La
caída del crudo no ha traído el gran alivio que los importadores esperaban
http://lat.wsj.com/articles/SB11877462091333523295904580442320283098714?tesla=y
Por
Ian
Talley, en Washington, y
Brian Spegele, en Beijing
miércoles,
4 de febrero de 2015
19:23 EDT
En EE.UU.,
el precio de la gasolina ha caído 40% en los últimos seis meses, lo que
contribuiría al crecimiento del PIB. Seth
Wenig/Associated Press
Se suponía que la caída de los
precios del petróleo impulsaría el crecimiento de grandes economías importadoras
de crudo. Sin embargo, las cosas no están saliendo necesariamente de esa
manera.
Algunos
gobiernos ya han adoptado medidas para apuntalar sus ingresos, incluyendo alzas de impuestos a la gasolina o la reducción de subsidios
a los combustibles.
Al mismo
tiempo, los menores costos del petróleo han generado más temores de deflación a
lo largo de Europa y Japón, lo que eleva el riesgo de que los consumidores y
las empresas posterguen gastos e inversiones, lastrando el crecimiento.
Desde
noviembre, China ha incrementado en 50% los impuestos
al consumo de combustible. Debido a sus altos impuestos, en Japón los
precios de la gasolina han caído sólo 15% en los últimos seis meses, comparado
con un declive de 40% en Estados Unidos.
Los precios del combustible en Indonesia han
subido más de 30% desde noviembre conforme las autoridades han eliminado los subsidios.
Brasil está haciendo lo mismo para reforzar
sus deterioradas finanzas. Como resultado, algunos
consumidores están pagando 7% más en las gasolineras que hace una semana.
Los precios
del crudo registraron el miércoles su mayor caída diaria en dos meses luego de
que datos de EE.UU. mostraron que los inventarios de petróleo del país se
ubican en su máximo de casi 80 años. El Brent,
la referencia global, perdió 6,5% para ubicarse en US$54,16
el barril en la bolsa ICE Futures Europe.
Declives anteriores
de los precios del crudo a menudo han indicado una desaceleración mundial
debido a que cae la demanda de petróleo. No obstante, con frecuencia también
han sido seguidos por un repunte del crecimiento. El descenso de 60% registrado
entre noviembre de 1985 y marzo de 1986 ayudó a alimentar cinco años de
expansión económica global que promedió casi 4%.
En los
últimos meses, economistas y funcionarios han restado importancia a los temores
de que una caída de los costos petroleros podría ser un presagio de una
desaceleración, argumentando que las ganancias inesperadas para los
importadores más que compensarían el golpe que recibirían los principales
exportadores debido al hundimiento de sus ingresos.
En
diciembre, el Fondo Monetario Internacional indicó
que el abaratamiento de la energía podría sumar un
punto porcentual al Producto Interno Bruto de las economías avanzadas.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha calificado el efecto
de la caída de los precios del crudo como “inequívocamente positivo”.
Cabe aclarar
que hay señales de que el declive del petróleo está teniendo impacto en algunas
economías. El FMI citó el mes pasado el
descenso del crudo como una de las principales razones para elevar su
pronóstico sobre la economía estadounidense.
La gasolina
más barata también ha impulsado las ventas minoristas en la zona euro. Por
ejemplo, el gasto de los hogares en Francia se
elevó en diciembre 1,5% sobre una base mensual,
según datos dados a conocer ayer. Las ventas
a lo largo de la zona euro aumentaron 2,8% en diciembre,
comparado con un año antes.
El índice de gerentes de compra de India, un indicador de las condiciones en el sector manufacturero,
ha mejorado en los últimos meses, lo que reflejaría mejores márgenes de
ganancias en las empresas del país gracias a un menor costo del petróleo. En
Japón, un yen más débil y una gasolina más barata les ha dado a los economistas
razones para elevar sus previsiones de crecimiento.
Podrían
surgir más beneficios.
“No ha
habido suficientes revisiones al alza de proyecciones fuera de EE.UU. debido a
la energía”, dice Adam Posen, presidente del Instituto
Peterson de Economía Internacional. “Va a haber más efectos positivos del golpe,
simplemente no se han manifestado todavía”.
Sin embargo,
a medida que se reportan datos alrededor del mundo, se nota que el impacto está
lejos de ser uniformemente optimista.
El riesgo de
una mentalidad deflacionaria entre los consumidores y las empresas ha surgido
como un gran desafío en la zona euro y Japón, los cuales están luchando para no
recaer en una recesión. La caída o debilidad de los precios de bienes y
servicios puede restringir el gasto de los consumidores, disuadir la inversión
de las empresas, limitar los salarios e intensificar los problemas de endeudamiento.
El petróleo
es uno de los principales motores de esa desaceleración de la inflación, la
mayor desde la peor parte de la crisis financiera hace más de cinco años. El
mes pasado, la agencia de estadísticas de la Unión
Europea señaló que en enero los
precios al consumidor fueron 0,6% más bajos que un año antes.
“Si cree que los
precios se van a mantener bajos, eso afectará significativamente su
comportamiento”,
dice Ayhan Kose, el principal autor del informe
de Perspectivas
Económicas Globales del Banco Mundial.
Mientras más
bajen las expectativas de inflación en Europa y Japón debido a los precios del
crudo, menos efectivas serán las políticas de flexibilización monetaria de los bancos centrales destinadas a estimular el
crecimiento, afirma Kose. “Se requerirá más para tener el mismo
impacto, y el efecto será menos potente”, añade.
Tanto el FMI
como el Banco Mundial rebajaron el mes pasado sus perspectivas de crecimiento
para muchas economías fuera de EE.UU. Factores económicos y políticos están
haciendo contrapeso a las ganancias obtenidas de los menores costos de la
energía.
En
Italia, Japón, Francia, Corea del Sur, China y otros grandes importadores de
crudo, la confianza de los
consumidores está disminuyendo, según Nielsen.
A medida que cae su optimismo, es más probable que la gente ahorre en lugar de
gastar y las empresas se vuelven renuentes a invertir.
Hannes
Baumgartner, director de
la división de camiones de Fercam AG, empresa italiana de transporte y
logística, dice que el declive de los costos del combustible mejoró sus
finanzas, pero que probablemente no cambiará su estrategia de inversión.
“Principalmente nos preocupa la volatilidad de los precios”, señala.
El
sector químico de Japón,
que es gran usuario de crudo importado, dio la bienvenida a los menores costos,
pero muchas compañías dicen que un crudo más barato puede llevar a los clientes a exigir descuentos en artículos como plásticos,
neumáticos, telas sintéticas y detergentes.
“Demasiada volatilidad
no es deseable”,
dice un vocero de Sumitomo Chemical Co. 4005.TO
-0.78%
— Marla Dickerson,
-Eric
Yep,
- Mitsuru Obe y
- Paul Hannon contribuyeron a este artículo.
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