preguntó enfática Von der Leyen
en la inauguración de la Conferencia de Seguridad de
Múnich.
Berlín
rechaza decisiones que puedan alimentar el victimismo ruso y cuyas
consecuencias se desconocen. “Ya hay demasiadas armas
en la región”, zanjó Von der Leyen. La política actual, sostiene
Alemania, está surtiendo sus efectos. “Nunca Rusia había estado tan aislada. Y
sufre además unas espectaculares pérdidas económicas. No solo por las
sanciones, sino también por la huida de los inversores”, dijo.
Justo el día
en el que Von der Leyen arremete contra la idea de armar a Ucrania, su ministerio anunció la nueva remesa de
envíos de munición a las tropas kurdas que combaten al Estado Islámico en el
norte de Irak.
Pero para el Gobierno alemán esta aparente
contradicción no es tal. No solo porque el diálogo con unos yihadistas que solo
quieren sangre sea “implanteable”. También por motivos prácticos: no es lo
mismo enfrentarse a los islamistas que a un gran país como Rusia, “con un potencial
sin límites”.
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